Frustración.

19 1 0
                                    

Capitulo XI

Frustración.

Ronald Weasley, al encontrar a Pansy se dispuso a plantearle con brevedad los entrenamientos, ahora con ambos Jinetes, tenían que sacar todo el potencial de ambos, así que al día siguiente, la princesa Arya tuvo que enfrentar a Eragon.

—Dime Arya... ¿Por qué no mencionaste tus entrenamientos? ¿Pensé que confiabas en mí? — Inquirió Eragon, mientras sus baritas se enfrentaban una con la otra.

—No tengo por qué contarte lo que hago o deje de hacer, soy la princesa ¿acaso lo olvidaste? —Respondió con un ataque potente.

El impacto en el campo de absorción hacia que los muros titilaran, chispas rojas y naranjas salían al chocar entre ellas. La princesa y Eragon se tomaban su entrenamiento con seriedad. No obstante la princesa le llevaba ventaja a su contrincante, pues está en ocasiones lograba que él se ocultara entre las rocas.

— ¡Vamos Eragon! Debes concentrarte, recuerda que la magia no sale por sí sola, no son solo palabras... —Bufo Ronald.

—Sus pensamientos se encontraban revueltos, <<tiene razón tengo que concentrarme buscar el hechizo adecuado para después responder el ataque>> —Se dijo, golpeando la cabeza contra la roca.

Los conjuros fueron desmarañándose, como si su cerebro los estuviera ordenado uno a uno, los tenia, ahora podía defenderse, inicio con un hechizo de protección, uno que en su vida lo había realizado, pero que lo recordaba por que Ronald Weasley le había hablado de él.

Eragon, salió de entre las rocas, dispuesto a derribar a su oponente. Con barita en embate salió de su escondite, lanzo el hechizo, lo contuvo, Arya, lanzo su ataque, mientras que el joven Jinete ataco lanzando a la princesa por los aires. Esta callo.

— ¡Estupendo! —Dijo Weasley mirando sonriente hacia Pansy, quien se dirigió con la princesa.

—Creo que si siguen así podremos acabar con Galbatorix —Insinuó Pansy.

—Esta fue la razón por la que Arya, no te puso al tanto... —Pansy, se sintió incomoda al haber pronunciado el nombre de la soberana. —Perdón.

—No te preocupes, pueden llamarme por mi nombre —Asintió, la princesa.

—Gracias. —dijeron ambos chicos.

— ¿A qué te refieres, Ron? —Eragon, seguía sin entender.

—Creo que te presionas demasiado. ¿Acaso no te das cuenta que la princesa controla mejor los hechizos?

Eragon, se sintió enfado, llevaban el mismo tiempo entrenando, —<< ¿cómo es que ella pudo controlar la magia?>> —se decía. —Esta magia es tan desconocidos para ambos... ¿Cómo lo hiciste Aria? Controlas muchos más hechizos que yo —Al joven jinete, ya no le importo que le ocultara el entrenamiento, deseaba saber su estrategia.

—Créeme yo tampoco lo sé... solo memorizo el hechizo, lo práctico hasta que he logrado perfeccionarlo, así lo hago con cada uno de ellos, es todo. Vamos Eragon, esta magia se me dio mejor a mi...

—No es gracioso... <<¿por qué no puedo controlarlo de la misma manera?>> —Enfadado dio media vuelta y caminó hacia la salida, la cueva ya no era un lugar en el que quisiera estar.

—Tal vez te aferras tanto en querer hacerlo a la primera, —Le grito, Ronald. — si, lo sé, es frustrante no poderlo hacer en el momento, pero tal vez esta es la razón y con ello evitas que el hechizo funcione como tú lo deseas. —Comento Ronald, tratando de ser positivo. — El pelirrojo intentaba animarlo —Estas olvidado una cosa, al final del combate lograste vencer...

Eragon, se detuvo...

—Es verdad controle mis impulsos, mi respiración para poderme concentrar, hasta que lo hice, mi cerebro comenzó a ordenarse... ahora lo entiendo.

—Has comprendido... —Ron, palpo el hombro de su pupilo —Sera mejor que regresemos al castillo, los Urgalos, han estado rondando estos lares. — Los cuatro Jinetes, salieron de la cueva, sigilosamente, cuidándose entre sí.

-----------------------------------------

Los días pasaban los entrenamientos cada vez eran más severos, así como los enfrentamientos contra los Úrgalos, que atacaban a las aldeas. Eragon y la princesa Arya, no soportaban más. Comenzaron a enfrentar a su enemigo, con éxito. Los aliados de Galbatorix comenzaban a temer. Aquellos que lograban escapar se presentaban aun más temerosos ante él, temían que al llevar las malas noticias perdieran la vida de una manera mucho peor que en batalla. Al menos enfrentando al enemigo morirían con honor.

— ¿Alguna noticia de, Mortagh? —pregunto la princesa a los soldados que resguardaban las puertas del castillo.

—No, mi señora, ¿cree que allá sido capturado? —El soldado incomodo a la princesa con esa pregunta, pues era lo que temía.

—Espero que no... hace ya tres meses de su partida... — Observo cuidadosamente el mapa que se encontraba extendido en la meza central de aquel salón — tengamos confianza en que no sea así. —Miro a la distancia, esperando ver algún indicio, de aquella persona.

Siguieron pasando los días, Los jinetes de dragones hacían sus rondas, en ocasiones tenían que enfrentar a algunos Úrgalos, interrogando a los moribundos, pero estos se mordían la lengua para no hablar.

—Los Úrgalos atacaron otra aldea. Sus grupos cada vez son mayores. —Anuncio Pansy, dejando caer una pechera ensangrentada sobre la mesa.

— ¿Que tan lejos están de aquí? —Interrogo, Eragon.

—No mucho... al sur de las colinas...

—Me preocupa, cada día se acercan más a nosotros...—advirtió la princesa

—No tienes por qué hacerlo, nuestro hechizó aun nos protege. No podrán dar con nosotros... —indicó Ron.

—Es verdad, mientras yo no pase la información, nadie extraño a este lugar podrá encontrarnos. — señaló Pansy

—De acuerdo, pienso que debemos prepararnos, no confiarnos, siempre hay un delator, así que preparemos a nuestros hombres para la batalla. —Comentó Ronald.

—Estoy de acuerdo con Ronald. No deben tomarnos por sorpresa. —asintió Arya, quien señalaba cada una de las aldeas, incluyendo el castillo de Galbatorix.

Mientras analizaban el mapa uno de los soldados ingreso al salón, dirigiéndose a la brevedad hacia los ahí presentes.

— ¡Mortagh, está aquí! —Aria y Eragon, sonrieron rápidamente del salón, seguido de sus colaboradores.

—Al fin... bienvenidos. ¿Pensé que los habían vencido? —Dijo Eragon a Mortagh, estrecharon sus manos.

—Estuvimos cerca. —Sonrió. Mortagh, se sentía feliz de haber regresado a casa.

Al ingresar al castillo, Mortagh, noto la presencia de dos extraños...

— ¿Quiénes son ellos?

—Bien.. ¿Recuerdas la ayuda que solicito Arya? —Mortagh, asintió —Bueno... ellos son la ayuda...

— ¿Qué magnitud tiene su ejército? —Eragon, sonrió.

—Te sorprenderás —Eragon, palpo la espalda de su amigo.

—Bien...

—Ellos son Ronald Waesley y su compañera Pansy Parkinson.

—Que tal... —Dijeron al ser presentados.

—Quisiera darme un baño y comer algo decente...

—Por supuesto...


Mil disculpas por tardar tanto en actualizar, pero la vida muggle es muy complicada. Peroooo, aquí esta. Espero no tardar en volver a publicar, ojala sigan la historia... besos, los amo.

P.D.: espero sus comentario, todos son bien recibidos. 

&quot;Corazón de Dragón; la Última Batalla&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora