Capítulo 8: Un vampiro

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-La mordidad... tal vez uno de los Lidgude obligo a un vampiro a que te ataque.
-Claro, existen los vampiros, estaban en mi...
-Los arcangeles te mostraron a través de sueños el pasado.
-Ah gracias, y ¿puede que ese vampiros sepa que va a pasar o algo?
-Seguramente, y con un hechizo puedo localizarlo. Pero para que te encuentres con el vampiro debes estar entrenada.
-¿Piensas que la puede atacar? Entonces no-dijo Stefan molesto.
-Si, pienso eso. Pero tiene mucho poder y con entrenamiento podra enfrentarse a posibles adversidades.
-¿Tengo que entrenar o algo asi?
-Si, sera muy necesario.
-Pero, ¿Dónde?
-En el bosque.
-Bien, y ¿cuándo empezamos?
-¡Que entusiasta! Mañana si no te molesta, es que estoy jubilada, tengo tiempo.
-Genial.

Marina se fue luego de saludar y pasarme su número por cualquier cosa que pudiera pasar.

-Si no queres hacer todo esto esto bien Ky, en serio. Es mucho sacrificio... y no lo valgo-dice bajando la vista y tomando mis manos.
-¿¡Qué no lo vales!? Si que lo vales, eres muy importante para mi y además... es mi trabajo cuidarte el trasero-le dije tomandolo del menton para que no baje la mirada.
-Te quiero mi angel guardian.
-Yo no te quiero-digo riendo y abrazandolo.
-En serio estas más deprimido... deberías estar feliz, porque por fin obtuvimos respuestas y ayuda.
-Es verdad-dice sonriendo.
-Tengo una idea, esta noche salgamos con Aaron.
-Esta bien, se que tengo un animos de mierda pero es que tengo miedo de que te pase algo.
-No va a pasar nada.

Se fue a su casa.
Verlo con ese animo me hacía mal, tal vez por el vínculo o tal vez porque de verda me importa.

Acordamos reunirnos en el parque de diversiones de la ciudad a las 7pm.
Ya son las 6pm. solo falta que me vista.
Abro el armario. Escogo unas New Balance con tonos turquezas, una remera musculosa corta color fucksia, y un short negro y rajado.
El taxi espera afuera.
...

Al llegar esta Aaron en la entrada del parque. Me aproximo y lo saludo.

-¿Quéres entrar y que después Stefan nos busqué?-no me gustaba la idea.
-Esperemoslo, es muy grande el lugar y olvidate de que nos escuentre.
-Mejor...-dice con una sonrisa coqueta pero a la vez tímida.
-Dejarías a tu amigo solo, que mal-digo negando.
-Entre chicos las amistades son difenrentes.
-Como tu digas...-rie.

Llega Stefan.

-Entremos-dice Aaron.
-Empecemos por la montaña rusa mas grande-dijo y una puntada me atraveso el pecho al ver la altura de esta.
-Se ve espectacular-dice Aaron.
-Vamos-de dóde sacare tanto valor.
Nos sentamos en el bagón, Stefan a mi izquierda y Aaron a mi derecha.
Antes de que empiece observo a Aaron y veo su cara de terror. Entonces tome su mano y lo mire a los ojos.
-Ahora no tengo miedo-espero que no note que me ruborice.
Miro a Stefan y noto su cara de estoy a punto de estallar de risa pero no estallo.
-Que románti-su palabra quedo cortada porque justo empezo la montaña rusa a toda velocidad.

Stefan tenia su pelo negro totalmente alvorotado y Aaron todavía no había soltado mi manos.

Cuando nos sacamos el seguro lo solte, no tenía otra opción.

Probamos otros juegos menos extremos que en lo personal me encataron.

Compramos hamburguesas y unas gaseosas. Comiamos mientras caminabamos por el parque.

Al cabo de 10 minutos empece a sentir un mal presentimiento, como si no estuvieramos seguros.
Stefan justo estaba en el baño, los 2 litros de Coca Cola surtieron efecto.

Segui caminando junto Aaron cuando todas las farolas del camino iluminado empezaron a caer. Una casi aplasta a Aaron, pero lo logre empujar con gran fuerza.
Eran de las farolas altas y naranjas que suelen alumbrar las calles.
Las personas corrían presas del temor. Mi primer impulso fue ir al los baños de hombres.

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