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  [ HEARTLESS ]



Subí con rapidez los escalones del edificio, oyendo el eco de sus zapatos detrás de mi.

Mi respiración era irregular, sentía la sangre palpitar en mis oídos al igual que mi corazón queriendo salir de mi pecho.

Al llegar al principio de las escaleras eché un vistazo a mis espaldas y visualicé que él me observaba con una sonrisa maniática, ascendiendo con su caminar excesivamente lenta y macabra.

Sin perder tiempo troté hasta llegar a la puerta de mi apartamento e introdujé la llave en la cerradura.

Su risa espeluznante heló cada parte de mi ser y con el miedo dominándome me adentré a en el único lugar donde podía estar a salvo aunque sea unos minutos, tomé mi celular de mi bolsillo trasero y marqué el número de la persona que más detestaba en Beacon Hills.

Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas, dicen.

Me dejé caer al piso, alejándome de la puerta principal y llevando el móvil a mi oreja, rezando para que la persona del otro lado de la línea aceptara mi llamada.

—Vamos, responde… —susurré.

Las pisadas se oyeron esta vez más cerca y en cuestión de segundos la manija empezó a sacudirse con brusquedad.

—No te haré daño, Eva —su voz resonó por toda la instancia, casi como si él estuviera a mi lado—. ¡Abre la maldita puerta!

Cerré mis ojos aterrorizada soltando lágrimas de pánico, mis manos temblaban y tenía que hacer un esfuerzo para evitar que se me resbalase el celular.

—No quería hacerlo, cariño  —él hablo fingiendo estar apenado.



—¿Eva? —su voz del otro lado de la línea me hizo sentir extrañamente protegida.

—Se que dije que aunque fueras la última persona en el mundo no volvería a dirigirte la palabra y si lo hiciera solamente sería para insultarte y recordarte lo mucho que te odio… —una punzada en mi cabeza provocó que soltara un grito de dolor—. Te necesito…—sentí la sensación de mi cráneo expandirse a la vez que percibí la sangre caliente bajar por mis oidos—. Te necesito, Theo yo…—mis ojos comenzaron a apagarse y mi voz apenas salía en un susurro.

Se había acabado.

Todo se había acabado para mi.





Te amo, Theo —murmuré en un hilo de voz, anhelando que por primera y última vez lo oyera—. Siempre lo hicé y jamas te lo dije pero... te amo y no dejaré de hacerlo.

Hurricane ☆Theo Raeken☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora