Capítulo 9

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Jamas pensé que ser actor porno seria tan jodidamente excitante y divertido.

Había pasado un mes y dos semanas ya. Me convertí en uno de los Tops Ten del Ranking en la pagina, los jóvenes mas sexy y excitantes. Estaba en la misma gloria, el rey, me pagaban mucho mas (aunque no es como si me quejara de mi sueldo antiguo) los horarios eran mas cortos pero...

Aquello simplemente no era lo mio.

Me exigían un buen físico, un estado de salud impecable, que gimiera lo bastante. Aunque lo mas curioso de todo, era que al -puto- señor Chang le encantara emparejarme siempre con SeokJin, en todo tipo de vídeos, en los tríos, en las orgías, en todo. Claro, como la carne es débil, yo siempre terminaba por aceptar y no me negaba.

Hasta que un día, con Jimin tuvimos nuestra primera discusión.

—¿Bebe?. —Llegó junto a mí, en el departamento.

Yo me safe de su agarre y quité toda la ropa de mi cuerpo, como siempre lo hacia. Me dirigí al sofá y allí me quedé, respirando como un toro, enojadisimo.

El llegó y se sentó en mis piernas, vestía solo una bata de baño en su cuerpo.

—¿JungJung que pasa?.

—Nada. —Contesté frío.

—Vamos bebé. —Me acarició las mejillas con ambas manos, luego rozó nuestras narices y me dio un besito allí. —Dime, sea lo que sea, lo entenderé.

Aunque para a esas alturas mi ira se estaba desvaneciendo, yo seguía igual de frío. Tenía un problema tan idiota pero tan importante a la vez que me enojaba con mi mismo por no poder expresarle todo aquello.

—¿Quieres hablarlo bebé?.

—Creo que... Estoy sintiendo un poco de asco al...

—¿Al sexo?.

Apreté mis labios, desvíe la mirada hacia un lado solo para no sentir su mirada, me sentía asqueado con mi mismo, tanto que...

—Ah, bebé eso es completamente normal. —Me besó la mejilla. —Tu desde el principio me dijiste que no querías hacer aquello pero era la única manera de que no te despidieran.

—Quizá solo necesito un tiempo... —Suspire derrotado. —Y un mejor empleo.

—Lo que te haga feliz, también me hará feliz a mí.

Lo abracé.

Bueno, quizá aquella no había sido una pelea porque Jimin era putamente perfecto. Soporté unas pocas semanas de tortura allí.

Hasta que un día, llegué a la oficina del señor Chang.

—¡Oh!. ¡Kookie!. —Levantó su culo del asiento de cuero de su oficina, rodeó el escritorio hasta llegar a mi lado, estiró el brazo para palmearme la espalda pero yo ya no me dejé. —¿Que pasa?

Ni un Jungkook pasiva menos, bitches.

—Vengo a presentar mi renuncia, señor Chang.

—¡Aja!. —Se rió amplio... hijo de puta... —Tu no saldrás de aquí, bebé. ¿Tienes idea de todo lo que ha aumentado en ganancias RedAsianBoy's?.

Entre cerré los ojos.

—¿No era usted quién hablaba tan astentosamente de que la reputación era lo primordial?. —Asintió, encendiendo un cigarrillo. —Pues no creo que poner al camarógrafo delante de las cámaras y obligarlo a tener sexo sea una muy buena reputación.

¡Turn down f-

—Oh, cariño, las cámaras sólo ven lo que tu quieres mostrarles.

Chang 1 Kookie 0.

—Además. —Inhaló de su cigarrillo. —Tienes un contrato de dos años conmigo. Luego de que lo cumplas, puedes irte.

Chang 284627824746712 Kookie -12

Dos años... Eso se cumplía en...

—¿¡Tendre que soportar 4 meses más!?.

El hombre se encogió de hombros en su asiento.

Entonces se me ocurrió un maravilloso plan en mi cabeza (si es que antes no moría en el intento).

Para el final del día, cuando llegué a casa, con Jimin descansamos como si no hubiese un mañana.

CameramanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora