-Max... - Sentí como mi abdomen empezaba a moverse frenéticamente- Max- Siguió ignorando mis palabras -¡MAX!- La chica encorvó sus dedos de manera que desató todo en mí.
Tuve un gran orgasmo y me liberé en ella, no podía dejar de jadear, no se detuvo a pesar de todo, haciéndome llegar a una segunda liberación. Después de ello por fin paró, se limpió el rostro, me vio y besó con tal vehemencia que me perdí. Mi mente dejó de pensar en todo lo demás.
Metió su cuerpo entre mis piernas, era alucinante nuestros sexos se tocaron y ella soltó un ligero sollozo de placer, parecía un poco agotada, nos abrazamos, me recargué en su hombro. Nos recostamos un momento en la misma posición sintiendo esa ligera capa de sudor en nuestros cuerpos, uniendo nuestras emociones con tan sólo un abrazo, con tenerla así de cerca juraría que podría hacerme llegar de nuevo sin siquiera intentarlo.
- ¿Ya te dije que te amo? - Ella rio- Te amo, Max- Susurré en su oído.
- ¿Qué estás leyendo, amor? - Mi novia entra a la sala de estar.
- Nada, nada, nada. Flaca - Respondo nerviosa.
Sería demasiado humillante que me encuentre una vez más leyendo escenas eróticas.
-Oh vamos ¿Acaso estás leyendo smut de nuevo? - Dice de forma burlona.
-No- Mis mejillas se calientan de tal modo que me generan dolor.
- Sí que lo estabas leyendo. No puedes engañarme, anda déjame ver - Se acerca a mí.
-No- Escondo mi celular en mi sostén en un movimiento desesperado.
-Eres una bebé ¿Sabías? - Se mofa.
-Me lo dices a diario- Sonrío a la joven intentando hacer que olvide el teléfono.
-Por favor- Salta sobre mí quedando a horcajadas y toma mis manos.
-No- Respondo probando mi suerte al tentarla.
-No seas mala conmigo- Acerca su rostro al mío.
-Tal vez me gusta serlo- Hablo con un tono sugerente.
Bingo.
Cierra la distancia que había entre nosotras con un acalorado beso; los segundos pasan y las cosas empiezan a cambiar a un ambiente más erótico de su parte, causando un poco de miedo en mi ser, pero decido dejarme llevar por lo que estoy sintiendo.
Las manos de Cara comienzan un recorrido a mi cabello para poder halarlo hacia atrás, con un poco de rudeza, para poder tener más espacio en mi boca. Siento su lengua como si jugara con un interruptor en mi ser, uno que resulta ser el terreno más inexplorado de toda mi existencia.
Mi corazón quiere seguir, pero mi cerebro grita que no.
El beso termina y miro sus ojos con ese brillo especial, ese tan único que quiero pensar que solo ha sido para mí, que nadie más ha sido capaz de encontrarlo.
Sé que es egoísta, pero no puedo evitarlo.
Mis manos van instintivamente a la suya y conecto mis labios en ésta.
Quiero grabar cada detalle de ella en mi mente, para no olvidarla nunca.
Me hace detenerme y vuelve a besarme, esta vez tocando mi abdomen y mi cerebro empieza a alertarme de que hay algo diferente y debo parar, pero mi instinto me dice adelante.
Me siento mareada.
Mi pecho comienza a vibrar por mi teléfono logrando interrumpirnos, lo cual no sé si agradecer o lamentar.