CATORCE

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Manuel.

-Hey, ¿Qué demonios haces aquí hermano?, ¿Por qué no entras a la fiesta? mira que te he traído lo mejor de lo mejor, muchas chicas matarían por qué las hicieras tuyas esta noche, ven pasa, te estás comportando como un idiota estando aquí afuera en el balcón de tu departamento. Y era verdad lo que decía mi amigo Ricardo, pero era inevitable una parte de mí murió, me era difícil estar con una chica desde que pasó todo el suceso con Mayte, todas las noches tenía la misma pesadilla, ella pidiendo mi ayuda y después la veía con un niño en sus brazos, cuando intentaba acercarme a ella, desaparecía. Comenzaba a molestarme, ya nisiquiera quería salir, me alejé de mi familia, me compré un departamento para no estar viviendo con ellos, la casa me recordaba a ella y ya no quería recordarla más. Sentía que me volvería loco la podía ver en todas partes.
Recuerdo ir a buscarla a su casa al día siguiente de que fuera internada en el hospital, pero cuando entré al cuarto ya se habían ido, corrí a su casa pero no estaba nadie, Isaac me corrió y tras una fuerte pelea y dejarme con el ojo morado supe que me lo merecía. Había sido tan idiota, dejé ir a la mujer que en todo este tiempo fue honesta conmigo, me apoyó e incluso la hice que mintiera por mi, sabía que no encontraría a nadie más con esas características, ella me amaba y yo lo desperdicie.

-Estoy cansado y la mayoría de esas chicas son niñas que solo buscan interés, así que estoy bien aquí, vuelve a la fiesta y divierte hermano.

-Manuel, sabes que soy más que tu amigo, un hermano, no me gusta verte así, ella no volverá, ya la buscaste por meses y no la has encontrado, creo que lo que quiere es que la dejes en paz, ya hermano es momento de que regreses a tu vida.

-No puedo, siento que aún hay algo que me une a ella pero no sé qué es, creo que está en peligro y tengo que defenderla de algo, presiento que la encontraré, cueste lo que me cueste, tengo que encontrarla.

-Ni siquiera sabes dónde está, además ya has firmado el divorcio, técnicamente ya no son marido y mujer así que esto tiene que acabar, te enfermarás y no quiero verte caer. El tenía tanta razón, en un arrebato de ira y enojo firmé ese divorcio y me arrepentí de haberlo hecho de ese modo, una parte de mi quería tenerla aún unida a mi, pensé que la vería en el juzgado pero solo vi a su abogado quien presentó la disculpa a causa de un malestar por parte de su cliente y no podría estar presente, eso me sorprendió y a la vez me espantó, ¿Qué pasa si ella está enferma o sufre de algo y yo sin poder ayudarla?.
Decidí darle una buena cantidad de dinero pero ella rechazó todo, no quería nada de mi, ni las casas, ni los autos ni la empresa, ella se negaba a recibir la parte que le correspondía del divorcio, podía darle todo con tal de volver a tenerla a mi lado.
Y aquí estoy, algo cansado y demacrado, me dejé crecer la barba y la única diversión que me ataba era el trabajo, trabajaba para olvidar y para dejar de pensar en ella, mi vida era puro trabajo, estaba tan concentrado revisando unos contratos cuando mi secretaria me aviso de la presencia de mi hermano afuera.

-Dile que pase y que no nos moleste nadie.

-Hermanoooo

-¿Pasa algo?

-No, nada, solo era para avisarte de la junta de accionistas en México, papá quiere que vayamos los dos en su lugar, al parecer él estará ocupado recibiendo a unos nuevos socios, así que me mando a avisarte que de último momento serás tú quien me acompañe. Era típico de papá, realmente sabía que la única intención de esta junta no era para tener más accionistas sino para hacer que saliera de casa este fin de semana, pensé en negarme pero una parte de mi pensaba relajarse un poco, así que acepté, en parte quería relajarme un momento, la búsqueda por saber dónde estaba.
Mayte me tenía muy angustiado. por las noches siempre tenía la misma pesadilla, está comenzando a enloquecer, ir a este viaje me ayudaría a relajarme un poco más.

"Por favor no te vayas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora