Capítulo 2

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Abrí la puerta de mi departamento, la 68 del Evergreen por si alguien desea venir a visitarme.

Antes de poder pensarlo, ya tenia al pelirrojo sobre mi, besándome, devorándome los labios con los suyos. Arrojé mi bolso lejos de ahí y le tomé del culo para apegarlo mas a mí, nuestras entrepiernas se pegaban y la mía en particular llevaba unas horas ardiendo como el infierno. Me dirigí hacia el sofá, sin dejar de besarnos en ningún momento.

Me senté y jadee ronco cuando el se meció sobre mi inmenso bulto.

—Buenas tardes Jung. —Su voz sonaba ronca y erótica, dios, que imagen mas digna de una película porno.

—Que tarde mas perfectas. —Le acaricie las piernas.

—¿Como te ha ido hoy?. —El me daba cariño en mi nuca y yo estaba encantado.

—Um... Horrible, definitivamente, me caliento por todo.

Él volvió a mecerse sobre mí, yo suspire, él sí sabia como mover las caderas.

—Creo que Kookie necesita una buena sesión de sexo duro contra la isla de la cocina.

—Depende.

—¿De qué?.

—De qué hayas cocinado hoy.

—Cocine ramen. —Rió sobre mis labios. —No hay nada mas en la cocina.

—Bendita sea la pobreza. —Le mordi el cuello. —Me encantaría ver como se ven de deliciosos en tu cuerpo.

—Kookie. —Me advirtió cuando yo estaba rasgando el paquete del condón. —Quiero que me intentes hacer algo nuevo.

—Pideme todo lo que quieras.

—Pon mis piernas sobre tus hombros, he oído que es la mejor posición para llegar mas profundo.

Recordé entonces cuando aquel actor equis le dilataba la perfecta entrada a SeokJin, aquel castaño jadeaba con sonidos eróticos, apretaba las almohadas, lloriqueaba y se hacia un desastre. Dios, casi me corro con el mero pensamiento.

Hize lo que me pidió, terminé de llenar su entrada con lubricante y me hundí en su cuerpo. Me tiré encima de él y terminé de comerme los fideos que descansaban en sus comisuras.

—Jimin. —Jadee.

Estaba con el cuerpo completamente húmedo, cada emboscada significaba mecer todo mi cuerpo encima del suyo y eso me encantaba.

Yo siempre había amado el sexo con Jimin, porque mi novio sabia hacer perfectamente los roles de pasivo y activo. Lo conocí cuando apenas tenia 16 años, era todo un inexperto virgen que le gustaba grabar a las porristas sólo porque los deportistas estaban muy buenos. De pronto lo encontré a él, quien parecía salir perfectos en todos los ángulos que le tomase. Los primeros días, le tomaba fotos y lo grababa a escondidas solo para en la noche masturbarme pensando en él.

Sonreí a medida que me hundía mas en su cuerpo. Jimin jamas lo supo, pero pasaron meses hasta que decidí acercarme a él. Claro, que siempre fue experto en hacerme pensar y hacer lo que el quisiese y yo me dejaba. Pasó un gran tiempo desde que el pelirrojo dejó de utilizarme y me comenzó a mirar con otros ojos.

Fue ahí que comencé a experimentar el sexo, y claro, no era de ese común con ternura y amor. Jimin siempre fue brutal, en todo momento, siempre -y hasta el día de hoy- que le toca ser el activo le gusta tirarme contra las paredes manosearme a su gusto, repasarme, lamerme hasta que me corro de la pura agonía.

Y no lo voy a negar por nada del mundo. A mi me encanta que me aga todo tipo de cosas.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos por el potente orgasmo que estaba apunto de estallar en todos mis sentidos.

CameramanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora