Narrador omnisciente.
El pelinegro quedo impactado por aquellas palabras, el sabia que el menor tenia razón. El abandono a su familia, aunque también nunca supo sobre el embarazo.
- Se termina nuestra historia, llego el final. Se quedan tantas hojas blancas sin terminar, Dime en que me equivoque. Dímelo y lo arreglare. Espera un segundo que yo no sé, ¿Como quieres que sea fuerte? Si te perderé. Deja ya de empacar, si contigo no me llevarás.
No ves, mi vida acabara.
El menor cantaba aquella canción que compuso en sus tantas noches llorando.
-Se que te vas, que ya no te importa si me quedo atrás, con el alma rota, ya sé, no hay nada que hacer. Se que te vas, que el llanto en mis ojos no te detendra, que alguien te espera y te vas.
Como quisiera ser mas como ella.
No siguió cantando, pues el llanto lo invadió. Se sentía fatal. El pelinegro solo lloraba en silencio. ¿Como pudo hacerle eso a la persona que lo amó? El no se puede engañar. Siempre amara al pequeño de ojos azules, que lo hipnotizaron en el primer instante que lo vio.
-Alonso, perdoname. Perdón.
Ambos quedaron frente a frente, se podía ver reflejada la tristeza en sus ojos.
-Alonso, te amo.
-Yo tambien.
Se acercaron cada vez mas, hasta que sus labios se juntaron. Disfrutaron al máximo, su ultimo beso.
Lastima que no pudieran acabar juntos, puesto que el pelinegro jamas le comento que haría su vida en otro país. Agregando que seria junto a Rebeca. Se casaría en unos días.
Se separaron del beso, el pelinegro se alejo de el y salio por aquella puerta.
Dejando una vez mas, al amor de su vida.
Fin.
