⁷ 𝘱𝘳𝘦𝘴𝘦𝘯𝘵𝘪𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰.

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ETERNITY

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ETERNITY.
MARZO 2016, JUEVES 31.
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BERLÍN,
SAVANNAH THOMPSON:

—Chicos, en verdad, muchas gracias por ayudarme. —Les digo a Christopher y a Sharon, con la vista en el camino y mis manos en el volante.

—No tienes que agradecernos, Anna. Para eso están los amigos —me dice la rubia con una sonrisa, desde el asiento del copiloto.

—Pero ya, cuéntanos. ¿Cómo es él? ¿Es malhumorado así como se ve en las peleas? ¿Cómo te trató la primera vez que hablaron? —reí antes las preguntas de Christopher, quien estaba sentado en el asiento trasero.

—Él es maravilloso, Chris. Todos los que han hablado mal de él se retractarían si se dieran cuenta de lo bueno que es él —suspiré—. Es una lástima que nadie le de una oportunidad.

—Pero todos dicen que es malo por todas las personas que ha asesinado.

—Él en realidad nunca quiso hacerlo —los dos me miraron atentos—, ya que HYDRA manipulaba su mente. Cuando S.H.I.E.L.D. y HYDRA cayeron, él logró escapar y si se dan cuenta, desde entonces nadie ha preguntado por él. Bucky últimamente no ha hecho nada como para que sea encarcelado hasta que fue incriminado por el hombre que se hizo pasar por el psiquiatra que debía interrogarlo.

—¿Por eso se volvió loquito?

—Sí, Christopher, por eso.

—¡Pero no me respondiste cómo te trató la primera vez que te habló! —pataleó.

—Primero se asustó y enojó ya que había visto mi uniforme de S.H.I.E.L.D. mientras curaba sus heridas, pero le expliqué todo y se calmó. Yo lo cuidé por varios días hasta que se animó a hablarme otra vez, preguntándome qué le había pasado.

—¿Y qué le dijiste? —al mirar a Christopher por el retrovisor, vi como me miraba con los bien abiertos, prestándome total atención.

—Debido a la información que la Viuda Negra sacó a la luz de HYDRA, leí que él había sido manipulado y le habían borrado la memoria muchas veces. Eso fue lo que le dije —estacioné el auto de retroceso para poder aparcar frente al auto que vi de ellos—. Con los días, se abrió más conmigo y poco a poco nos acercamos más, hasta que nos hicimos pareja.

Aw, ya me cayó bien —dice el castaño sonriente—. Salúdalo por mí, anda.

—Allá voy. —Murmuré saliendo del auto—. No andes espiando por la ventana, Christopher. Es de mala educación —le digo antes de cerrar la puerta.

Cuando cerré la puerta y me di la vuelta para verlos, Steve y Bucky sacaban las cosas del maletero lo más rápido que podían para meterlas al otro auto. No eran muchas cosas así que pudieron hacerlo rápido. Había puesto otra ropa para Bucky allí también.

Al terminar, Steve me sonrió entrando al auto nuevamente, agradeciéndome con los labios. Yo le sonreí de vuelta, para después mirar a Bucky. Éste estaba frente a mí con una sonrisa débil, estaba sucio y despeinado, pero no me importó, aún así corrí hacia él para plantar un beso en sus labios mientras me cargaba, suponiendo que los demás ya se habían ido.

—Te extrañé mucho. —Susurró en mis labios, mientras me dejaba en el suelo con delicadeza.

Iba a hablar, pero me di cuenta que el wolsvagen en donde Steve, Harley y Sam estaban, mirándonos con sonrisas pícaras.

Reí al ver cómo Bucky miraba al rubio en reclamo, a lo que éste les dijo algo que no logramos escuchar a los demás para después despedirse con su mano como los demás y después arrancar el auto para irse.

James y yo nos miramos de nuevo, y a los pocos segundos, él volvió a besarme.

Había sentido mucho miedo, ya que no sabía en donde se encontraba. Siempre supe que llegaría el día en que él volvería a ser buscado, pero nunca creí que de esa manera. No con la mitad de Los Vengadores detrás de él.

Me separé al sentir mis ojos picar, llenándose de lágrimas—. No vuelvas a hacer eso otra vez —lo regañé entre sollozos—. ¡No sabes cuánto me asusté! No sabía en donde estabas, no estaba segura si estabas con Steve o no.

—Ya estoy bien, Annie —ríe, limpiando mis lágrimas—. No llores, por favor. Voy a estar bien, lo prometo —mi corazón se paralizó ante lo que dijo.

—¿Qué? ¿Cómo que estarás bien? ¿A dónde vas? —las palabras salieron rápido de mi boca, con mi voz alterada. Bucky suspiró—. ¿Tienes que ir con ellos?

—Debo ayudar a Steve a encontrar al psiquiatra.

Comencé a negar, retrocediendo unos pasos. Él tomó mis manos atrayéndome a él.

—Savannah, escúchame —intentó decir.

—¡No puedes hacerme ésto! —rompí en llanto—. Teníamos planes, aún podemos cumplirlos —pausé para tomar aire—. Si te vas, puede que no vuelvas jamás. No, Bucky, por favor, no vayas.

Cielo, tengo que ir. —Tomó mi rostro entre sus manos, hablando con firmeza. Su voz comenzó a temblar, dando señas de que quería llorar—. No quiero hacerlo. Quiero quedarme contigo para siempre y cumplir todos los planes que hicimos éstos tres años —negué, con lágrimas cayendo por mis mejillas—. Te amo.

—No —sollocé—. No te despidas. Dijiste que estaríamos juntos eternamente, me lo prometiste y yo te lo prometí.

—La promesa no ha caído, y jamás lo hará —besó mis labios fugazmente—. Te buscaré. Volveré a verte aunque me cueste la vida y te prometo —tomó mis mano y la entrelazó con la suya, para después besar la mía— que cumpliremos cada uno de nuestros planes.

—No me dejes —supliqué. Vi sus ojos cristalzarse al conectar nuestras miradas. Yo no tuve más opción que dejarlo ir—. ¿Juntos? —sollocé, pegando mi frente a la suya.

—Eternamente.

Y me besó, por última vez.

Eternity » James B. BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora