Sin curso, sin pulso.
De Alcohol se llenaban los vasos. Y de llenos vasos llenaba mi falta de lazos. La ebriedad me hacia marcar a trazos, esperando lograr tu figura, la vida era dura. Quiero inhalar más que humo, pero era lo único que me llenaba por dentro. Ahora me esfumo trastabillando por el vestíbulo de mis recuerdos. No es de cuerdos hundirse en el vacío, por eso me voy a refugiar en castillos de cigarrillos.
Lo negro del ambiente se impregnó en mi mente y todo está nublado. Lo malo de tener el corazón blindado y resbaladizo, es que cuando quieres calentarlo se hace escurridizo.
Al parecer me he suicidado, tu amor lo he clavado como un cuchillo arrojadizo en el corazón. Con razón se rompieron mis defensas, ni un pero fueron mis respuestas.
Mi pasado a muerto, y también sus apuestas.
Ahora estoy vivo de nuevo. Y el futuro me sonríe.