El silencio es muy aturdidor, y el brillo de tus ojos enceguecedor.
Así empieza toda buena poesía, dejando que el encanto ría. Y sabes que hablo de ti cuando menciono al encanto. Porque ahora ríes.
¿Sabías que cuando la piel está callada es muy ruidosa?, extraño, ¿no? El pálpito de mi corazón me indica que los segundos pasan y te digo que ahora mientras estamos juntos. Los segundos pasan muy rápido. ¿Entiendes?
Posiblemente haya perdido la mente por ti, porque no sabes lo bello que es ver los cabellos de tus pestañas cuando parpadeas. Tu vestido carmesí pierde los tonos, porque el color sube hasta tus mejillas para hacerse tu rubor.
Ahora entiendo a Neruda. Porque me gustas callada, y ausente en el roce de nuestros labios.