8: Rances.

26 3 0
                                    



Desperté temprano había una multitud enfurecida de personas del reino protestando a las afueras del palacio. Sabía que con el aumento de los impuestos esto pasaría. Mi padre me ordeno no saliera de mi habitación hasta que todo el problema fuera resuelto. Varias veces intentaba dormir, pero era imposible, los gritos y reclamos de las personas, eran fuertes.

- "Son unos muertos de hambre "-Grito un anciano que estaba pegado en el barandal del portón del castillo.

- "Tengo cuatro hijos que mantener, me parece absurdo ese aumento "-Dijo una señora gorda muy disgustada.

Yo no podía hacer nada, mis practicas políticas en el país son restringidas, puedo hacer todo lo que hacen mis padres, pero no tengo derecho a proclamar ninguna ley nueva. Puedo abrir veinte colegios en un mes si lo deseo, puedo inaugurar cuarenta centros recreativos para los jóvenes si quisiera, pero ¿Tratar de quitar una ley de mis padres? no lo tengo permitido. No sé cuánto tiempo duro la protesta de las personas del reino a las afueras del palacio, lo cierto, es que estoy muy enojado con mis padres. Tocan la puerta de mi habitación, era papa.

- ¿Qué quieres papa?

- Sé que aun sigues molesto con nosotros por haber proclamado esta nueva ley, pero es lo único que podemos hacer para mantener al pueblo.

- ¿Manteniendo al pueblo cómo? ¿Muriendo del hambre? ¡Ay papa por favor!, el día que yo sea rey y ocupe tu lugar juro ser mucho mejor que tú.

-Hahaha, pues hijo eso no lo pongo en duda. Bueno pero eso no es a lo que he venido- Me senté a la orilla de mi cama, tratando de tener una postura firme.

- ¿Dime papa a que has venido?

- Tu madre quiere que desayunemos juntos.

- ¿Era eso? pero si siempre lo hacemos.

- Sí, levántate de esa cama, te esperamos en el comedor

- Vale papa allí estaré.

Salió de mi habitación y cerro puerta con mucho cuidado, él sabe que odio cuando hacen mucho ruido en la mañana. Me tire en mi cama otra vez. ¿Ahora a que me enfrentare esta vez? Juro que si mi madre me hace el mismo juego que a Anna con respecto a su fiesta de quince, tomo mi Cadillac y me largo por seis meses a viajar como lo hacía antes y me olvido de las labores como príncipe.

Tomé una ducha rápida, fui a mi armario y me puse la ropa más cómoda que pude haber encontrado. Un mono deportivo, una playera negra con el símbolo de rock de una banda que me gustaba cuando era más chico y unos converse negros con blancos. La verdad no creo que esa reunión sea tan formal y yo no me sentía con muchos ánimos de vestir de traje y corbata el día de hoy.

Baje al comedor y como de costumbre estaban mis padres sentados uno al lado del otro, me dio mucha risa la expresión de mi mama al verme vestido tan informal, a mi papa le dio igual, me acerque a la mesa y me senté al lado de mi padre.

- ¿Y bien? ¿A qué se debe la ocasión?

- Pues es solo un desayuno normal como todos, solo que con las labores diarias no tenemos tiempo de hacerlo juntos -Dijo mama tomando vino. ¿Es enserio? ¿Qué loco toma vino a las 8:30 de la mañana?

- ¡Mmm...Ya!, Papa ¿Pensaste en lo que te dije?

Mi padre vacilo por un rato - Si hijo, lo he hecho, pero no creo que tu madre este de acuerdo en...

- ¿De acuerdo con qué? -Interrumpió mi madre.

-De cambiar la ley nueva mama. No me parece justo tener que someter a las personas del reino a pagar los impuestos tan elevado, solo porque el petróleo aumento de una manera tan radical, somos el primer país en el mundo con la inflación mas alta. Simple mente no estoy de acuerdo con la nueva ley mama a demás ¿No viste el alboroto que tenían hace rato ahí afuera? - Mi mama puso los ojos como platos.

ImperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora