Capítulo 13

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N/A: Hola! Se que ya voy un mes sin publicar y por eso quería preguntarles algo: ¿qué les parecería que hiciera un maratón? Dejen sus respuestas en los comentarios ; )

PD: ¡Feliz cumple @worstthings, espero que lo hayas pasado bien! 

Capítulo 13

AMAPOLAS, ATAQUES Y SUPOSICIONES

El silencio gobernaba entre los estudiantes mientras escuchaban el texto que el profesor leía. Warren Salisbury era un demonio de más de cuatrocientos años de edad que no soportaba para nada las conversaciones entre alumnos mientras daba clases. O mejor dicho, no soportaba las conversaciones entre alumnos en ningún momento. A pesar de formar parte de la tercera jerarquía, se lo consideraba un demonio muy poderoso, puesto que a lo largo de los siglos había conseguido reunir conocimientos y poderes pertenecientes a otras criaturas. Usualmente, limpiar los salones después de clase, las oficinas de los directivos, o ser asistente en la enfermería durante un mes, eran algunos de los castigos que daba si aquella norma de no hablar en clase se rompía. Y, a pesar de que para un ángel o demonio con habilidades sobrenaturales era una tarea de unos minutos, el profesor dejaba siempre a alguien a cargo para asegurarse de que todo fuera hecho de la misma forma que lo haría un humano. 

Un pequeño estruendo llamó la atención de los alumnos, e interrumpió la calma del lugar. Un murmullo que empezaba a crecer con los segundos, fue callado abruptamente por el profesor Salisbury, que dirigió su vista a las culpables de ruido. 

Las puertas se habían abierto repentinamente y vuelto a cerrar en unos segundos. A través de ellas entraron dos muchachas a toda prisa. Tenían el cabello revuelto y en su rostro se reflejaba  preocupación. Se dirigieron al profesor sin detenerse a observar a sus demás compañeros, que estaban sorprendidos por la repentina aparición —y también impuntualidad— de los dos ángeles que solían ser las primeras en llegar al aula de clase: Aubrey y Lía Salas.

A pesar de que trataron de bajar al máximo el volumen de su voz, de modo que solo el profesor pudiera oírlas, parecía que se olvidaban de que todos los presentes tenía un oído adaptado para escuchar hasta el mínimo susurro:

—Selene Montoya no vendrá hoy, se siente... muy mal —dijo una de las chicas.

—Hablamos con un profesor, nos ha dicho que es un efecto secundario de su Don. Creo que la han llevado a la enfermería... creo.

El profesor las escuchó atentamente y asintió en cuanto terminaron de hablar. No parecía estar sorprendido por la afirmación, más sí preocupado. Les dio una señal a las chicas y estás dieron media vuelta, se dirigieron a toda prisa al fondo del salón y tomaron asiento en la fila central, junto otro grupo de ángeles que no perdieron tiempo y empezaron a preguntar.

La muchacha de pelo negro se inclinó hacia adelante, quedando a algunos centímetros del oído de su amiga. Su compañera no perdió ni un segundo y se acercó lo más que pudo, interesada en la información que sabía que su amiga brindaría.

—Mentira —fue lo único que salió de su boca.

Luci se dio vuelta rápidamente con el seño fruncido en señal de confusión. Dalia la miró con la misma expresión que su amiga.

—¿Qué? —preguntó Dalia, adelantándose a la pregunta de la pelirroja.

—Es mentira —repitió Izzy—. Selene Montoya no puede tener ningún efecto secundario de su Don, ¡por qué todavía no lo ha recibido! —susurró con más fuerza.

—¿Y cómo sabes tú eso? —preguntó Dalia—. Creí que no te metías en asuntos de ángeles.

—Y no lo hago. La semana pasada escuché a un grupo de ángeles hablando de sus Dones y esas cosas. No estaba interesada en escuchar, pero me tuve que quedar un poco más para terminar de guardar mis libros. Selene era parte del grupo, dijo que le faltaban varias semanas para obtenerlo.

La Hija del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora