DIECINUEVE

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Mayte.

Estábamos disfrutando de la cena cuando pasamos a la sala donde la familia de Manuel disfrutaban de la alegría de Martín, pude ver cómo Karla platicaba alegremente con mi primo, era sorprendente la manera en la cual se veían y sonreían había brillo en sus ojos, no pude enviar reír ante la imagen que ellos proyectaban estaba encantada viéndolos platicar que no sentí la presencia de Manuel a mi espada. 

-Parece que Lucas encontró a la chica.  Un escalofrío recorrió mi espalda que estaba al descubierto por el vestido y se podía ver la línea de mi columna marcada además de el moño que sujetaba en mi cuello la parte del vestido. -Perdón ¿Te espanté? 

-Un poco.

-Lo lamento pero verte vestida así esta noche, pfff, cielos Mayte creo que mi cuerpo va a estallar, luces divina, eres hermosa y quisiera hacerte tantas cosas en este momento.  Que me dijera eso en el oído me ponía muy nerviosa, además lo tenía a mi espalda y podía sentir su mirada, agradecí no tenerlo de frente porque de seguro me sonrojaría y podría delatarme. 

-Manuel...

-Perdón lo siento, pero tenía que decírtelo, quiero que me acompañes a un lugar, necesitamos hablar tú y yo.

-Sobre qué? Fue entonces cuando di la vuelta y ahí estaba él con esos ojos grises, penetrantes y con esa barba que lo hacía ver atractivo, ahí el hombre que me robaba el aliento, el hombre del cual seguía enamorada y no podía ocultarlo más, lo amaba tanto, que aunque intentaba odiarlo no podía. Él tenía todo control sobre mi, él fue el primer hombre en mi vida, en tocarme en hacer mujer y en despertar en mi cuerpo a una Mayte dormida. Quería tenerlo dentro de mí una vez más, sentir su calor, sus caricias, pero tenía que ser fuerte, no dejarme impresionar y caer de nuevo. 

-Sonre Martín, cómo vamos a organizarnos y quiero enseñarte una sorpresa. 

-Ok. Si, era la mujer más tonta por dejarme cautivar por esa voz pero no dejaría que esta noche pasara algo entre los dos, además el aún tenía el compromiso con Anna y eso me dolía.  Subimos a su piso, me sorprendió darme cuenta que estaba igual desde la ultima vez que estuve aquí, nada había cambiado, incluso estaba la decoración que hice y uno de mis dibujos enmarcado en la pared del pequeño pasillo que daba hacia los cuartos, no sólo era el dibujo sino también había una foto de nosotros dos el día de nuestra boda. 

-¿Estás lista?

-¿Para qué?

-Tú solo mira.  Abrió la puerta del cuarto del fondo donde estaba antes de irme una pequeña cama y nada más, íbamos a re decorarla para las vistas al igual que el cuarto que están a frente a este, teníamos dos cuartos disponibles para visitas. Entré y estaba oscuro, Manuel prendió las luces y entonces me sorprendí demasiado, había una pista de autos en el suelo, una cuna hermosa, un cambiador, un moisés, un armario lleno de ropa, otro de juguetes, el cuarto era verde con azul y amarillo lucía bellísimo, en una de las paredes había dibujos de animales, había una mecedora además de un sofá cama, era el cuarto más hermoso que había visto incluso era más grande que el cuarto de mi departamento, una gran sonrisa se iluminó en mi rostro, el había preparado todo esto para Martín.

-¿Qué te parece?

-No sé que... Wow, Manuel, gracias, no sé qué decirte yo...

-No tienes nada que agradecer, además puedes usarlo cuando vengas con mi hijo y tiene un baño al fondo y también está arreglado con una tina y juguetes, solo quiero lo mejor para Martín.  Esas palabras me estremecieron, él estaba encantado con Martín, era una parte nueva de Manuel que a la vez me daba miedo despertar un día ver que ya no se encontraba más, pero tal vez era cierto, él estaba cambiando. Me alegraba descubrir eso ya que Martín tendría de un padre que lo ama al igual que su madre. 

"Por favor no te vayas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora