Capítulo 17

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N/A: Ante todo, lamento mucho no haber podido continuar con el maratón, pero por problemas personas definitivamente tuve que suspenderlo por el momento. En estas últimas semanas conseguí adelantar algún que otro capítulo para volver a publicar los lunes. Trataré en alguno de mis ratos libres (ya que he vuelto a empezar las clases) adelantar algunos capítulos y así poder continuar con el maratón que les prometí. 

Y ahora sin más preámbulos, les dejo el capítulo. 

Capítulo 17

EL PRIMER ENFRENTAMIENTO

Parte 2


Abrieron los ojos.

El lugar estaba sumido en la completa oscuridad y todo estaba hundido en un profundo silencio que las alarmó momentáneamente. Su vista se adaptó rápidamente a la oscuridad, sin problemas.

Estaban en un pasillo bastante amplio y, por lo que veían, también largo. Apenas estaba amueblado: un par de mesas redondas de madera y alguna que otra silla, se ubicaban estratégicamente para reducir la sensación de vacío que generaba tal espacio. Todas las mesas tenían jarrones de distintos tamaños y diseños, y algunos de ellos estaban ocupados por flores de distintos tipos. Bajo sus pies, se extendía una larga alfombra de tonos oscuros salpicados en amarillo.

Dieron algunos pasos por el lugar, algo perdidas y aturdidas, ¿en dónde estaban?. Luci era la más confundida de las tres, pues se había concentrado totalmente en ir al lugar en donde estuviera la criatura, y sin embargo habían acabado en un lugar vacío y silencioso, que no presentaba rastros de la misma.

—Luci... —empezó Izzy—, ¿a dónde diablos nos has traído?

Con una seña casi instantánea, Luci la calló. La pelirroja había notado algo extraño, una mancha oscura cerca de ella que captó su atención de inmediato. Se acercó hasta aquella zona y notó que el mueble de aquel sector estaba volteado, que el jarrón que acompañaba al mueble estaba en el suelo, destrozado completamente y convertido en pequeños pedazos de cerámica. El agua y las flores del mismo se habían esparcido por todo ese sector. Sin embargo, pronto notó que aquel líquido cristalino, que lentamente ganaba espacio sobre la madera, traía algo más consigo: sangre. El líquido, espeso y carmesí, se mezclaba de a poco con el agua, tomando un tono más claro que se perdía en el oscuro suelo.

Se agachó para estar a la altura de aquella mini escena del crimen. Agudizó la vista para examinar mejor aquella zona y como resultado advirtió que algunos de los pequeños trozos de cerámica que antes conformaban el jarrón tenían un tono rojizo oscuro. Tomó uno de los trozos del jarrón y lo olió; el olor seco y metálico la inundó y confirmó su teoría: definitivamente era sangre. Por su apariencia y estado se dio cuenta de que era sangre fresca.

—Luci... —habló Dalia en un susurró—. Mira —señaló al pasillo.

La nombrada se levantó del lugar y se dirigió hacia su compañera. Se centró en el punto que entretenía a la castaña y notó algo que no había visto antes: la alfombra que cubría el suelo del pasillo estaba arrugada y desarreglada, varios muebles habían sido volteados y algunos estaban destrozados. Las paredes y el suelo tenían marcas de garras y vio que un fino hilo de sangre, que iniciaba a mediados del pasillo, se engrosaba más hasta llegar a la zona que había escrutado con anterioridad.

Las tres chicas siguieron con la vista el hilo de sangre, pues no terminaba en el jarrón destrozado que Luci había visto poco tiempo atrás, sino que continuaba hasta la puerta que se encontraba al final del corredor, cerca del lado en el que estaban.

La Hija del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora