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;Strange Frequencies;

Lo último que se me hubiese pasado por la cabeza era enterarme de que mi hermano había sido experimento de los Doctores del Pavor.

Se me había revueltó todo el estómago, al pensar en la criatura espantosa en que lo convirtieron.

Quizá era un Kanima como lo había sido Tracy, o tal vez un escorpión como el del chico de Sinema.

Nos habíamos distanciado en los últimos años, y por más que Josh se había empeñado en querer odiarme, yo siempre trataría de protegerlo.

Pero ¿cómo puedes proteger a alguien que amas en un lugar como Beacon Hills, si tu propia vida estaba en riesgo también?

En el momento en que Lydia había llegado a mi lado, había experimentado diferentes sentimientos, desde perplejidad a desesperación, de desesperación a ira y de ira a tristeza.

De todas las personas que vivían en la ciudad, ¿por qué justo mi hermano?

Ninguna persona se merecía que científicos desquiciados jugaran a ser Dios, modificando tu cuerpo para posteriormente convertirte en una criatura grotesca.

Cuando aún seguía arrodillada en el pasillo del Hospital intentando que el aire entrara a mis pulmones, Melissa había llegado hasta a mi junto a Malia y me había aplicado un broncodilatador.

Una vez que había podido respirar con normalidad, las tres habían estado atentas a una explicación que yo no les podía proporcionar. Porque ni yo misma sabía qué diablos estaba sucediéndome. Desde el día anterior me había sentido pésimo y sin energía, había estado segura de que eran síntomas de que estaba enfermándome, sin embargo, en aquel momento me había sentido como si hubieran desgarrado mi garganta, mientras que mi cuerpo temblaba como si hubiera recibido una descarga eléctrica.

Poniendo en segundo plano mi bienestar, me había aferrado a la esperanza de que los Doctores del Pavor todavía no hubiesen llegado hasta Josh para matarlo, y para eso tenía que encontrar a Scott lo antes posible.

Malia me había dicho que nuestro amigo se dirigía a la veterinaria para encontrarse con Stiles y Theo.

Ignorando los llamados de mis amigas y de Melissa, había corrido hacía el estacionamiento y me había montado a mi coche.

No me importaba el hecho de que estuviera inestable o las posibilidades de haber tenido un accidente, me habría dado igual. Lo único que quería era evitar que algo malo le sucediese a Josh.

Aparqué mi auto en el cordón de la vereda y bajé a toda prisa, con la ansiedad adueñándose de todo mi ser.

Scott me recibió con confusión plasmada en su rostro y me acerqué a él de inmediato.

-Scott necesitó hablar...

Me quedé callada al ver las expresiones de Stiles y Theo al verme, sin embargo, aquello no fue lo que me había llamado la atención.

Un cuerpo se hallaba sobre la mesa, oculto, impidiéndome distinguir de quién se trataba.

Empalidecí y me aproximé hacía el cadáver.

No obstante, una parte de mi ya sabía la respuesta.

Sólo bastó con visualizar su cabello azabache para romper en llanto.

Su rostro estaba más pálido de lo normal, sus ojos permanecían cerrados y parte de su cuello y boca estaba bañado de sangre.

Apoyé mi frente sobre la suya mientras soltaba sollozos, provocando que gotitas de mis lágrimas cayeran sobre sus mejillas.

Hurricane ☆Theo Raeken☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora