Capítulo 16: En estas dos semanas aprendi a molestarte

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-Podrías ser más específico.

Bajo la velocidad y note como se puso tenso. Su mandíbula se apretaba y sus manos tomaban el volante con mucha fuerza.

-Los Lidgude, me... Me amenazaron con que me hechizarían para morderte si seguía acercándome a vos-se veía perturbado y se que no debió ser fácil para el.
-¿Es decir que estas dos semanas estuviste actuando?
-Si, y fue muy duro. Tenerte a mi lado y no poder hacer nada.

No sabía que decir. Sabía que mi corazón se estaba acelerando pero no me importó que lo supiera.

-¿Y qué hace diferente que ahora me puedas hablar como si nada?
-Hable con uno de los brujo y me hechizó para que los Lidgude no me vean como a Owen, sino como a una mujer.
-¿Una mujer?-Largue una carcajada. Aunque el seguía con la vista en el camino pude distinguir que también reía.
-Asi que si te beso y las personas nos ven, pensaran que sos gay. Mejor, así no se te acercan hombres-reía, pero una imagen nublo mi mente, el besándome.

-Ey, no estoy en contra de los gays pero yo no lo soy, y quiero que los chicos se me acerquen.
-Pues, yo no.
Me observó con una media sonrisa que me hizo entrar en calor. Llevaba una chaqueta de cuero negra y unos jeans. El look de chico malo le asienta de maravilla.

Paro el auto frente a un Starbucks como si me hubiera leído la mente.

-Tomemos algo-dice y bajo del auto. Este hace lo mismo y rodea el vehículo para nuestro encuentro.
La lluvia ya no era fuerte, de hecho, no me molestaba.
Cuando me doy media vuelta para entrar al Starbucks, me toma del brazo y me gira hacía si. Nuestras narices casi chocan y un aliento a menta inundo mis fosas nasales.

-Ky, te amo-no lo dijo firme y con intensidad, si no que suave como un susurro. Como un secreto entre ambos que nadie más que el y yo podíamos saber.

Sus labios rozaron los míos y me beso con intensidad. Su mano tomo mi cintura y me pego a el, y la otra tomo mi rostro. Era tan plansentero y aún más saber que nunca me odió, y que es un excelente actor.

-Te ven como una mujer-digo sin dejar de besarlo, porque lo único que me importaba en ese momento era estar los más cerca de el, bajo la fría lluvia que nos situaba en un escenario de película.
-Era mentira. En estas dos semanas aprendí a molestarte-dijo emposando una media sonrisa mientras me besaba.

Abri mis ojos y lo mire a los suyos apoyando mi frente en la de el. ¿Hace cuanto el los tenía abiertos?

-Te extrañe-le digo, porque extrañaba mucho que me mirara de esa manera.
-Y yo más.
-Owen Walker, me engañaste.
-¿Me perdonarías, Kylie Mayers?
-Por su puesto.

Era perfecto para mi, todo en el me atraía.

Me tomo de la mano y entramos a Starbucks. Pedimos dos frappuccinos, se cumplió mi capricho.

Nos sentamos en una mesa pegada a un gran ventanal.
Tome un sorbo de esa deliciosa bebida que calentaba mi cuerpo, miré la calle y los charcos que la lluvia dejaba. Pensaba en las palabra que me dijo hace cinco minutos, "Te amo".
Dejó de mirar afuera para enfocarme en sus ojos verdes.

-No podés amar a alguien tan rápido.
-Vos, más que nadie, sabes que eso si se puede-dijo levantando las cejas, como si no pudiera ver algo que tengo en frente. Sabía que se refería a Stefan.
-¿Por qué pensas que lo amo?
-Se nota por como lo miras, se que no es de esa manera, pero lo amas-dijo y observo la lluvia.
Luego me miro a los ojos con preocupación.
-Me siento cursi. Stefan tenía razón.
-Lo cursi te asiente muy bien-digo sonriéndole.

Tenía mi mano apoyada a mitad de la mesa, el la mira y me mira, como un nene, dudando de lo que va a hacer. Desliza su mano por esta, hasta llegar a la mía. Me mira y sonríe con inseguridad. Me daba ternura, pero luego del descarado beso que me planto hace rato, me parecía absurdo que dudará de eso.

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