trust | #2 | teen wolf

16 | Party. Part II.

| Fiesta. Segunda parte.

—Jackson no está aquí —anunció Allison, acercándose a Scott y Stiles al verlos salir al patio.

—Sí, no hay nadie aquí —dijo Stiles, mirando alrededor.

—Quizá es muy temprano.

—O tal vez nadie vendrá porque Lydia se convirtió en la loca de la ciudad. —Lo golpeé en las costillas con mi codo—. Oye, me dolió.

—Me alegro —contesté—. Tenemos que hacer algo porque la hemos estado ignorando las últimas dos semanas —murmuré con la mirada en Lydia y mi hermana hablando a unos metros de nosotros. Lydia tenía en sus manos una bandeja llena de bebidas y por su expresión, supe que parecía comenzar a entender que nadie más vendría a la fiesta esta noche.

—Ella ha ignorado a Stiles los últimos diez años —argumentó Scott en contra.

—Prefiero pensar que aún no he despertado su interés —intervino el aludido.

—No le debemos una fiesta.

— ¿Y si todo volviera a la normalidad? —insistí.

— ¿Normalidad?

—Ella no sería la loca de la ciudad si no fuera por nosotros.

—Tal vez pueda utilizar mi estatus de co-capitán para traer al equipo de lacrosse aquí —propuso Scott, rindiéndose finalmente.

—También conozco personas que podrían hacer que esto funcione. Que funcione de verdad.

— ¿Quiénes? —me preguntó Stiles confundido.

—Ya verás. Solo digamos que les gusta festejar —respondí, sacando mi celular.

🐾

Stiles.

— ¿Te vas a disculpar con Allison o qué? —le pregunté a Scott, parado junto a él cerca del borde de la piscina, notando la forma en la que la miraba.

Luego de las llamadas que él y Brooke hicieron, las personas comenzaron a llegar por montones y esto ahora sí parecía una fiesta de Lydia Martin. Allison era la única que se había mantenido cerca de mi vista y eso era únicamente porque Scott no apartaba los ojos de ella y por ende, yo estaba en un punto óptimo para verla gracias al acosador de mi mejor amigo.

— ¿Por qué debería disculparme?

Tuve ganas de blanquear los ojos por lo idiota de su pregunta, pero decidí que podía ser un poco paciente con él.

—Porque tú eres el chico. Es lo que hacemos —expliqué lentamente.

—Pero no hice nada malo.

Ay, no.