El agua del mar es la vida misma.
Puede llevar y traer consigo tantas cosas.
No sabes lo que sucederá, no sabes con qué te sorprenderá.
Pero deja que el agua te enfríe.
Y que se lleve todo lo malo.
Recuerda que todo lo que lanzas al agua.
Regresa o contamina, piensa.
Siéntate y aprecia el horizonte.
Escucha el ruido que hacen las olas al chocar.
Decídete.
Y sumérgete en ese gran mundo.
Porque es tuyo.
Y debes enfrentarlo.
No le tengas miedo a vivir.