Capítulo 1

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Iba por la calle, un día normal. La Gran Vía estaba llena de gente y todas las personas llevaban, al menos, un par de bolsas en cada mano. ¡Asco de capitalistas! A mi alrededor empecé a escuchar exclamaciones de sorpresa.

  — ¡Sí, es mucho más guapo en persona!— exclamó una mujer con abrigo de visón

  — Yo le daba de mi Nesquik especial — soltó un niño repeinado

— Él si que es futuro y no el coletas — sentenció un hombre con los pantalones por los sobacos y unos tirantes con la bandera de España.

Continué andando sorprendida y expectante por ver que encontraría delante. Para mi sorpresa me encontré de repente en mitad de un escenario naranja y a mi lado se hallaba nada más y nada menos que ¡¡¡ALBERT RIVERA!!! (con unos extraños polvos blancos alrededor de la nariz). Albert se acercó a mi y me dio un abrazo. La repulsión hizo que me diese una arcada y el vómito asaltase mi garganta

  —  ¡Qué mala española! ¡A la hoguera por roja! ¡Viva la derecha disfrazada de centro, hombre ya! — comenzaron a gritarme los ciudadaners y alberters.

Salí corriendo de allí, en dirección a Primark para quemarlo, que era mi plan del día.  La gente comenzó a perseguirme tirándome zanahorias afiladas (por su color naranja). Estaba cansada y cuando iban a pillarme me introduje en un callejón oscuro. Noté una mano en mi espalda y en el momento justo en el que iba a gritar ¡Socorro, Lenin! otra mano me tapó la boca. Al oído una voz varonil me susurró:

  — SHHHHHHHHH, relájate. Estos consumistas populistas no te van a coger.

Me giré y ante mi vi a un hombre robusto, guapo y listo, pues tenía tatuada la hoz y el martillo en el cuello (¡Qué sexy!)

—   Oh, gracias. —dije impAKTADISIMA XK ESTABA MUY BUENO, MÁS QUE ELRUBIUS

  — Soy Carlos, aunque me llaman Karl ¿Tú?

— Soy Carmen, aunque puedes llamarme Karm jeje (no tenía ni puta gracia)

— Jeje (Ah pues si que la tenía, pensé) En twitter soy @KarlMarx o @UniversoSimpson

— ¡wOW! ¿Eres Universo? Te sigo guapo, válido, necesario.

Salimos de allí y nos unimos a un grupo de podemitas y gente de Izquierda Unida. Estaba en mi salsa: Rastas, porros, piojos, hedor, cachimba, sexo gay desenfrenado sin condón, abortos... Era feliz, junto a Karl. 

  — Me gusta escribir libros, tengo dos.—me dijo.

— Wow! —me estaba repitiendo demasiado— ¿Cuáles son los títulos?

— Wigetta y el bastón mágico y el Manifiesto Comunista   

Le besé y tuvimos sexo comunista. Pagamos a medias el condón ONVRE YA y tuvimos siete hijos rojos con el paso del tiempo:

-Lenin Jr.

-Fidel Castro

-Huguito Chávez

-Nico Maduro

-Stalin Jr.

-Karl Jr.

-Adolf (Que este tenía problemas, el pobre)

y uno adoptado: -Mao Tse Tung

Así es como todo comenzó.

Nos remontamos al pasado. Karl y yo llevábamos un par de semanas detrás el uno del otro. Su barba era lo que más me gustaba. Siempre que tenía frío metía las manos en ella, en busca de cobijo y calor. Sus entradas me llamaban la atención, tenían un brillo particular, dado por la cantidad de ideas que salían de la cabeza de este genio.

Recuerdo aquel doce de diciembre en el bar Yuri Gagarin en la calle Cosmonautas. Aquel bar era el recinto donde más feliz me sentía. Karl me lo descubrió y desde entonces me sentía en casa cuando estaba allí.

Nos sentamos en uno de los sofás, que habíamos pagado entre todos y era de todos aunque lo era más del Estado, pero bueno. Nos pedimos un cóctel Stalin que consistía en vodka ruso de las estepas, zumo de tomate (la fruta del comunismo) y un poco de sangre de capitalista, que le da el sabor.

  — Carmen, ¿qué es eso que llevas en los labios? — me preguntó Karl, extrañado.

— Pintalabios ¿por qué?

— MALDISTA ESPECISTA!!!!!!!!!!!!!!! Las cochinillas mueren por hacerte los labios más rojos. ¿Te crees mejor que una cochinilla? Vale que estés mas evolucionada, que tengas un sistema nervioso mucho más complejo y que tengas cultura, razón, inteligencia y demás pero ¿Eres mejor que una cochinilla? Yo creo que no. Aunque ese rojo comunista te favorece, puta especista.

— En verdad es un labial Do It Yourself. Lo he sacado del canal URSSbeauty, el mejor de todo LeninTube.

— Ah, lo siento.— me miró triste, como Albert pidiendo votos, pero en guapo.— De verdad, ¿cómo lo has hecho?

— Necesité una bandera de España. Con el escudo hice el packaging y con el rojo hice la propia barra, derritiéndola. Con el amarillo he puesto el nombre abajo. Aparte le arranqué cuatro pelos al cadáver de Ford (maldito capitalista) para hacer un pincel aplicador.

— Eres una diosa.   —noté su mano en mi vientre— Guapa. Restriégame ese lipstick no capitalista por toda la barba. Nos besamos y me llevó a otros Universos, donde todo es rojo, donde todo es de todos, donde la hoz y el martillo lideran los edificios, donde los capitalistas son asesinados, donde los gulags eran patrimonio.

Ahí me enamoré de él, en el perdido bar Yuri Gagarin. Seguimos bebiendo y bailando grandes éxitos como el himno de la URSS, Fidel Rey Castro, Bohemian URSSody y mi favorita, Side to Cuba de Comuriana Grande.

Toda la noche me sentí hipnotizada por sus ojos que me desnudaban por dentro. De repente algo me sacó de la oniria. Gritos que me desconcertaron. Eran mis hermanos comunistas, gritando de terror. En el centro de la pista se hizo un corro. Todos miraban asustadísimos. Me acerqué, junto a Karl. Lo que vi me cambió la vida. Era una nota

RAJOY HA GANADO LAS ELECCIONES EN 2016.

Karl Marx y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora