11 |Flash Villalpando|

5.1K 599 243
                                    

—Nunca me dijiste que tenías una hermana —comenté, ingresando a su casa, mientras que el cerraba la puerta.

—La verdad es que soy mujer, y eso tampoco te lo comenté —respondió, rodeando mis hombros.

—Eso explica el chico que tocó tú trasero ayer —reí, golpeando su estómago.

—También explica el beso que me diste.

—¡Tú me besaste!

—¡Pero tú respondiste!

—¡Alonso!

—¡Gaby!

—¡Galleta!

Fruncí mi ceño al escuchar una aguda voz. Giré, encontrándome con una chica bastante parecida a Alonso. Claro, su hermana.

Alonso la abrazó, alzándola. Besó ruidosamente su mejilla y la dejó en el suelo.

—Hannah, ella es mi novia, Gabriela —abrió su boca, por supuesto, hablando incoherencias. Rodeé mis ojos y bufé.

—Acepta que no lo soy —respondí—.  Un gusto, Hannah.

Ella sólo sonrió, se acercó y comenzó a caminar al rededor de mi. Observé a Alonso, él sólo se encogió de hombros.

—Me gusta tú chaqueta. ¿Quién la diseño?

—Bueno, supongo que algún diseñador.

Hannah negó con su cabeza, mirándome mal. Bueno, ya me detesta. Que buenas impresiones le doy a la gente.

—Muy mala respuesta. Me caes mal. Estaré en mi habitación, adiós —se despidió, subiendo las escaleras.

—También se me olvidó comentarte que ama la moda y todo lo que tenga que ver con aquella palabra —se encogió de hombros, sentándose en él sofá. Maldito Alonso.

Últimamente lo estoy maldiciendo mucho, ¿verdad? Bueno, al fin y al cabo se lo merece.

—Se te olvidan muchas cosas al parecer.

—Nunca se me olvidará el beso que me diste ayer —cruzó sus brazos tras su cabeza y sonrió.

—Te cortaré la lengua si sigues hablando estupideces —enarqué una ceja, sentándome a su lado.

—¿Por qué habría que cortar la lengua que te dio placer ayer? —preguntó.

Bien, la paciencia no es una palabra que esté constantemente en mi cerebro.

Saqué mi zapatillas de mi pies, obviamente lo saqué de allí, y lo lancé, directamente al rostro de Alonso. Él no reaccionó a tiempo, lo que causó que mi lanzamiento impactara justo con su nariz.

—¿Qué tienen todos con mi perfecta nariz?

—Es operada, no seas falso —contesté, comenzando a reír.

Él iba a responder, pero guardó silencio al escuchar un fuerte y agudo grito. Sus ojos sé abrieron al máximo, él ya no estaba a mi lado.

¿Ahora se creé flash? Flash Villalpando, ridículo.

—¡Gaby! —desde el segundo piso gritó Alonso—. ¡Si a Hannah le dio un infarto por tú escasez de información sobre la moda, juro matarte!

Ahora estoy asustada. Sin dudarlo, también comencé a correr hasta arriba. Alonso estaba al final del pasillo, golpeando una puerta, a tal punto de hacerla pedazos.

—¡Hannah, abre la maldita puerta! —gritó—. ¡Al menos responde!

Silencio. Vaya estoy sudando.

—Bien, si así lo quieres —susurró él, alejándose de la puerta—. Cuando Hannah tenía nueve años, se enamoró de un chico de doce años. Él era ruso, por lo cual no hablaba español. Entonces, mi inteligente hermana consultó por internet como podía decir, "Eres lindo" en ruso. Y lo que terminó diciendo fue... —Alonso guardó silencio, esperando que ella reaccionara.

—No sigas —susurraron.

"Quiero lamer tu trasero" —terminó, riendo.

—¡Oh, como te odio, estúpido! ¡Te dije que no siguieras! ¿No sabes que cuando una chica dice que no, es no? ¡Te odio, te odio, te odio! —Hannah explotó, luego de un rato se sintió un fuerte golpe en la puerta, algo así como una patada..

—Se parece a ti cuando estás con tú periodo.

—Eso nadie lo debía de saber, Alonso —sollozó—. Ahora la chica poco femenina se ha enterado.

—¿Estás llorando, piojo? —preguntó, apoyando su cabeza en la puerta.

—No —contestó, sollozando. Rodeé mis ojos—. Necesito a mamá o alguna mujer.

—Está Gaby aquí, puede ayudarte.

—¿Qué parte de "poco femenina" no entendiste?

—¡Hey, eso me dolió! —llevé una mano a mi corazón, para luego sonreír—. Tú hermano puede ayudarte, él tiene una parte femenina dentro de su cuerpo.

—¿Enserio?

—Sí.

Ella guardó silencio, Alonso guardó silencio y yo también. Alonso está aceptando que lleva una parte femenina en su cuerpo, quiero reír fuerte.

Pero el silencio fue interrumpido cuando la puerta se abrió, dejando escuchar un sollozo.

—¿Qué pasó, Hannah? —Alonso la abrazó, ella apoyó su cabeza en su pecho y siguió sollozando.

—Estoy sangrando.

—¿Qué? ¿Dónde te hiciste daño? ¿Te duele? ¿Quieres que te lleve al hospital? Dime, piojo —se desesperó, mientras sacudía el cuerpo de Hannah.

—Es que realmente pienso que nunca te educaron en el colegio. ¿Te enseñaron biología? —bufé, negando con mi cabeza.

—Reprobó dos años —contestó Hannah, sacando las manos de Alonso de su cuerpo.

—Eso responde mi duda.

—Tus pantalones están manchados,
Hannah.

—Lo sé, maldito. Por algo estoy llorando. No sé cómo eres mi hermano. Yo soy inteligente, y tú, bueno, eres rubio.

—Buena esa —alcé mi mano, para que chocara los cinco.

—Te dije que me caes mal. ¿La inteligencia de mi hermano se te pegó?

—Que humor, nena —bufó Alonso, llevando su mano a su nuca—. ¿Qué tienes?

—¡Su maldito período llegó, Alonso?

—¡Pero si sólo tiene once años! —chilló, lanzándose al suelo—. ¡Mi bebé está creciendo!

—Villalpando, levántate antes que ahí mismo te golpeé. Ve a buscar toallas higiénicas. ¡Rápido! —ordené.

Él se levantó y corrió hasta la primera habitación, ingresó en ella y cerró la puerta de un portazo.

—Es la habitación de mamá —Hannah susurró a mi lado.

Asentí. Aquella pequeña me daba miedo, su mirada es demasiado intimidante.

—¡Encontré esto en la habitación de mamá! ¡Miren! —Alonso salió corriendo de la habitación, mientras que en su mano agitaba algo.

—Déjame ver —indiqué.

Él me entregó un paquete rosado. Fruncí mi ceño al ver que se trataba de tampones.

Le mostré la bolsa a Hannah y ella abrió sus ojos al máximo, negando con su cabeza.

—¡No, no, no, no! ¡Nunca dejaré que entre algo por mi vagina!

—Bueno eso me facilita las cosas —susurró Alonso, sonriendo orgulloso.

—Villalpando, ella no quiere tampones. Tendrás que ir a hacer algunas compras.

—¡Sección femenina en el supermercado, voy por ti!

Menstruation ~Alonso Villalpando~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora