『Extra』

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6 años después...







Un pequeño castaño corría por el césped recién cortado, mientras una niña de cabellos azabache y ojos mieles lo perseguía. Por último, un hermoso niño pelinegro de ojos azules los seguía. Aun con poca dificultad para caminar, pues a sus 4 cortos años, aun se le dificultaba caminar rápido o correr. Pero ya aprendería pronto.

Y observándolos a lo lejos, aquella mujer sonreía, junto a su hija con bebé en brazos.

-Roxi, José y Alex, anden, vengan a comer- la mujer ya avanzada de edad (Tal vez de cuarenta o cincuenta) guió a los niños a la cocina de la casa.

-Ya vamos abuela Mariana.- gritó la pequeña Roxana, y entró a la casa directo al comedor, seguida de sus hermanos, quienes no dudaron en tomar los mejores asientos (o así lo veían ellos).

Su abuela comenzó a servirles de comer, y Fernanda junto con su bebé, Sheila, de igual manera tomaron asientos en el gran comedor que poseían.

-Tía Fer, ¿Y papi Alon y papá Jos? -preguntó el pequeño José Alonso, quien hacía un pequeño puchero en su boca. Su tía sonrió.

-Están arriba, ya sabes. -todos comenzaron a comer. Hasta que pasos en la escalera se oyeron, y una silueta apareció por la puerta agitado y con una sonrisa en el rostro.

-Ya nació. -Gritó emocionado el pelinegro.

Mariana y Fernanda inmediatamente se alegraron. Los pequeños solo sonrieron.

-¿Ya lo podemos conocer? ¿Es niño? Ojalá sea niña. ¿Es bonita? O al menos, ¿es bonito? -pregunto Roxana.

-Tranquila cielo, mas despacio. En unos minutos conocerán al bebé. -sonrio Jos y volvió a subir las escaleras. Dirigiéndose al cuarto de su esposo.

-Alon, bebé. -mencionó mientras abría la puerta.

El -ahora castaño- sonrió mientras sostenía al bebé en brazos. Estaba recostado en la cama, mientras los doctores revisaban que todo estuviera en orden.

-Jossy, es una niña. Y sacó mis ojos. -chilló con ternura el castaño mientras acariciaba a su hija.

El pelinegro se acerco a su esposo e hija, y observo a la bebé. Noto que poseía ligeras pecas en su rostro, y claro, las cejas de Jos. La bebé abrió los ojos, y notó que eran parecidos a los de Alonso, pero era un azul aún mas oscuro. Entonces se dio cuenta, de que los ojos de su esposo, eran únicos, porque no había nadie como él. Ni siquiera sus hijos, pero amaba a su familia y a la nueva integrante de ella.

-¿Que dices si después hacemos otro? -río el de ojos mielosos.

El castaño se sonrojó. - ¡Jos!


























Quise traerles este extra, porque leí la historia otra vez, y me sorprende que a pesar que no este bien redactada, tenga tantos votos y vistas. Les agradezco demasiado su apoyo en este proyecto. ¡Gracias!



Always💓

Se que te vas →Jalonso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora