VEINTITRÉS (Penúltimo)

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Mayte.

Estaba arreglando mi vestido, me sentía como una adolescente. Escuché que tocaron a la puerta así que grité "pasen".

-Mira nada más que hermosa estás cuñadita. Elisa como siempre lucía un vestido despampanante, era corto y con vuelo, la hacía ver elegante y delgada, tenía un peinado de lado y un sombrero de sol, muy coqueto. -¿Estás lista?

-Si. Aunque estoy muy nerviosa.

-Jajajaja vamos, nos esperan. Salimos y encontré a mi padre abajo de las escaleras, vi cómo Elisa se adelantaba y me dejaba un momento a solas con mi padre.

-¿Estás feliz mi pequeña princesa?

-No sabes cuánto lo estoy, a diferencia de la otra boda ahora sé que tengo en mi vida al hombre indicado.

-Me alegra mucho verte y oírte feliz, aunque hemos pasado por mucho dolor sabes que siempre hemos logrado salir a delante, admiro tu fortaleza y tu sencillez, sabes, desde que eras pequeña sabía que había en ti un brillo único, siempre ayudabas a todo el mundo, te encantaba hacer feliz a las personas y hoy, es tu día, por fin te veré feliz, y no sabes lo tan afortunado que estoy de ti hija. Te amo princesa y me has dado el regalo más importante para mí.

-¿Cuál es?

-Tu felicidad. Las palabras de mi padre eran tan tiernas, siempre decía las cosas con tanto cariño y podías sentirlas salir de su corazón -Antes de que te entregue al hombre de tu vida quiero darte esto. Me entregó un cuaderno algo viejo.

-¿Y qué es esto?

-Es el diario de tu madre, el policía me lo entregó, estaban en las cosas de Scarlett, pensé que sería bueno que lo tuvieras, yo lo he leído y hay cosas muy lindas, creo que siempre nos amo, tal vez de una manera distinta pero siempre escribió para ambos, así que es tuyo, al final te ha dejado una nota. Abrí el libro y fui al final donde estaba escrito con su letra una pequeña nota.

Para mi pequeña Mayte.

Lamento haberte dejado, sé que fue difícil para ti crecer sin una madre pero no puedo regresar el tiempo atrás, solo quiero decirte que no cometas el mismo error que yo, si encuentras a alguien que logre hacerte reír después de haberte hecho enojar, que decidas caminar a tu lado, que tenga detalles tan simples como darte un beso todos los días, decirte lo hermosa que te vea y logre hacerte ruborizar. Que te tenga paciencia y respeto, que te sorprenda con el desayuno en la cama y puedas contar con él más en los malos momentos como en los buenos. Si logras encontrar a alguien así, no lo dejes ir, tal vez durante el camino por conocerte se encuentren con dificultades pero no hay nada que el amor no pueda vencer, porque el amor es paciente y comprensivo, misericordioso que se engrandece con la verdad, lo cura y vence todo lo malo, no dejes a alguien así, mírame, dejé a un gran hombre que me apoyó siempre y me amo por riqueza y placer y ahora sufro las consecuencias de mis actos. No me odies por dejarte, siempre estás en mi mente y en mi corazón, te amo pequeña. Tal vez no supe cómo demostrártelo pero siempre serás mi pequeña.
Con todo mi amor, mamá.

Cerré el libro sintiendo un gran nudo en la garganta, todo este tiempo existía en mi un coraje hacia mi madre por haberme dejado pero jamás me hizo falta ya que tenía al mejor padre el cual no le importó aprender cocinar, belleza, moda, entre muchos oficios de una madre, siempre lo tuve a él y él a mí y eso podía más ante el odio y coraje.

-Ella estará con nosotros siempre, así que hoy en este día especial sé que está aquí apoyándote.

-Gracias padre, por ser tan bueno y generoso pero sobre todo por educarme de esta manera, te amo tanto. Lo abracé y pude escuchar cómo suspiró, y ahí estábamos padre e hija llorando de alegría, hasta que Elisa entró junto con Adal anunciando que ya era hora. Tomé mi ramo de flores silvestres, arreglé mi vestido y sujeté la mano de mi padre. Elisa y Adal eran los padrinos de los anillos, delante de ellos estaba Pilar y Liam quienes eran los padrinos de lazo, y hasta delante estaban los padres de Manuel.
La música comenzó a sonar, los pocos invitados se pusieron de pie, comencé a caminar del brazo de mi padre, vi a mi pequeño hijo del brazo de su padre, ambos estaban muy guapos vestidos con su traje negro. Una vez que estaba cerca del altar mi padre tomo a Martín en sus brazos y le entregó mi mano a Manuel. Y lo miraba; puedo jurar que jamás me quedarían ganas de mirar a nadie más, en ese preciso momento supe que mi mirada siempre le perteneció a él, el hombre que hizo brillar mis ojos, ese brillo tan especial que solo lo obtienes cuando amas a esa persona que le entregaste tu corazón desde la primera vez que lo viste.
La boda fue encantadora, entre amigos y familiares disfrutamos de un momento encantador. Estábamos bailando cuando Manuel pidió unos minutos de nuestra atención, le agradeció a todos los presentes, me dirigió unas bellas palabras y justo cuando estaba a punto de dejar el micrófono lo tomé y vi su cara de sorpresa.

-Buenas noches, yo también quiero decir unas palabras a todos los presentes pero en especial a ti amor. Miré como se sorprendía y su gran risa que dibujaba su rostro era para mí una muestra de lo feliz que se encontraba. -Te conocí cuando menos lo esperaba, recuerdo que al inicio tenerías un carácter que juro que me daba miedo. Escuché la risa de todos incluyendo la de el. -Pero llegaste a mi, cuando más te necesitaba. Se escuchó los suspiros el tradicional "Ohhhh" -Gracias por ser mi pedacito de cielo y alegrarme cada día con tu amor, y por darme el mejor regalo que es el ser madre y esposa. Se escucharon los aplausos y justo cuando estaba a punto de besarme lo interrumpí. -Espera aún hay más, hace unos días fui al doctor, no me sentía bien, así que me hice unos estudios y ayer me dieron los resultados. No pude evitar reírme ante su cara llena de admiración y temor. -Mi amor, estoy embarazada. Escuché a todos reír y aplaudir, Manuel me cargó y comenzó a darme vueltas, al bajarme me besó y lo escuché decirme muchas veces cuánto me amaba. Todos brindamos y recibí las felicitaciones de nuestros amigos y familiares.
Estamos acostados en la cama después de haber hecho el amor, Manuel pegó su cara a mi vientre el cual aún no se encontraba plano.

-Hola bebé, soy tu papi, espero que estés bien allá adentro y lamento lo de hace un rato, espero no te hayas espantado pero es difícil ver a tu madre y no poder evitar hacerle el amor.

-Manuel!!! Golpeé ligeramente su hombro.

-¿Lo ves?, es más sexy cuando la hago enojar, pero no te preocupes la amarás como yo y tu hermano Martín quien también te espera con ansias. Espero seas niño para poder estar en nuestro equipo y dejar a mamá en desventaja.

-Oye, no le digas eso a nuestro pequeño.

-Jajajajaja, está bien, se lo quieras ser con tal de que vengas sano y fuerte bebé, te amo. Y sentí tan hermoso al escucharlo decirle a mi vientre lo mucho que lo amaba y que lo quería ver, así que lo besé provocando de nuestros cuerpos se acelerarán y repetimos la dosis de amor.

Un mes después...

Estaba preparada para mi primer consulta, tengo tres meses de embarazo, por fin veremos el primer ultrasonido, Manuel y yo estábamos esperando afuera hasta que nombraron mi nombre y nos introducimos al consultorio de la doctora.

-Muy bien veamos cómo está el pequeño. Manuel me tomaba de la mano y juntos observamos la pantalla pero vimos la cara de sorpresa de la doctora y como comenzaba a murmurar cosas como "no puede ser".

-¿Pasa algo doctora? - dijo Manuel quien lucía espantado pero intentaba disimularlo.

-Si, me temo que el bebé. Esa palabra me atemorizó, pensé lo peor.

-¿Qué le pasa a mi bebé? -dije con voz cortada por el miedo a escuchar lo peor.

-Tranquilos todo está bien, pero me temo que no es un bebé sino dos.

-¿Qué?-tanto Manuel como yo estábamos sorprendidos.

-Felicidades señores, tendrán gemelos. La noticia fue lo mejor que nos pudo haber pasado, tendríamos gemelos aún no sabias el sexo pero eso no fue impedimento para celebrarlo con nuestra familia los cuales también se alegraron ante la noticia. Todo estaba acomodándose de manera sorprendente, siempre quise tener una gran familia y ahora todo estaba dando resultado.

-Bienvenido a esta aventura amor. Le dije a Manuel quien se encontraba acariciando mi vientre.

"Por favor no te vayas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora