Luego de por fin haber hecho oficial nuestra relación, el resto del día fue simplemente maravilloso.
Nos recostamos en la grama de la pequeña isla y observamos el atardecer tomados de la mano, ignorando las miradas extrañas de la gente a nuestro alrededor. Hoy simplemente me valía lo que pudieran pensar, Lucas por fin es mi novio y no necesito nada más.
—Faltan solo días para graduarnos
Si voz rompió el silencio cómodo que habíamos mantenido.
—Aún me queda presentar para poder graduarme, pero sí, ahora viene la universidad
El tema me ponía nervioso. Aunque no quisiera pensar en ello justo ahora, existía la posibilidad de que Lucas estudiara en otro lado. Y la idea no me agrada del todo, menos ahora que por fin aclaramos nuestros sentimientos.
— ¿Has... pensado en lo de tu padre? No quiero presionarte ni nada, es solo que... Me gustaría saber... —fui bajando el tono de voz, hasta que solo quedó un susurro —. Aun así, quiero que hagas lo que sea mejor para ti —aclaré de inmediato, la felicidad de Lucas es más importante que mi ridículo temor.
—Lo he hecho y aún no he tomado ninguna decisión, pero no tienes de que preocuparte, nuestra relación no cambiará —respondió depositando un pequeño beso en mi mejilla.
A continuación, se acercó más a mí y me estrechó entre sus brazos, colando sus manos a través de mi ropa, acariciando la piel que sus dedos alcanzaban a tocar.
—Oye, Eli, ¿esto cuenta como nuestra primera cita? Porque si no es así debo empezar a planearla. —susurró contra mi piel, dejando un besito en mi cuello. Me aparté un poco, sintiendo cosquillas y lo miré a los ojos antes de responder.
—Supongo que sí, pero no estaría mal una segunda, una tercera, una cuarta y así...
Lo escuche reír, y a continuación dejó otro beso en mi cuello, para después subir hasta mis labios, dejando suaves y cortos besos en ellos, sacándome una sonrisa en el proceso.
—De acuerdo, ansío que te recuperes totalmente para que podamos ir a muchos sitios.
—Lo haré pronto, debo ir la semana que viene al doctor y si todo sale bien, estaré aún más cerca de poder caminar sin muletas. —Él asintió y en eso sonó su teléfono, lo tomó y soltó un suspiro al ver la pantalla—. Es tu madre.
—Supongo que ya es hora de irnos —comenté, algo desanimado por la idea. Lucas se incorporó y contestó la llamada.
— ¿Hola? Sí, estamos bien... Él está perfecto... De acuerdo, nos vemos —colgó y después de guardar el teléfono en su bolsillo, me jaló de la mano para que pudiera sentarme —Hay que irnos, pero no te preocupes, esta noche me cuelo a tu cuarto y dormimos juntos. —Sonreí, totalmente de acuerdo con la idea. Dejé que me ayudara a levantarme, para después tomar mis muletas.
Nos subimos en el bote para regresar, una vez en la orilla Lucas llamó a su madre para que nos recogiera. Trina llegó rápidamente y en un santiamén ya nos encontrábamos frente a mi casa.
—Gracias, mamá. Enseguida entro, voy a ayudar a Eli —le indicó mientras bajaba del auto y se acercaba para ayudarme.
Ella lo miró con una sonrisita, indicando que no le creía nada: —No tardes demasiado "ayudándolo". —Hizo el gesto de comillas con sus manos.
La miré avergonzado. Cayendo en cuenta que ahora tía Trina también es mi suegra. Por suerte no tuve que pasar por la etapa de aceptación, yo ya soy como un hijo para ella.
Al ver mi cara, la mujer se alejó riendo en el auto, dirigiéndose al garaje, mientras nosotros íbamos hacia la puerta.
—Estoy bien, solo necesito acomodar estas cosas —le dije a Lucas mientras batallaba con mis muletas. Nunca podría acostumbrarme a esto, por suerte pronto dejaría de usarlas.
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Rutina de Besos
Teen FictionElián y Lucas son mejores amigos, y vecinos, desde la infancia. En un acto inocente ambos comparten su primer beso, dando éste cabida a muchos más convirtiéndolo finalmente en una costumbre de cada día. Pero el tiempo pasa, su relación cambia y comi...