trust | #2 | teen wolf

7 | Kanima.

| Kanima.

Isaac.

Derek me mandó al suelo por sexta vez consecutiva y después arrojó a Érica a mi lado luego de que ella se lanzara sobre él desde el techó del vagón que estaba a un lado. Mis huesos crujieron ante el impacto y me quejé por el cansancio y el dolor.

— ¿Alguno quiere tratar de no ser completamente predecible? —nos regañó con su usual tono inexpresivo. Érica se levantó del suelo y se le lanzó encima una vez más y lo besó, siendo enviada al suelo de nuevo casi de inmediato—. Esta es la última vez que haces eso —le advirtió severamente.

— ¿Por qué? ¿Porque soy una beta? —preguntó desde su lugar, mirándolo mal.

—No. Porque tengo a alguien más en mente para ti.

— ¿Ya acabamos? Porque tengo como unos cien huesos que necesitan unas horas para sanar —expresé, sintiendo todo mi cuerpo punzar por el dolor.

—Déjame ver. —Derek se acercó y se arrodilló frente a mí, pidiendo que le extendiera el brazo. Obedecí sin pensarlo y me quejé de dolor cuando lo rompió en dos—. Ciento uno —me corrigió—. ¿Crees que te estoy enseñando a pelear? ¡Mírame! ¡Te enseño a sobrevivir!

—Déjalo en paz.

Derek apartó la mirada de mí de inmediato y dejó mi brazo ir, mirándola al borde de la escalera. Me giré como pude en mi lugar sobre el suelo y la miré también. Tenía ambos brazos cruzados sobre el pecho y la mirada puesta en Derek, observándolo de manera seria.

—No deberías estar aquí —le dijo Derek con severidad, levantándose.

—Si nos quieren muertos, ¿por qué no vienen ahora por nosotros? ¿Qué esperan? —le pregunté a Derek, atrayendo su atención de regreso, haciendo que dejara de mirarla a ella.

—No sé. Pero están planeando algo. Y tú, especialmente, sabes que ese no es nuestro único problema —escupió con la mirada puesta en mí—. Sea lo que sea lo que mató al padre de Isaac, creo que mató a alguien más anoche. Hasta que descubra qué es, todos necesitan aprender todo lo que sé. Tan rápido como se los pueda enseñar.

Derek regresó al vagón de tren y me tomé el brazo con la mano libre, quejándome por el dolor y antes de arrepentirme, lo acomodé en su sitio de nuevo. El sonido del andar de Brooke llamó mi atención, distrayéndome del dolor en mi braza, viéndola caminar hacia nosotros y luego mirar el vagón.

—Perdónenlo. Ser agresivo es su manera de demostrar que se preocupa por ustedes —justificó lentamente.

— ¿Por qué lo defiendes? —pregunté con curiosidad.

—Porque hace tiempo, conocí a un Derek diferente. No sé. Creo que a veces me gusta pensar que todavía queda algo de él en el fondo —me respondió—. Tengo que hablar contigo. Arriba —indicó, tendiéndome una mano. Dudé en aceptarla y la oí resoplar y luego reírse—. Vamos, relájate. Yo no voy a romperte ningún hueso. Es una promesa —dijo con un tono burlón pero sincero, divertida.