13. Un beso es un arma mortal

1K 96 17
                                    

La joven se presentó nuevamente en la habitación, le extrañó sentir un poco de tensión en el lugar.

-ya preparé las habitaciones. Les informo con anterioridad que mis empleados solo se encargan de preparar la comida y tener el lugar limpio, después de esto se marchan a sus respectivos hogares por lo que estaremos solos esta noche-

-entiendo mi lady- dijo cortésmente Ciel, mientras tanto Sebastian pensaba en lo extraña que era lady Catherine y su manía por estar siempre sola

-muy bien, vamos- dijo la joven mientras caminaba en dirección a lo que sería las habitaciones

Una vez llegaron ella se despidió y les hizo saber que si necesitaban alguna cosa se lo hicieran saber, por lo cual ellos asintieron de manera educada para luego desearle una buena noche a la condesa.

-es bastante extraña. Es raro pensar que hasta hace algunos días ella era una persona bastante... "agresiva" con nosotros, ¿qué piensa joven amo?-

-que ella y su majestad están locas. Qué clase de persona envía a un "niño"- mencionó con cierto enojo, no le gustaba llamarse a si mismo un niño- con una persona que tiene serios problemas de bipolaridad-

-tiene cierta razón joven amo- el demonio sonreía. Catherine era una persona extraordinaria, capaz de cambiar a cualquiera. El Ciel de antes hubiera respondido con un "no me interesa lo que pienses de ella", pero últimamente se preocupaba más por lo que lo rodeaba

-haz cambiado Sebastian-

Eso había sorprendido al mayordomo, él estaba consiente de que su amo había cambiado, pero él?

-a qué se refiere joven amo?-

-estás constantemente observando a Catherine, y no hablo de una manera normal, de hecho cuando la miras muestras una cara que jamás he visto-

-debe de estar confundido joven amo, ahora si me permite- dijo acercándose a Ciel, para luego arroparlo- saldré a dar una vuelta y a revisar los alrededores-

-no te sirve de nada escapar cobarde-

-buenas noches joven amo- dicho esto cerro la puerta y se marchó por el largo corredor que se encontraba frente a la habitación.

..............................

" Sabes Kurd? Algunos humanos son bastantes extraños, tanto que llegan a cambiar por un ser inferior a ellos. No es algo que me sorprenda de todos modos, de hecho, en cierto modo somos iguales. Todos cambian, sin importar la raza o la religión y creo que por esa razón el ser humano a podido mantener su hogar en una sola pieza.

Recuerdalo Kurd. Todos cambian, ya sea por la razón, la fuerza, el odio, la alegría, la tristeza e incluso por amor."

..............................

La habitación estaba completamente oscura. Catherine se encontraba sentada sobre su cama recordando aquel sueño, todos los años que ha estado en el mundo de los humanos a soñado con su familia. Habían ocasiones en las que despertaba llorando y otras gritando, siempre tenía pesadillas y de vez en cuando sueños de cosas que le había dicho su padre.

-¿qué quieres decirme? Acaso merezco ser perseguida por mi pasado?- dijo la joven para si misma. Le dolía tener que recordarlos cuando ellos estuvieron con ella tan poco tiempo- no es justo que se hayan ido todos juntos, debieron haberme llevado con ustedes-

Pasaron minutos silenciosos en la habitación que luego fueron remplazados por llantos llenos de amargura y dolor. Sufría tanto, no deseaba estar en ese lugar, quería estar con su familia, con su pueblo, con Fenrir, ya no quería estar sola.

-ya no puedo más, ya no lo soporto. Es demasiada la carga que llevo, no lograré llegar al final del camino sola- dijo llorando la joven condesa

-mi lady usted jamás estará sola mientras yo esté con usted- dijo una voz proveniente desde la entrada de la habitación

-Sebastian... yo... yo no...-

La joven no pudo continuar porque Sebastian se había acercado a ella demasiado como para sentirse cómoda y poder continuar hablando.

-no tiene que preocuparse más- susurró el mayordomo- yo estaré siempre con usted, sin importar que-

Sebastian puso su mano en la mejilla de la joven y la observo con cariño, le dolía verla así, destrozada y llena de lágrimas. La condesa que él había conocido era fuerte y fría, no le demostraba a nadie sus sentimientos.

-gracias-

Una vez dicho esto Sebastian se acercó a Catherine y la besó.

En ese instante algo floreció dentro del corazón de ambos. Los dos se amaban y lo habían descubierto por un sueño, un sueño donde ella sufría y él la auxiliaba, un sueño que se transformaba en realidad y que resultó ser la verdad de ambos.

-Catherine- susurró Sebastian en los labios de la condesa- te amo-

El corazón de la joven se llenaba de sentimientos y nuevamente se daba cuenta que su padre siempre tenía razón, todos cambiamos, ya sea para bien o para mal.

-yo también-

Se separaron y observaron nuevamente, querían permanecer juntos porque creían que al separarse todo volvería a ser como antes.

-en qué momento te diste cuenta de tus sentimientos hacia mí?- pregunto la joven condesa con algo de picardía

-hasta hace poco pensé que no eras más que un ángel haciéndose pasar por alguien que no era. Creí que me arrebatarías a mi amo- la joven se sorprendió un poco, nunca hubiera pensado que Sebastian la veía de ese modo- pero cuando la serpiente te mordió me di cuenta de lo mucho que me preocupabas, de lo mucho que te quería y de cuanto te necesitaba- Sebastian terminó de hablar y se recostó junto a su amada

Poco a poco fueron quedándose dormidos, y por primera vez en milenios Sebastian se sintió cansado y aliviado. Los dos pronto cayeron en un profundo sueño y lo último que se escuchó en la habitación fue un "te amo" por parte de la diosa.








































Un ángel para el demonio. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora