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—¿Si?— hablé nerviosa

—¿Quién habla?— hablo esa voz que tanto deseaba oír

—Hagame un favor, necesito a Alexa Bautista— reí sin poder aguantar más

—¿___________?— respondió sorprendida— no.... En serio eres tú?— pregunto de nuevo

—Si, hablas con ella— reí ante su nerviosismo

—Debemos vernos, debes contarme el porque de todo esto— advirtió.

—¿Qué te parece si ahora mismo?— pregunté

—¡Claro que si!— afirmo.

—Vale, entonces veamonos donde siempre, ¿te parece?— suspiré

—Si, me parece bien.

**

Estaba en aquel parque donde la conocí por primera vez.

Donde tuve mi primera discusión con ella, fue totalmente ridículo.

Todo por un mal entendido.

Me senté en una de las bancas color menta que adornaban el parque.

Saque mi móvil, tenía dos mensajes.

Abrí el primero el cual decía:

'Hola. Sé que has de estar partiendo a tu país, o estarás en algún asunto importante, no quiero molestar sólo quiero desearte lo mejor de lo mejor en ese viaje, te quiero mucho.'

Mensaje número dos:

'Espero hayas llegado bien, bueno si ya has llegado. Te quiero y espero verte pronto'.

Sonreí al ver de quién trababan esos mensajes.

Jhon.

—________— una voz femenina algo gruesa hizo que pegara un brinquito

Voltee a mirar y era ella.

Por Dios! Ha cambiado demasiado, ha crecido.

—¡Alexa!— hablé casi a punto de llorar.

Ella sin responder se abalanzo hacía mí.

Sus brazos estaban tan delgados pero suaves, extrañaba esos abrazos.

**

—¿Cómo han estado?— pregunté por los dos.

—Pues, él por primera parte ha estado muy diferente, se ha convertido en el hombre más frío, más bipolar, más mujeriego y borracho del mundo, ¿sabes?, No es el mismo de antes— hizo un puchero

—Oye, por favor dime que no está con otra persona— suplicaba que no fuera así.

—¡Te dije Mu-je-riegoo!— separó cada palabra.

—Entendí Alexa, sólo no me quiero hacer la idea de que ahora tiene otra chica en su vida— toque mi nuca, juro estaba frustrada— pero bueno, al fin y al cabo nunca fuimos nada

Esas palabras aunque fueran ciertas, dolían.

—¡Lo siento!.

—Ya, mejor cuéntame de ti— sonreí—¿Ya conseguiste a alguien?

—Pues.... si— sonrió— es el mismo chico que tú misma conoces— río

—¡Vaya!— reí — te deseo lo mejor, siempre sea con él o sin él— sonreí

—¿Quieres verlo, verdad?— pregunto de la nada

—¿Hay otra opción?— pregunté tomando un poco de mi zumo

—En este caso o quieres a las buenas o a las malas, pero tienes que elegir una— río siguiendo mi acto.

¿Qué le diré en cuanto lo vea?

De seguro sus preguntas más coherentes serán: ¿Por qué?, ¿Por qué te fuiste?...

Sería lo peor, cuando quiero lo mejor.

Abrazarlo, besarlo, preguntarle si me sigue queriendo, si sigo siendo la "única" en su vida.

Saber que ha pasado durante este tiempo.

No quisiera preguntas, ni mucho menos ofensas.

—¿Y si es él quien no quiere verme?

—Oye, sé que fue un gran tiempo, pero hay personas que te siguen queriendo, a pesar de todo— sonrió

—Gracias, por seguir confiando en mí, a pesar de no haberte contado nada— suspiré cogiendo su mano— todo esto lo hice por buscar a mis padres en aquella ciudad— la mire sería

—¿Todo esto por ellos?— susurro — ¿Y... Los encontraste?— pregunto de nuevo

—No, es lo peor de todo. Sólo fui allí a eso y no saque nada, de nada.— hablé dolida— un viejo asqueroso me recordó a Mario, literal me tenía amarrada con cuerdas en mis muñecas, dolían y mucho, me lo recordó en una fotografía que no sé de dónde saco, me pregunto si sabía y dijo que tenía que hacer algo en contra de él si quería salir viva de aquel mugrero— declaré, ella sólo asombrada de mis palabras ponía atención

—¿Qué le dijiste?— pregunto— ¿Si le vas hacer daño?

—Nunca le haría daño a quien me ha hecho feliz en tan poco tiempo.

Polos Opuestos ► Mario BautistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora