Capítulo 8

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~Lucas~

Luego de entrar a la oficina del director, este nos preguntó nuestro nombre y curso, encontró nuestros expedientes y se nos quedó mirando por un largo rato, esperando quizás una explicación.

—Bien, ya que al parecer ninguno va a hablar, ambos estarán suspendidos por una semana y es un castigo leve considerando lo que hicieron.

Lo miré sorprendido, ciertamente era poco, pero no podía ser suspendido, no por culpa del imbécil a mi lado.

—Director, me parece que tiene razón, pero este —dije señalando al castaño a mi lado, del cual aún no sabía su nombre— estaba molestando a una compañera, tuve que ayudarla

— ¿A golpes? —El director suspiró y se dirigió al castaño, esta vez revisando una lista—. Joven... Sangster, ¿podría explicarme lo que dice Olsen?

Cuando él iba a responder se escucharon tres toques en la puerta, el director frunció el ceño y se dirigió a abrirla.

Miré intrigado a Lucy y Rachel quienes se encontraban de pie en el umbral de esta.

—Señoritas Castillar, ¿qué hacen aquí?

—Di-director, deje que sea yo quien explique las cosas. Lucas solo me defendió al ver a Dyl... A Sangster sobre mí, no merece un castigo. —Me sorprendió que viniera hasta aquí para decir eso.

— ¿Es eso cierto, Sangster?

—Sí, pero fue un accidente, no pretendía violarla si es lo que piensan —dijo añadiendo una mueca de asco—. Estábamos discutiendo, me enfadé, le dije algunas cosas que le enfadaron también —miró a Lucy de forma desagradable, y esta se la regresó cargada de odio —, hubo jalones y por accidente caí sobre ella, es todo. —El tono que usó daba a entender que le valía mierda este asunto.

Lucy apretó las manos en puños, y su expresión era terrible, parecía que en cualquier momento saltaría sobre el chico para golpearlo. Y este último no se quedaba atrás.

No entiendo nada.

—De acuerdo —dijo el pelirrojo sobándose la nariz, parecía cansado, tenía unas enormes ojeras —, no estoy de humor para esto. Aun así tendrán un castigo, no debieron llegar a los golpes. Se quedarán lo que resta de semana, que serían tres días a partir de hoy, limpiando la cancha y ya váyanse antes de que me arrepienta.

Todos asentimos y salimos de allí.

—Lo siento mucho, Lucas. —se disculpó Lucy, seguido me abrazó, casi estrujándome, a lo que me limité a darle palmaditas en la espalda—. Por mí te castigaron, aunque te agradezco que me hayas ayudado, eres muy bueno. —La separé lentamente y ella me miró con una sonrisa.

—Descuida, no es nada. Sea cual sea el motivo, no debió solucionarlo de esa manera. Debo irme, Eli debe estar esperándome.

Ella frunció el ceño ligeramente.

—Ya debe haberse ido, salimos hace un rato. Además, ¿no tienes que ir al castigo?

—Cierto, pero debo ir a avisarle, no quiero que se quede esperándome de nuevo y se enfade conmigo —dije más para mí que para ella.

Ella me miró de forma extraña, como si tratara de descifrar el significado de mis palabras.

— ¿Te acompaño? Yo también voy de salida. —Asentí y ella me siguió muy de cerca.

En uno de los bancos de madera cercanos a la puerta estaba Eli, parecía absorto observando el cielo, a su lado estaban los chicos conversando entre ellos. Me acerqué sigilosamente al rubio y soplé ligeramente en su oreja. Lo sentí sobresaltarse y se volteó sorprendido.

Rutina de BesosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora