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;Condition Terminal;


Solté un murmuro de irritación, al sentir la luz del sol que se filtraba por la habitación y me pegaba justo en la cara.

Cerré los ojos con fuerza dispuesta a seguir durmiendo, hasta que sentí unos dedos acariciar mi pierna derecha.

Me incorporé de forma repentina, llevándome una mano a mi estómago, que había comenzado a doler a causa del movimiento brusco que había hecho.

Mi vista recorrió la habitación donde me encontraba, estaba en el hospital. La habitación era pulcramente blanco.

Baje la mirada a mi bata azul y levanté la vestimenta un poco para ver mi herida, estaba vendada, por lo tanto no podría saber con certeza si el corte había sido profundo o no.

—Yo si fuera tú no me movería mucho. Podría abrirse la herida.

Volteé a mi derecha y vi a Theo sentado a mi lado, con una sonrisa socarrona.

—¿Qué haces aquí? —me alejé de él lo más que pude, llevando mis piernas a mi pecho, todavía hormigueaba donde él me había acariciado.

—Deberías tratarme mejor —habló acercándose a mi—, teniendo en cuenta que te salve la vida.

Me erguí por completo, apoyando mi espalda contra la pared, tratando de mantener la distancia entre nosotros. Una punzada recorrió en mi herida, me llevé mi mano a la venda para tratar de amortiguar el dolor.

Theo al ver mi expresión se acercó y tomó mi mano de una manera delicada. Al sentir su contacto, una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo.

Mis ojos conectaron con sus ojos verdes, ya no había una pizca de burla en su mirada, estaba serio. Cerró los ojos y apretó mi mano, absorbiendo y a la vez aliviando mi dolor.

Embelasada, divisé como sus venas se volvían negras. Hizo una mueca y liberó mi mano.

Sentí un vacio al no sentir el calor corporal que me producía su contacto. Sin embargo, Theo tenía la vista clavada en mi mano. Estaba perdido en sus pensamientos.

—Gracias. —susurré y él levantó la mirada. Nuestros ojos volvieron a encontrarse y juré que había experimentado la sensación de un huracán revolverme todo mi estómago.

El castaño pegó su frente a la mia, sin despegar su mirada de mis ojos. Poco a poco acercó su boca a la mia y yo cerré los ojos anticipando el beso que iba venir.

Sin embargo, la puerta de la habitación abriéndose hizo que nos alejaramos a una distancia prudente.

—Veo que ya has despertado, Eva —Melissa McCall se acercó a mi con mi bolso en su mano, sin despegar su vista de Theo—. Stiles llamó para saber cómo te encontrabas y Scott vendrá más tarde.

—Gracias, Melissa. —dije buscando mi movil en el interior de mi bolso, fruncí el ceño al ver un conjunto de ropa que no era mio. Melissa vió mi expresión y explicó:

—Kira te ha traido ropa para que te sintieras más cómoda.

Asentí, agradeciéndole una vez más.

—Ah, y Eva —la miré con atención—, Parrish pasó temprano, necesita un testimonio de lo ocurrido ayer.

—Lo sé. ¿Lydia se encuentra bien?

—Esta mejor, si —dirigió su mirada a Theo que había encendido la televisión, oyendonos de manera disimulada—. ¿necesitas algo más, cariño?

Estaba a punto de negar, pero luego recordé que le había prometido a Mason que lo acompañaría a un club. Me golpeé la cabeza contra la pared mentalmente.

Hurricane ☆Theo Raeken☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora