El Rodeo Del Amor

capítulo 22

Hoy es miércoles y al fin llega Liam a casa, yo estoy trabajando en la hacienda, ya que las tres yeguas darán a luz es un trabajo complicado, al ser tres parturientas juntas, pero bueno por lo menos estoy en casa, Liam llegará directo a la casa, y nos veremos luego de que traiga al mundo a los potrillos y vaya a casa, tengo muchas ganas de verlo, y a decir verdad, ya no siento culpa, ni angustia por lo que hice con Chris, al contrario me sirvió para seguir adelante con mi matrimonio, para muchos soy una mal parida, pero yo me siento libre y mejor que nunca,  les presento a los nuevos bebés de LA FORTALEZA!!!

Son una belleza y ellas serán excelentes madres, ya lo están demostrando porque cuidan muy bien a sus hijos, los alimentan sin que las obliguemos, y no se separan de ellos, es muy tierno éste momento, la maternidad es el acto, más sublime, tierno, y de amor verdadero y puro en la vida, algún día yo también seré madre, o por lo menos eso espero.
Terminé de trabajar en la hacienda a las 17, me di un baño me cambié, merende con mis padres, y subi a mi auto rumbo a casa a ver a mi esposo, al llegar noté que él me miraba por el ventanal del frente, una gran sonrisa se dibujó en su rostro al verme, me abrió la puerta y me besó con mucho amor, dulcemente
Yo: mi amor te extrañé dije abrazándolo, y era verdad lo extra mucho a pesar de todo
Liam: yo ni te imaginas mi amor, me volvía loco sin poder salir de allá para volver a tí
Yo: quería venir más temprano pero me fue imposible, la fortaleza ya tiene 3 nuevos bebés
Liam: y ojalá algún día nosotros le demos más bebés, será bello llenar esa Hacienda de niños, corriendo y cabalgando como tú
Yo: te gusta ésta vida cierto?!!
Liam: jamás cambiaría el campo por otra vida, nací acá y acá me quedaré para siempre amor
Yo: somos dos que pensamos igual
Liam: te extrañé mi amor, dijo y me besó con pasión.
Comencé a sentir sus manos debajo de mi remera en la espalda, estaban tibias pero cuando llegaron a mis pechos esas manos hervían, yo besaba su cuello, y le desprendía la camisa, el gemía en cada beso que le daba sobre su cuello, una de sus manos acariciaba mi intimidad sobre el jeans, poco a poco empezó a desprender los botones del mismo, nos desnudamos sin prisa, pero con apuro nos tocábamos, él tenía un dedo en mi clitoris y dos dentro de mí vagina, y yo lo masturbaba rápido, movía mi mano arriba y abajo, muy rápido, nos recostamos en el sillón, y el bajó a lamer y chupar mi intimidad, sin sacar los dedos de mi interior, yo gritaba de tanto placer, y luego fue mi turno él se paró, y yo comencé a chupar y saborear todo el delicioso jugó de su p*ne, estaba tenso, y sus venas parecían que explotarían al igual que su respiración,