EL MASAJE.

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Después del estado de shock en el que se quedó Daniela al saber lo que era capaz de hacer María se bajó del coche.
-Tengo que irme.

Sin esperar respuesta, Sergio bajó la ventanilla de su flamante coche y dijo:
-¡Mañana nos vemos!

María se montó en su coche, echaba en falta al cachorro que tenía en sus brazos hasta hace un momento, se quedó un rato parada, pensando todo lo que Sergio le había dicho hasta que arrancó y se marchó a casa. Fue a entrenar a las niñas super desconcertada pero como siempre, ellas consiguen subirla el ánimo, más tarde tenía masaje con su vecino así que llegó a casa, ordenó un poco su cuarto y esperó la llamada de su vecino.
-Piiiiii, piiiiii
-¡Hola Edu, que puntual!
-Yo siempre, ya lo sabes señorita. Veamos que le sucede a tu espalda.
(Ambos se dirigen a la habitación de Daniela)
-Habré cargado mal el peso en el gimnasio... o no sé.
-Mmmm seguramente, por cierto no he traído la camilla así que mejor lo hacemos en la cama ¿vale?
-Vale, sí...

"Lo hacemos en la cama, ¿lo dirá con doble sentido? No..., soy yo que tengo la mente muy perversa"
-Desnúdate, déjate solo la ropa interior ¿vale?
-Pero solo me duele la espalda Edu...
-Ya, pero ya sabes que los músculos forman una cadena, puede que tu problema se encuentre en las piernas...
-Tienes razón.
-Tu cama es muy grande, no se que tal me manejaré aquí.
-Tú como si estuvieras en tu casa.
-Está bien. (Y sin pensárselo se quita la camiseta)

"¡Hay madre! Se lo ha tomado al pie de la letra"
-Túmbate en la cama, ponte cómoda y relájate.

Daniela hizo caso, Edu apagó las luces, cerró la persiana ,encendió unas velas aromáticas con olor a jazmín que usaba para sus masajes relajantes y tecleó algo en el iMac de Daniela, más tarde empezó a sonar:

Se incorporó en la cama de Daniela, la desató el sujetador, se lo quitó y aplicó encima de su espalda un aceite con un olor mentolado, comenzó masajeando sus hombros, bajando poco a poco por la espina dorsal hasta los lumbares.
-Tienes una piel muy suave y perfecta Dani, así da gusto.
-Jaja (no sabía que decir)

Más tarde recogió las braguitas de Daniela a modo de tanga y aplicó aceite en sus piernas.
-Te lo pongo así para no mancharte ¿vale?
-Vaaale...

Masajeó sus gemelos y subió hacia arriba hasta llegar a los glúteos persistiendo ahí hasta volver a subir a los lumbares.
-Oye Edu... (Girándose para crear contacto visual)
-¿Si?

"¡PERO QUE ES ESO QUE TIENE AHÍ!"
Estaba erecto y no hizo intención alguna de ocultárselo a Daniela.
-Nada... Solo quería saber si estás enfadado conmigo...
-No, ¿por qué iba a estarlo?
-No por nada...(Volviendo a situarse boca abajo)

"Madre mía, que guardadito se lo tenía..."
Edu seguía súper concentrado en su masaje, tanto que se permitió el lujo de ponerse encima de Daniela.
-¿Estás bien?
-Sí, tranquilo.
-¿Te duele aquí?
-Un poco.
-¿Y aquí? (La empieza a dar besitos en la zona superior de la espalda)

Daniela no responde pero se estremece, sin embargo Edu para, se retira y dice:
-Bueno ya hemos acabado señorita. (Limpiándose el aceite de las manos con una toalla)
-¿Ya?
-Llevamos casi hora y media de masaje jajajajaja
-¿Hora y media? Se me ha pasado volando... (Sentándose en la cama tapándose el pecho con los brazos)
-El tiempo se pasa volando cuando se está disfrutando.
-Cierto es.
-Bueno mañana me dices que tal va tu espalda, seguramente tengamos que hacer otra sesión.
-Vale mañana te digo a ver que tal. (Cogiendo una camiseta ancha de su armario para vestirse)
-¿Estás ocupada esta tarde?
-Pues no, no he echo planes...

PERDIENDO EL JUICIO ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora