trust | #2 | teen wolf

14 | Poisoned.

| Envenenado.

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Lo mantenemos detrás de puertas cerradas

Cada vez que te veo, muero un poco más

Momentos robados que tenemos mientras que las cortinas caen

Nunca será suficiente

—Secret love song by Little Mix ft. Jason Derulo.

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— ¿Ketamina? —preguntó Scott, observando el frasco que su jefe sostenía.

—Es lo mismo que usamos en los perros, pero en una dosis mayor. Si logras acercarte a Jackson lo suficiente, debería ralentizarlo lo suficiente para conseguirte un poco de tiempo —le explicó y tomó otro de los frascos sobre la mesa, el cual parecía estar lleno de cenizas—. Esto es lo que usarán para crear la barrera. Esta parte es para ti, Stiles. Solo tú.

—No me siento para nada ofendida —solté con sarcasmo.

—Suena a mucha presión. ¿Podemos encontrar algo con un poco menos de presión para mí? —pidió preguntó Stiles, tomando el frasco de la mesa.

—Es de un árbol de fresno de montaña, que en muchas culturas es un protector de lo sobrenatural —nos contó—. Esta oficina está revestida con esa madera, lo que hace difícil que alguien como Scott me cause problemas.

—Bien, ¿entonces qué? ¿Solo esparzo esto por todo el edificio y ni Jackson ni quien sea que lo controle podrán cruzarlo?

—Estarán atrapados.

—No suena muy difícil —dijo Scott, tratando de darle ánimos a Stiles.

—Eso no es todo. Piensa en pólvora. Es solo polvo hasta que una llama lo enciende. Tú debes ser esa llama, Stiles.

—Si quieres decir que me prenda fuego, no estoy dispuesto a eso.

—Déjame probar una analogía diferente. Yo solía jugar golf. Aprendí que los mejores golfistas nunca golpean antes de primero imaginarse a donde quieren que vaya la bola. Ellos lo ven en su mente y su mente se hace cargo. Es extraordinario lo que tu fuerza de voluntad puede llevar a conseguir.

—Fuera de voluntad —repetí, descubriendo que me gustaba el término.

—Si quieres que esto funcione, Stiles, tienes que creerlo —indicó—. Y no es que no crea que tú no podrías hacerlo, es solo que tu tienes tu propio rol que cumplir, ¿o no? —me preguntó.

Asentí y giré sobre mis talones para ver a los chicos, chocando mis palmas y llamando su atención.

—Muy bien, chicos, es hora de comenzar.