Capítulo 4

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Capítulo 4: "Todo lo que comienza,
                        en algún momento, 
                        debe acabar"

Desperté sobresaltada, sin embargo, al despertar el miedo no disminuyó, sino que todo lo contrario.
A mi alrededor todo era oscuridad. Literalmente...

¿Acaso ya se hizo de noche? ¿Tanto tiempo estuve dormida?

La temperatura en el ambiente no era ni calurosa ni fría, sin embargo me encontraba sumamente sofocada. 

Una puerta parece abrirse, y con ello una luz ataca mis ojos haciendo que los cierre por inercia.
Poco a poco vuelvo a abrirlos tratando de adaptarme a ésta.

La puerta se cerró, pero al instante una luz se encendió en la habitación.

Miro al sujeto frente a mi con odio puro...

-¡Vegeta! ¡Cumple tu jodida promesa!- Grito ya al borde del ataque de ira. Demonios. Jamás debí haber confiado en él.

-¡A mi no me gritas mujer!- Grita éste igual o más enojado que yo. Imbécil...

Trato de pararme e ir hacia él para golpearlo, pero un ardor en mi muñeca se hace presente.

Y allí note un pequeño gran detalle que se me pasaba por alto.
Me encontraba esposada a una barra de metal...

Gruño, tratando de liberarme, pero aquella acción solo hacia que el dolor en mi muñeca aumentara.

¡Maldita sea!

-¡Desátame! ¡Y dejame ir maldito lunático!

-Mala respuesta ___.- Dice este negando con su cabeza mientras daba pasos lentos hacia mi.

Una ráfaga de miedo me consumió...

-¡De..dejame ir!- Tartamudeo con los nervios a mil.
Cada vez se acerca más y más...

-Hay que recuperar el tiempo perdido...

Y allí es cuando me levanto tratando fallidamente de volver a escapar.

-Mierda, mierda, no te me acerques.

-Me divertiré contigo...

Esas simples palabras me hicieron temblar de terror.
Todos mis traumas con respecto a él volvían y atacaban mi mente de recuerdos y violaciones...

El lunático comenzó a desabrochar su cinturón y cierro los ojos con impotencia.

Toda mi valentía y agallas se parecían  haber esfumado. Volvía esa fase de chica incomprendida, lastimada...

¡No!

No debía dejarme caer. Lucharia hasta el final. De todos modos aquel sujeto planea abusar de mi  independiente a que me porte bien o mal.

-Quitate la ropa. -Ordena este en forma demandante.

Deber estar bromeando...

-¡Vete a la mierda!

-¿Acaso quieres por las malas?

Yo solo me cruzo de brazos.
Bueno, no mucho, ya que el dolor en mi muñeca arde como los mil infiernos.

Vegeta, en lugar de enojarse o fastidiarse como creía, solo sonríe arrogante. Esa acción me asusta el doble de lo que me asustaría su enojo. Este chico es sumamente impredecible.

-Entonces será por las malas- Dice sin borrar su sonrisa- Siempre has sido muy mala pequeña ___. Yo te enseñare a tratarme como lo que soy.

-¡Eres pura mierda!- Grito y al instante me reprendo tras ver un brillo de ira brotar de sus ojos.

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