Cuenta la vida de una chica un tanto diferente al resto, a la que le suceden cosas de cualquier tipo que poco a poco va afrontando . También se le cruzan de por medio varios chicos que hacen que la protagonista pierda la cabeza.
Daniela decide irse a dormir y dejar en leído a Sergio. Mañana será otro día.
Al día siguiente Daniela se levantó pronto para ir al gimnasio como hacía siempre, completó su entrenamiento y para compensar la falta de ayer decidió correr un rato en la cinta antes de ir a clase. Suerte la suya que justo cuando empieza se colocan alado suyo María y su amiga. Daniela apaga la música de sus cascos pero no se los quita (para disimular). María le cuenta a su amiga: -Ayer quedé con él, en nuestro restaurante de siempre al salir de clase ¡y no estaba! Le estuve llamando toda la tarde ¡y no me cogió el teléfono! Y para colmo, ¡se presentó a cenar a mi casa con un chucho! Me dijo que estaba ocupado trabajando, y que el perro se lo había encontrado allí, no se si creerle...
Daniela horrorizada por lo que acababa de oír paró de golpe la cinta se bajó y se fue a los vestuarios, sus lágrimas se camuflaban bajo la ducha, se vistió y se fue para clase. Una vez allí estuvo despistada toda la mañana así que hizo una pausa para llamar a Laura y contarle todo. -Tía tu no te preocupes, será por que no aguanta a María y quiere conocerte a ti, estoy segura de eso aunque no hubo beso. -Encima he quedado con el el viernes, me va a venir a buscar a casa, ¡y no me quiero distanciar del perro! (Entre sollozos) -Tranquila de verdad, verás como todo se soluciona, ¿qué tal está Edu? -Pues celoso... encima nos vio cuando estábamos paseando en el parque y ahora esta algo mosqueado. -Queda con el hoy, dile que te de un masaje o algo y habláis... -Está bien, te tengo que dejar que tengo clase... -Vale bombón, muak
Daniela cuelga el teléfono e inmediatamente le escribe a Edu un mensaje: -¡Buenos días Edu! ¿Tienes hoy un ratito libre? Esta mañana me he echo daño en el gimnasio y me vendría bien tu ayuda.
En el mismo instante contesta: -¡Claro! A partir de las cinco estoy disponible. -A las seis termino de entrenar a las niñas, ¿te viene bien a y media? -Genial, ¿me paso o te pasas? -Pásate mejor por mi casa, que hoy está libre. -Pues luego nos vemos guapetona -Vale, 😚
Daniela decide saltarse la última hora y volver a casa antes, cuando sale de la facultad se dirige al parking donde tenía aparcado su coche y para colmo la estampa que se encuentra, a Sergio esperando en otro flamante coche diferente al de ayer, en chandal como ya es típico en él y esta vez con gorra.
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-¿Qué haces tú aquí? -Esperarte -Si... ¿a mi o a María? -A ti. -¿Por qué no me lo habías dicho? -¿El qué? -Que ayer a la que estabas esperando es a María, no a mí y que no la cogiste el teléfono y que la pusiste de excusa el trabajo... -¿Quién te ha contado eso? -Lo escuché esta mañana en el gimnasio, resulta que vamos al mismo ¿sabes? Pensé que eras más listo. -Tienes razón Dani, estaba esperándole a ella y tenía que habértelo contado, ¿pero sabes qué? Prefiero estar mil veces antes contigo que con María, no sé que hacer para deshacerme de ella... -Pues muy fácil, primero empezando por contarle la verdad. -No la conoces... Intentará joderme sobre todas las cosas, no quiere ser consciente de que por ella no siento nada. -¿Y por qué estás saliendo con ella? -¿Saliendo? ¡Ella no es mi novia! Solo somos amigos, aunque interprete las cosas como le da la gana.
Daniela suspira aliviada y se da cuenta de que Pocholo está en el asiento del copiloto y corre a abrazarle metiéndose en el asiento del copiloto, Sergio hace lo mismo en el del conductor. -Jooooe, le quieres más a él que a mi. -Normal, él no me engaña. -Yo tampoco, solo te lo oculté por que pensé que en el momento que lo supieses huirías de mi. (Dandole la mano a Daniela) -¿Por que voy a hacer eso? -Por que María está loca y no sabes hasta qué punto. -No entiendo como no evitas algo que no quieres... -Tengo miedo. -¿A ella? -A lo que pueda hacerse, es capaz de tirarse por la ventana si no le hago caso Daniela...
Daniela se queda callada, no puede creerse la situación en la que se ve sometida.
