Mayte.Hoy fui a visitar a mi padre, tenía muchas ganas de poder confesarle todo, cada día que pasaba al lado de Manuel eran mi peor tormento, entre más me desidia a olvidarlo más se metía en mi corazón. Después de haberme acostado con él ese día juré jamás volver a hacerlo y aquí estaba rendida a sus pies, no podía alejarme de él y eso era lo peor, no saber qué tanto dolerá la caída. Tenía días sintiéndome mal, el no poder dormir empezaba a notarse en mi, además de sentirme fatigada estos días, pero aquí estaba en casa, era raro decirlo pero a pesar de tener dinero y un gran esposo ahora no me siento como en casa no a comparación de cuando llego a visitar a mi padre.
Estábamos Montse y yo platicando sobre su boda y lo feliz que estaba, al parecer tenían ya la fecha exacta, pensaban casarse en un año, ambos tenían planeado ahorrar lo suficiente, me sentí feliz por Isaac y Montse, por fin podrían casarse después de haber sido novios desde pequeños. Se podría decir que no solo se casaría con un hombre maravilloso sino que también se casará con su mejor amigo. Por un segundo me sentí triste, yo sin en cambio estaba destinada a vivir con un hombre que solo me usó para cobrar su herencia.
Estaba terminando de arreglarme para la fiesta de caridad de la familia Morán cuando lo escuché salir de su armario vestido con un traje negro el cual se acentuaba bien a su cuerpo, causándome palpitaciones abundantes, este tipo podía hacerme vibrar y estremecerse con su simple presencia y su gran personalidad.-Estás lista?
-Si, eso creo, ¿Cómo me veo?
-Wooow Mayte, te ves muy bella, pero seré la envidia de todos, mi esposa está sorprendentemente bella y sexy en ese vestido. No pude evitar sonrojarme, y es que Elisa había hecho uno de sus mejores diseños para mí, tenía puesto un vestido dorado y se acentuaba muy bien a mi cuerpo, podía lucir mis curvas, me sentía muy cómoda en él. Dejé caer mi cabello suelto y ondulado sujetándolo solo por un lado por un prendedor de diamantes mi maquillaje era natural y mis labios rojos pasión, amaba que Manuel me mirara de esa forma, me estremecía de la cabeza a los pies.
Estábamos recibiendo a los invitados cuando apareció la arpia Anna, como la odiaba, tenía puesto un vestido negro demasiado provocador y expuesto, podría jurar que se le saldrían las bubis de lo tan apretado y ajustado que estaba, vi como se acercó a Manuel como siempre de provocadora y logró sacarle una gran sonrisa, odio verla al lado de mi marido, pero no podía hacer ninguna escena delante de nadie. Estaba sentada en la mesa viendo como mi marido bailaba la tercera pieza con esa arpia y no solo con ella sino con muchas chicas plásticas y muy flacas las cuales por Elisa supe que eran modelos de la compañía de su madre, pero esto era el colmo. Estaba con sus amigos y su primo a las risas con esas tipas, no quise que me afectara verlos pero era imposible estaba muy celosa, demasiado celosa para ser verdad y entonces apareció el.
-¿Tú?
-Así es, yo. ¿Sabes? hoy te ves encantadora y mira que tú belleza es admirable pero hoy luces divina.
-Adal, jamás pensé encontrarte aquí, wow, ven acá y salúdame bien.
Nos dimos un gran abrazo, él me dio unas vueltas en el aire y después me depositó en el piso, era Adal, el hombre que conocí en mi luna de miel, estaba aquí, era sorprendente como el mundo era tan pequeño. Entre risas y tragos platicamos sobre como me fui al día siguiente sin despedirme, él me contó que tenía unos negocios y había venido a la ciudad por unos días, él también donaba a la fundación estábamos muy entretenidos cuando un fuerte sacudón me separó bruscamente de Adal.-Ayyy suéltame me lastimas. Le dije al tipo que apretaba mi mano pero al girar mi rostro era Manuel quien tenía una cara de enojo.
-¿Se puede saber qué demonios estás haciendo con este imbecil?
ESTÁS LEYENDO
"Por favor no te vayas"
FanfictionUna historia entre Mayte Lascurain y Manuel Mijares. Es una adaptación, NO ES MÍA.