⁴ 𝘴𝘰𝘱𝘰𝘳𝘵𝘢𝘳.

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ETERNITY

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ETERNITY.
MARZO 2016, JUEVES 31.
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BERLÍN,
SAVANNAH THOMPSON:

Cubrí mi rostro con exasperación.

—¡Respóndeme! ¿Cómo es eso que estabas en Bucharest sin compañía? —Pregunta nuevamente Sharon, con la respiración agitada.

—¡Sharon, cálmate! Fui a investigar porque un civil avisó haberlo visto mediante las redes sociales. Se lo notifiqué al jefe y él no me creyó, así que decidí ir por mí misma.

—Pudo haberte matado —apreté mi quijada al escucharla hablar así de Bucky, más no podía quejarme—. Fue muy peligroso. Si te mataba nadie hubiera sabido que fue él ya que hubiera escapado.

—Pero ya está bien, tranquilízate, ¿si? —Christopher apareció a mi lado, intentando calmar a la rubia.

—Ahí vienen. —Me dijo el Comandante Everett Ross apareciendo a mi lado.

Los guardias abrieron la camioneta, y de ésta bajaron Steve, Harley y Sam, ya cambiados con ropa normal y no con sus trajes de batalla.

—¡Mi bate! —Lloriquea Harley viendo cómo se lo llevaban, y cuando quiso ir por él, Steve la tomó por la cintura e hizo que caminara junto a él hacia donde estábamos nosotros.

Los tres miraron a Bucky, quien estaba a varios metros detrás de ellos siendo trasladado en una cápsula. Yo no tenía el valor de verlo, no lo soportaría.

—¿Y a él qué le pasará? —Cuestiona Steve.

—Lo que debería pasarte a ti —dijo el Comandante Ross a mi lado—. Evaluación psicológica y extradición.

—Él es Everett Ross, Comandante de las Naciones Unidas. —Lo presenté algo inquieta. Odiaba la idea de lo que le fueran a hacer a Bucky, a pesar de que ya sabía lo que harían con él.

—Y un abogado, ¿no? —gruñe Harley cruzada de brazos y un puchero en sus labios. Steve intentó ocultar la sonrisa que se le había formado ante ese comentario.

—Qué graciosa. Un abogado —los miró a los tres—. Quiero que todas sus armas y trajes de batalla sean retenidos, asegúrense de ello. Les firmaremos un recibo. —le dice Everett a Chris y a Sharon, a lo que éstos asintieron y obedecieron. Nosotros nos dimos la vuelta y comenzamos a caminar con ellos siguiéndonos.

—Espero no ver por la ventana y descubrirlos volando en esa cosa —gruñe Sam viendo cómo se llevaban sus alas.

—Se les va a proporcionar una oficina en lugar de una celda. —Dice el Comandante Everett Ross caminando pasos adelante de los demás junto a mí—. Por favor, quédense ahí. Asegúrate de ello —me dijo lo último en un susurro, a lo que yo asentí.

Luego de un rato, cada quien se fue al lugar en donde estuvieron asignados. En el caso de Harley, Steve y Sam, los tres se encontraban en una oficina que estaba en el centro del lugar, con ventanales en vez de paredes, para así poder vigilarlos de mejor manera.

Eternity » James B. BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora