Capitulo 44

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Justin se alejo de mi rápidamente, y yo trataba de calmar mi respiración.

Los dos miramos a Drew atentamente, él nos miraba confundido.

– ¿Justin es mi papi? – pregunto, y el corazón me latió rápidamente. 

– Cariño… 

– Si Drew, soy tu papá – me interrumpió Justin. 

– ¡Lo sabía! – grito alegremente Drew y corrió a los brazos de Justin – Ahora los niños en mi escuela no me molestaran con que no tengo papá, ¿Por qué te fuiste? 

– Lo siento, campeón, siento haber tardado tanto, pero ahora estoy contigo. Para siempre, ¿Esta bien? 

– ¡Si! ¿Mamá porque nos miras así? ¿No estas feliz? Ahora seremos una familia como la que tienen mis amigos ¿Verdad? – Pregunto Drew en los brazos de Justin.

–Si cariño, estoy feliz – forcé una sonrisa. 

– ¡Que bien mamá! ¿Puedo ir a contarle a Angelo? 

– ¿Quién es Angelo? – pregunte.

– El hombre que me trajo aquí, el me fue a buscar de la escuela y en el camino nos hicimos amigos.

– Oh… bueno, ve – después de todo, la mayoría de las personas que vivían en esta casa, sabían de la relación que mantenía con Justin y de Drew. Además Angelo parecía de confianza ya que Justin no protesto. 

– ¿Por qué se lo dijiste? – pregunte cuando me asegure que Drew no estaba cerca.

– ¿Cuándo pensabas decírselo? Ya era hora, ahora lo sabe nena. 

– Bueno… yo pensaba que no debíamos ser tan rápidos.

– No tengo tiempo para esperar demasiado, el primer día en que lo conocí quise decírselo. No podía aguantar más. – me miro y levanto una ceja cínicamente – ¿Te decepcionas? ¿Pensabas decirle a Drew que el tipo que te trajo en auto la otra noche era su padre? – Y ahí iba de nuevo…

– Oh, no tengo tiempo para tu estupida mierda. Me voy. – camine hacia la puerta pero entonces me volvió a agarrar del brazo – ¡Que mierda quieres ahora! – exclame dándome vuelta y el volvió a atraparme un beso, presione mis manos contra su pecho para alejarlo.

Pero otra vez, mi cuerpo cedió. 

El bajo sus manos por mi cintura hasta mi trasero, lo junto mas a su cuerpo, presionándome contra el, duramente. Gemí.

– Esto, esto es lo que quiero nena…. – dijo cuando se separo a unos centímetros de mi rostro para tomar aire, mire sus ojos que incluso parecían rojizos. 

– Justin…yo – el apretó mas mi trasero. 

– ¿Sientes? ¿Sientes cuanto te necesito ______? – Susurro, su calido aliento chocaba contra mis labios.

Oh, si que lo sentía. Muchísimo. 

Su dura polla presionaba mi feminidad, deliciosamente. 

– No debemos… 

– Sh, no pienses, se que me quieres también – me dio un corto beso y me soltó unos minutos para hablar algo por teléfono. 

Estaba excitada y confundía que no preste atención a lo que él decía. 

Justin cortó la llamada y me miro, su mirada. 

La que solía estar acostumbrada, esa mirada necesitada y excitada. Me hacia sentir hermosa… paso demasiado tiempo de que me volví a sentir así, no lo podía negar. 

– Ven… – me tendió su mano y la acepte, ¿Qué más daba? Sabia todo lo que me hizo pasar, pero solo seria esta vez. Quería dejarme llevar, olvidarme por completo de todo por unas horas. 

Me dio una sonrisa y me atrajo hacia el bruscamente para besarme y cargarme, mis piernas rodearon su cintura y puse mis manos alrededor de su cuello. 

El me sujetaba de mi trasero. No dejamos de besarnos hasta llegar arriba, me separe para tomar aire y me di cuenta de que me llevaba a su habitación. 

Abrió la puerta de una patada y me llevo a su cama. Me tendió allí suavemente y se alejo para ponerle seguro a la puerta. 

– No tienes la puta idea de cuanto espere para tenerte allí, cuanto te extrañe. Y ahora, ahora eres mía, mi esposa – Dijo acercándose a mí. 

Cuando ya estuvo lo suficientemente cerca para sentir su aliento chocar mi rostro, el posiciono sus labios en mi cuello, besando y chupando apasionadamente. 

Su manos tabajaban con mis pechos, haciendo que mis pezones se pongan duros.

Justin en unos movimientos rápidos quedo casi desnudo solo con unos boxer. 

Luego empezó a desnudarme a mí también, sacándome la blusa en un movimiento brusco pero excitante a la vez, dejó escapar un gruñido de satisfacción masculina cuando mis sensuales curvas quedaron completamente a la vista.

Él Bajó la cabeza hasta mis pezones rosas y los lamió, mientras que con las manos moldeaba mis pechos.

Estaba tan asediada por las sensaciones. Que comencé a gemir en voz alta.

Le hundí mis dedos en el dorado cabello y lo acerque a mí. Los dos compartimos un apasionado beso, antes de que la tentación de mis senos volviera a llamarlo a él. Al mismo tiempo, terminó por despojarme por completo de mis ropas dejándome solamente en mis braguitas.

— Oh, diablos. Nena… — gimo Justin. Separe mis labios para decirle que me hacia sentir, tan bien, deliciosamente bien, pero entonces aquella confesión murió en mis labios cuando mire a Justin, el me dio una mirada rara y casi furiosa. Casi pude predecir lo que él pensaba, me imaginaba a mí con otro hombre. Cuando iba a decir que en este tiempo no estuve con ningún hombre desde que el me dejo, que no permití que ningún otro tocara mi cuerpo. Pero él lo interrumpió volviendo a besarme apasionadamente hundiendo la lengua entre mis labios, respondí con idéntico fervor, me besaba casi violentamente. Me quito mi braguita y me contemplo por unos minutos, sus ojos desplegaban placer.

—Tienes el cuerpo más hermoso del mundo, _______…

Por primera vez en mi vida desde hace tres años me sentí sexy y femenina, orgullosa de mí figura.

Justin acaricio mis muslos hasta llegar al lugar más delicado de todos. 

Acarició los húmedos pliegues de mi feminidad y me sentí perdida. El estimuló y dio caricias en círculos a mi hinchada clitoris

—Por favor… —musité, iba explotar.

Justin sacó un preservativo de unas de las pequeñas mesitas de luz. Y pego su mirada en mi, casi atónito.

— Te necesito —afirmó él.

El esbelto y hermoso rostro de Justin estaba tenso de deseo. Me miraba fijamente de un modo que me hacía sentirse verdaderamente especial. _______ sentía que el corazón estaba a punto de estallarle.

Justin me tendió bajo él, se colocó el preservativo y se hundió en mí con un único y poderoso movimiento. Yo sabia que el acceso a mi cuerpo era muy estrecho.

Oh nena… eres tan estrecha — entraba y salía de mi, dejándome una sensación exquisita, gemí y clave mis uñas en su poderosa espalda. 

— Dime… — Jadeo Justin — Dime que nadie te lo hizo como yo… 

— Justin… — gemí y el me dio una nalgada. 

— Dímelo — gruño sin dejar de entrar y salir de mí. 

— Nadie me lo hizo como tú… tu me haces sentir única Justin — y era verdad, me hacia sentir tan bien. El jadeo de placer tanto por lo que le dije y porque estaba apunto de llegar a un explosivo orgasmo junto a él. 

— ¡Justin! — grite, sintiéndome en la cima. 

— Vamos nena, córrete conmigo — me dijo aumentando la velocidad, haciendo chocar sus caderas contra mis muslos. 

Y me deje llevar…

•Cσмρℓι¢αтє∂ ℓσνє• [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora