veintres (medio largo)

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Apartir de ese día, mi padre se encargaba de despertarme todos los días, hacerme el desayuno e incluso algunas veces llevarme al colegio para hablar con mi directora.

Sólo había una cosa que no había cambiado: mis notas. Del 4'9 en todas las asignaturas no pasaba.

Ese día cuando llegué al colegio, Vanessa vino corriendo a mi como si su vida tratarse de ello. "Has visto esto?!" Gritó sujetando un papel en sus manos. Según indentifiqué, era un póster. "Son las carreras! Las carreras ilegales donde todo el mundo apuesta dinero por algún corredor! Tenemos que ir!"

"Primero, deja de gritar; y segundo, no tengo dinero para apostar por nadie" Dije cogiendo mis libros de la taquilla. "Además mi padre no me dejará salir esta noche, estamos a Miércoles."

"Vamos Ellie" Se quejó. "Yo te prestaré el dinero y le puedes decir a tu padre que te quedas a dormir a mi casa porque mañana tenemos un examen muy difícil"

Suspiré.

"Esta bien. Pero no quiero que bebas" Ella solo gritó y me abrazó pegando saltos.

Adivinen quien mañana tendrá unas ojeras que llegarán hasta China y se dormirá en la clase del Señor Robinson.

3:23 a. MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora