Eres Especial

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No pasaron ni 2 minutos solos cuando ya comenzaron a pelear e insultarse como en los viejos tiempos.

Ambos lo extrañaban, ambos se extrañaban. Una vez más calmados subieron a la habitación de Sanji, cada uno con dos valijas.

Ya fuera del cuarto Zoro dijo –veo que agarraste costumbres de mujeres de llevar más de dos maletas-

-por si no te diste cuenta cerebro de paja literalmente me estoy mudando de país, no es un viaje corto-

Aunque ese insulto lo molestó mayor fue la alegría al escuchar lo siguiente y sin poder ocultarlo dijo –eso deseo-

Sanji hizo como si no lo hubiera escuchado y pasó al interior de su habitación con Zoro siguiéndolo, todo estaba igual a como lo recordaba, fue realmente acogedor, pero el sentimiento de paz no le duró mucho, pues se exaltó al sentir dos brazos rodeándolo desde la espalda.

No supo cuando lo hizo, solo al haber visto su estructura quiso abrazarlo y así lo hizo, se sorprendió un poco pero en vez de soltarlo lo aferró aun más. Podía oler y tocar su cuello y cabello, estaba cálido, delgado. –Realmente te extrañé-.

Si el chico a quien no pudiste olvidar a pesar de los años te abraza fuertemente y te dice que te extrañó, ¿Qué hacer? –yo también- dijo acariciando levemente las manos que lo rodeaban.

Después de lo que les parecieron horas se separaron y sentándose en la cama muy juntos, Zoro posó su brazo alrededor del hombro de Sanji, sin ningún reclamo del contrario –Quiero saberlo todo, cuéntamelo-

-Está bien marimillo curioso- dijo con voz media melosa mientras apoyaba la cabeza en el hombro del contrario –Al principio fue difícil, nuevo idioma, nueva ciudad, nuevo colegio... nuevos compañeros- lo último lo dijo con intención de aturdir al peli verde y por el apretón que percibió lo había logrado.

Le contaba una que otra anécdota divertida, sobre su trabajo, de su colegio y lo mucho que se divertía el hacer enojar a Zeff llamándolo viejo o viejo zorro, el ambiente entre ambos era ameno hasta que llegó el tema que Sanji aun consideraba si contar o no.

-...se que eres un musgo despistado pero... recuerdas aquel mes que no nos comunicamos en lo absoluto?-dijo.

-¿Como olvidarlo?-

-Unos tipos nos emboscaron a Zeff y a mi después de una noche de trabajo, querían atraparme... pero Zeff apaleo a todos, fue sorprendente, reconocí a uno que escapó, estaba con la mayor parte de la cara cubierta por una máscara y caminaba muy raro pero jamás podría olvidarlo, era aquel tipo que me secuestró hace 3 años... Me habían estado siguiendo, ese mes fue terrible, pero no quise avisarles para que no se preocuparan, no se porque pero después de eso jamás aparecieron, yo creo firmemente que es por Zeff, porque aquella noche los que fueron atrapados lo veían con medio y hasta respeto, como si ya lo conocieran, pero siempre que le preguntaba me decía que estaba imaginando cosas-

Zoro no decía nada, solo se concentró en sostenerlo muy pegado a él para transmitirle seguridad y afecto. Una vez más no había estado ahí, pero ahora era diferente, no dejaría que algo malo le pasara.

Sanji notaba la tensión en el aire así que para "cambiarlo" un poco dijo –Bueno las insinuaciones de mis compañeros de clase y trabajo siempre estaban presentes pero jamás pasó nada.-

Esta vez lo apretó con furia, lo que hizo reír levemente a Sanji.

-¿Qué te parece tan divertido?- dijo calmado al ser atraído totalmente por la sonrisa del rubio.

-Nada, es solo que, pareces celoso-

-...¿Y que si lo estoy?- dijo sin pensar.

Se calló enseguida-...¿porqué lo estarías?-

-...te responderé eso si tú me respondes algo primero-

-...dime-

-¿Por qué me besaste cuando te fuiste?-

Sanji se sonrojó un poco -...¿eres tan idiota que aun no lo sabes?-

-¡No lo soy!, creo tener una idea, pero quiero que tú me lo digas-

-...yo... siento atracción por ti- dijo con un poco de miedo de su reacción.

-¿solo eso?- dijo rápido

-Puede que sienta algo más, pero, ¿Qué esperabas que dijera?-

-no se, un me gustas o tal vez un te amo-

Parecía un tomate –"¿Cómo es que el estúpido cerebro de paja podía decir todo aquello como si nada y a mi me costara tanto?"- pensaba Sanji, -¿ya me responderás?-

-bueno, recuerdas que en el colegio los chicos se te acercaban demasiado y que siempre se alejaban cuando yo estaba cerca- preguntó.

-si, y ¿qué con eso?-

-pues, yo estaba celoso de que se acercaran, así que amenacé a algunos de ellos pero aun así se te arrimaban cada vez que yo no estaba, por eso pasaba mucho tiempo junto a ti, pero no me di cuenta de eso hasta que me besaste, la razón por la que no soportaba dejarte tanto tiempo solo, o el hecho de verte sonriendo con otros es porque te quiero para mi- dijo viéndolo directamente a los ojos.

Toda la cara le ardía, pero ahí estaba de nuevo, esos ojos que tanto le gustan, mirándolo como si lo desvistiera con la mirada, diciéndole esas palabras que muchas veces soñó sin esperanza a que se volvieran realidad, aun dudaba si era un sueño o si realmente estuviera pasando todo eso –si que has cambiado-.

-pero solo contigo, por que eres especial, porque aprendí que si no soy rápido en descubrir mis sentimientos te perderé de nuevo, y no estoy dispuesto a que eso pase, te quiero a mi lado, quiero estar junto a ti, pero no solo como un amigo... dime Sanji, ¿Quieres ser mi novio?- dijo más decidido que nunca, como si esa proposición fuera más importante que pedirle la mano.

-yo..."Deseo no estar soñando"...si- apenas pudo terminar de responder cuando sintió los labios de Zoro sobre los de él, al principio solo roces lentos, hasta llegar a juntarse lo más que sus cuerpos podían en una lucha frenética entre ambas lenguas que parecían llenas de vida al encontrarse de nuevo, a los pocos segundos de haber empezado ese beso tan fogoso, se detuvieron de golpe y dirigieron rápidamente su atención hacia la puerta.

-¡¡¡FELICIDADES!!!- gritaron sus mamás.

La mamá de Zoro estaba llorando –No puedo crees que mi hijo con su poca inteligencia pudiera decir tan hermosas palabras- decía sin poder retener las lágrimas mientras era apoyada por la rubia.

Zoro, molesto por tal interrupción, y aun más por que su propia madre le haya dicho estúpido solo reclamó –¡HEY¡- pero se calmó al ver la cara de Sanji tan rojo como un tomate.

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