Capítulo 10

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Llegó el día esperado para todos: el casamiento del Príncipe Raj. Me puse la vestimenta formal que usaba en ocasiones y fui en busca de los demás. Todos lucían irreconocibles, jamás pensé en ver a Kiki vestida de mujer. Estábamos los cuatros reunidos y sólo faltaba la señorita. Por desgracia, el amo me pidió ir a buscarla porque se estaba demorando.

Después de esa ocasión en el invernadero, no sacamos más el tema y seguimos nuestros rumbos. Me limitaba a verla de lejos cada vez que el amo se acercaba a hablarle; apenas intercambiamos palabras y sonrisas como saludo. No los criticaba por la buena pareja que hacían, pero también merecía respuestas.



<Shirayuki>

Arreglé un poco mi cabello y rocié fragancia de fresa en mi piel, ¡olía riquísimo! estaba impaciente por conocer la afortunada del Príncipe Raj. Al principio no congeniamos en nada, pero cuando lo conocí más y más, demostró ser un hombre con carisma, caballeroso y responsable. Me senté en la cama con las manos entrelazadas y mirando hacia la ventana. Me sentí una mujer horrible, una mujer con miedo a hacer algo, con miedo a dañar a alguien. Tenía constantes pensamientos cobardes. Puse bruscamente mis manos en mis mejillas de lo roja que estaba. Tocaron a la puerta y volví a la normalidad. -Pase -contesté.

Mi corazón latió rápido cuando lo vi. El causante de mis confusiones, de mis miedos y mis sentimientos... hermosos.



<Obi>

Tardamos una hora en llegar a Tanbarun. El amo y Mitsuhide se fueron en caballo, y yo tuve que acompañar en carruaje a la señorita y a Kiki. Gracias, amo.

Cuando entramos al Castillo estaba totalmente lleno. Los músicos le daban el toque especial a la ceremonia, o sino hubiese sido aburrida. Conocimos a la futura esposa del Príncipe Raj: pelo corto, cabello anaranjado y ojos verdes. Cualquier parecido con la señorita era pura coincidencia... Reí.


Compartimos con los pequeños hermanos del Príncipe, comimos y también bebí sake. Todo eso pasó durante el casamiento, el cual no estaba interesado. Me tomaba dos o tres vasos por minuto. Mi cuerpo lo necesitaba y mi corazón también. Veía todo a mi alrededor con las manos en las sienes, me levanté de la mesa y quise ir al baño. Estaba enojado dolor de cabeza, me sostenía de las paredes hasta llegar a la puerta del baño. Que me costó llegar, ni recordaba donde quedaba de tan grande que era este lugar. Sentí a alguien tirar de mi saco, me di la vuelta y vi a la mujer de la cual estaba enamorado.

-Es vergonzoso que me veas en este estado.-dije tapándome la cara con mi mano.

-No me importa Obi, tenemos que hablar.-después de escuchar eso, tambaleándome me la llevé a un lugar donde nadie estaría.

Abrí una puerta y entramos ahí. No sabía en que habitación nos habíamos metido, pero me daba igual. Estaba todo oscuro y una vez que cerré la puerta, dejé caer mi cabeza en el hombro de ella.

-Señorita... no. Shirayuki... -mi voz salía apenas por el dolor de cabeza.-¿Sabes lo mucho que me gustas? No tienes ni idea de lo tan ilusionado que estaba cuando dijiste que pensabas en mí. Dime, ¿Me estabas mintiendo? ¿Acaso tienes miedo del amo? Si me das la oportunidad de permanecer a tu lado, prometo hacerte feliz, aunque no tenga un Castillo propio, ni sea un Príncipe. Pero si no soy yo a quien quieres a tu lado, dejaré de llamarte desde el fondo de mi corazón y me prometerás que serás feliz.

Después de mi dura confesión, sentí los brazos de Shirayuki rodear mi cuello.

-Durante este tiempo, he estado pensando mucho. Tú me gustas y mucho. No sé como pude sentir tantas cosas a tu lado mientras salíamos y hablábamos. Tú me das tranquilidad, eres una persona maravillosa Obi, pero tengo miedo. No quiero dañar a nadie. Y sí, tengo miedo de lo que diga Zen, él es una grandiosa persona. No miento que en algún tiempo mi corazón latía fuerte por él, pero no seguimos regando lo que estábamos floreciendo. Con el tiempo fui conociéndote mejor, como cuando los demás se fueron. Pude ver que cada día seguías alegrándome la vida... Ya no quiero tener miedo Obi.

La abracé por su cintura, oliendo su delicado perfume a fresas, ella me tenía realmente loco. De tantos Príncipes, el afortunado fui yo. No lo podía creer. Juntamos nuestras frentes, yo sonreía en la oscuridad, podría quedarme así para siempre.



Abrieron la puerta bruscamente, apareció delante de nosotros el amo, Kiki y Mitsuhide. Me agarro del saco y llegué a caer del combo que me dio. Antes de perder la consciencia escuché decirme ''Traidor''.

NO ME CANSO DE MIRARTE 《Shirayuki × Obi》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora