Capitulo 10

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— Eres una maldita perra, ¿lo sabias? No estoy contigo por unas horas y te largas a coquetear con otros. ¿No entiendes que eres mía? Mi maldita propiedad — Grito furioso, por suerte ya estábamos en casa, de todos modos no fue bueno, para nada bueno la forma en que me trajo aquí. Metiéndome prácticamente a rastras dentro del auto fue una estúpida humillación, por suerte no tuvimos demasiado publico, solo algunas personas muy curiosas que se quedaron a ver la escena, pero luego se espantaron cuando Justin les dio una mirada de “métanse en sus propios asuntos” además, lo conocían, sabían quien era él, un maldito mafioso, el mas peligroso de todos, pero aparte de eso, la humillación siguió cuando me metió dentro de la casa como si fuera una muñeca de trapo que trataría como quisiera, gracias a Dios los guardias tenían poco interés por nuestra pelea, pero era inevitable sentirme humillada, en el camino trate de calmarme porque no quería estallar en publico, pero ahora estábamos solo nosotros dos en esa inmensa casa y dejaría a mi furia hablar. Mi sangre empezó a calentarse.

— ¿Sabes que Justin? ¡Me importa una mierda lo que digas o pienses de mí! ¡No puedes tratarme como quieras y mucho menos insultarme! No tienes derecho alguno sobre mí, tampoco soy tuya. Soy de mi misma y si quiero salir lo hare. Si quiero coquetear también lo hare. ¡Al diablo contigo! —sabía que aquello era mentira, pues mi cuerpo tanto como mi alma le pertenecían porque lo amaba, pero al diablo, no pude contenerme. Me aleje de él, quería esconderme en algún lugar, pero no fue mucho cuando sentí su mano en mi brazo, me sostenía duramente. 

Me retorcí del dolor. 

— ¡Suéltame! 

— ¿No eres mía? ¿Estas seguras de eso? Es mi nombre el que gimes y gritas por las noches, es a mi a quien pides mas, yo estoy manteniendo tu culo y el de tu madre, todo lo que tienes es mío, también tu. Y harás lo que yo diga, te guste o no. Si no eres mía no serás de nadie mas, te advierto que estas es la única y ultima advertencia la próxima que decidas comportarte como una perra, pagaras las consecuencias ¿entiendes? — dijo con los dientes apretados, todo su rostro era pura furia y ya no estaba su mirada dulce y de color miel, sino algo oscuro muy oscuro.

— ¡Estas loco! ¡No necesito tus malditas cosas! ¡No quiero nada de ti! — dije y mi voz no daba para mas, quería llorar por sus duras palabras — me lastimas, suéltame… — susurre y el lo hizo. A los pocos minutos ya estaba en una habitación de invitados. Experimentaba toda clase de emociones que hacían que llorara mas, me odie por hacerlo. Debía ser fuerte, pero todo esto era como una montaña rusa, al principio estábamos en los más alto, estábamos bien y entonces luego bajábamos, todo se echaba a perder ¿Cómo era posible? No había pasado tanto de que habíamos echo el amor. ¿Hasta cuando soportaría todo esto? 

Algo dentro de mí me dijo que me alejara de él, pero no puedo. No puedo dejarlo. 

“Solo es una absurda discusión” me dije a mi misma, pero esto era constante, siempre lo fue.

•Cσмρℓι¢αтє∂ ℓσνє• [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora