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Comencé a gemir cada vez más alto mientras la lengua de Robert entraba y salía de mí, de no haber sido porque Chris me tenía sujetaba entre sus brazos, podría haber caído al piso, mis piernas no me respondían, mis fluidos comenzaban a correr cual torrente, estaba muy mojada y cada vez más excitada. Las manos de Chris me masajeaban los senos, los estrujaban y apretaban con firmeza.
-¿Lo estás disfrutando amor? – Me preguntó y podía escuchar su respiración agitada al tiempo que sentía cómo su miembro se ponía cada vez más duro entre mi mano.
Jadeé, intentando responder, pero me era imposible y lancé un grito poderoso al sentir cómo los dedos de Robert entraban en el juego, hundiéndose en mis pliegues, hasta el fondo de mi ser. Sus labios succionaban con fuerza sobre mi sexo , mientras yo me retorcía de placer, ante la mirada intensa de Chris, que disfrutaba verme gozar ante las caricias de otro hombre.
Los dedos de Robert entraban y salían con mayor velocidad de mi cuerpo, mi espalda se arqueaba y mis caderas se meneaban a un ritmo frenético y salvaje. Podía sentir los besos de Chris sobre mi cuello y sus manos que descendían por mis pechos, hasta mis caderas. ¡Yo estaba en el séptimo cielo! Cada vez más embargada de placer, ¡esos hombres eran maravillosos! No podía ser más dichosa. Volvía gemir con mayor profundidad, pues las oleadas del placer se posesionaban de mi cuerpo y mi sentido, me aferré con fuerza a los brazos de Chris y nos fundimos en un beso húmedo y erótico, mientras Robert continuaba dándome placer con sus labios.
Mi cuerpo ya no pudo más y me separé de Chris para gemir sonoramente ante la llegada del más delicioso de los orgasmos. Robert se incorporó y me dedicó una mirada cargada de lujuria, pude observar cómo mis jugos se escurrían por la comisura de sus labios y él los lamía, paladeando mi sabor.
-¡Tú mujer tiene un sabor único! Es exquisita – Exclamó Robert dirigiéndose a Chris.
Él sólo sonrió y asintió, mientras observaba cómo los labios de Robert se unían a los míos, devorándome, succionando mis labios y mordiéndolos. Luego de ese beso tan pasional, Chris y Robert se incorporaron, yo sólo podía observar sus movimientos, deleitándome con la perfección de sus cuerpos desnudos.
-¿Estás listo? – Escuché que Chris le decía a Robert.
-Por supuesto – Respondió este.
-Lo que vendrá ahora te encantará, mi amor – Me susurró Chris y se colocó detrás de mí para sujetarme de nuevo.
-Verás que lo disfrutarás – Exclamó Robert mientras me dedicaba una bella sonrisa.
-De eso estoy segura – Respondí – Esta primera sesión ha sido magnífica – dije y le guiñé un ojo.
Chris se sentó sobre la cama y me colocó sobre sus piernas. Yo no estaba muy segura de lo que planeaban, pero me imaginé que iba a ser otra nueva dosis de placer, así que me preparé para disfrutar lo que estos hombres tenían preparado para mí. Las manos de Chris se deslizaron bajo mis nalgas y me abrió las piernas, ofreciendo mi feminidad a Robert, quién sonrió complacido.
-¡Es toda tuya! – Dijo Chris ante un sonriente Downey.
Robert tomó mis piernas, las cuales se enredaron en sus caderas y me penetró con una poderosa estocada, yo grité al sentirlo, ¡era tan grande, tan duro y tan caliente! La boca de Chris recorría mi cuello y mis mejillas. Él me susurraba frases ininteligibles, también podía sentir la rigidez de su pene en mi espalda. ¿Acaso sería posible sentir a ambos dentro de mí? Me pregunté mordiendo mi labio inferior.
Chris me sujetaba firmemente, y Robert hacía otro tanto al tiempo que me penetraba una y otra vez, bombeando con poderío, embistiéndome con fuerza. Yo suspiraba y clavaba mis manos en los brazos de Downey, enterrando las uñas en su carne. Él también era muy grande y el roce de su grosor en mis paredes vaginales estaba volviéndome loca, Mis caderas se empujaban, trataba de llenarme de él, me estaba gustando sentirlo hasta el fondo.
-¡Dame más fuerte, papi! – Le dije entrecortadamente.
-¿Así te gusta, muñeca? –Me preguntó moviéndose con mayor violencia.
-¡Sí, sí! – Le dije.
Las manos de Chris estrujaban mis nalgas para luego ascender hasta mis senos, presionándolos y pellizcando mis pezones, provocando deliciosas descargas eléctricas que recorrían mi cuerpo. Volví el rostro para mirarlo y me encantó contemplar la expresión de su rostro, una mezcla de placer perverso y picardía. Sus ojos estaban oscurecidos por el placer, ¡yo sabía que lo disfrutaba! Disfrutaba verme gozar mientras otro hombre me follaba. Eso me puso más caliente y le ofrecí mis labios para que los besara, los mordiera y los chupara a placer.
Robert continuaba embistiéndome y el placer que me proporcionaba era cada vez más grande, yo seguía pegada a la boca de Chris, casi ahogándome del éxtasis que esos dos hombres me ofrecían. Sentí de nuevo que ya no podía más y me separé de Evans para mirar a Robert, se notaba que él tampoco aguantaría, así que extendí mis manos para acariciar su torso, sentir la firmeza de sus músculos bañados de sudor. Robert se inclinó y también me besó, introduciendo su lengua dentro de mi boca, enredándose con la mía en un baile de placer muy erótico.
Pude sentir cuando el cuerpo de Robert se tensó y poco después el mío lo siguió. Los espasmos del placer nos invadieron a ambos y nos entregamos a la culminación de la pasión casi al mismo tiempo.
¡Eres una diosa, Mica! – gimió Chris lamiendo mi cuello.
Yo no supe que responder, mi respiración estaba muy agitada, mi pecho subía y bajaba rápidamente tratando de tomar un poco de aire. Asentí y le dediqué una seductora sonrisa a mi amado. Pero eso todavía no había terminado, era solo el comienzo de nuestro placer. Estar con dos hombres al mismo tiempo era una magnífica experiencia que debía gozar.
Chris me miró de nuevo de manera divertida y me hizo una seña para que me hincara y apoya las palmas de mis manos sobre el suelo. Robert sonrió complacido al verme en esa posición y se colocó delante de mí, acercando su miembro hasta mis labios. Lo tomó con sus manos y comenzó a moverlo alrededor de mi boca. Abrí mis labios y deslicé mi lengua sobre la punta para deleitarme con su sabor. Por su parte Chris se había puesto detrás de mí, tomándome fuertemente de las nalgas y acercando su rostro hasta mi feminidad para recorrerla con su lengua.
Yo emití un gemido de gozo cuando la lengua de Chris se abrió paso entre mis pliegues y comenzó a succionar mi feminidad con salvajismo. Quedé apoyada en una de mis manos, pues con la otra tomé el sexo duro de Robert y lo llevé hasta mi boca para estimularlo con ella. Mis dientes daban ligeras mordidas a su gran trozo de carne y levanté la vista para contemplarlo. Robert había cerrado sus ojos, tenía la boca abierta de la cual escapan fuertes gemidos. Eso me puso más caliente y seguí saboreando su sexo como si se tratara de mi caramelo favorito.
La boca de Chris me estaba haciendo también gozar, el roce de su lengua provocaba en mí deliciosas sensaciones. Estaba gozando de ese placentero momento y no deseaba que se terminara jamás. Hice a un lado el pene de Robert para concentrarme sólo en las caricias que Chris me estaba dando y gemía como poseída a cada acometida de su lengua. Mis caderas se movían con violencia adelante y hacia atrás, exigiendo más y más. Robert nos observaba con lujuria y pude ver que él mismo comenzaba estimularse. Yo deseaba volver a tener entre mis labios su enorme miembro, duro y caliente. Abrí la boca como haciéndole entender que debía traerlo esta ella, él entendió el mensaje y volvió a acercar su pene a mi boca que inmediatamente lo succionó y lo saboreó.
Dejé de sentir el suave aliento de mi querido Evans en mi feminidad y ahogué un gemido cuando su miembro se deslizó lentamente en ella. Después de un par de roces más, pude sentir la punta de su pene en la entrada de mi vagina, sus grandes manos me tomaron por las caderas y de golpe se hundió dentro de mí. Una mezcla de gemido y grito nació en mi garganta mientras él comenzaba a menearse con vigor, nuestras pieles chocaban, inundando la habitación con su sonido, aunado a los gemidos de Chris y los de Robert. Yo era tan feliz teniendo el miembro de Robert en mi boca y el de Chris entrando y saliendo de mi feminidad. ¡Lo que sentía era indescriptible! Algo único y maravilloso que no podría explicar a través de simples palabras.
Los tres estábamos gozando de esta magnífica experiencia, la cual puedo asegurar, deseábamos que no terminara nunca. De vez en cuando, las manos de Chris golpeaban mi culo, haciéndome sentir un escozor, pero a la vez era tan delicioso que de inmediato la molestia se desvanecía, dejando únicamente el placer que ello me proporcionaba. Me sentía tan zorra entre esos dos hombres, sabía que ambos estaban a mis pies y al mismo tiempo yo también estaba a su merced.
Chris continuaba embistiéndome con mayor velocidad y yo no dejaba de moverme a su ritmo, mientras que continuaba deleitando a Robert con mi boca. Yo sentía que no podía más, estaba a punto de estallar, mis sentidos ya no eran míos, ¡ya no tenía el control! Sólo esperaba entregarme nuevamente a la pasión que esos dos hombres me proporcionaban. Chris continuó bombeando y un gemido gutural se escapó de su garganta, entregándose al orgasmo, lo mismo pasó con Robert, quién se corrió dentro de mi boca y yo… Yo simplemente me entregué a todo, embriagada de deseo, sexo y placer.
La noche cayó, con nosotros rendidos, muy cansados de tanta pasión, había sido un día muy luminoso y hermoso, preparamos la cena entre los tres, cenamos desgustamos un fascinante vino, y fuimos a la cama, no hicimos nada sólo nos acostamos a descansar, apoye mi cabeza en el pecho de Chris mientras Robert me abrazaba por detrás y respiraba cálidamente sobre mi cuello...........................Hola cómo están ?!! Les gustó este capítulo,?!! Éste capitulo está dedicado a una gran amiga quien me ayudó con el mismo, es más éste trabajo es suyo, tiene absolutamente todo el crédito, Mary Cruz Robles gracias #MaryCruz