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—Hablar sobre qué? — se separo de mi bruscamente

Vi como se sentaba en el sillón en el que estaba hace unos minutos sentado.

Su mirada, fulminante me incómodo, tanto que preferí sentarme en una de sus pequeñas bancas de decoración.

—Sobre lo de hace unos minutos— desvíe la mirada

—Ya está claro, no hay nada de que hablar. ¿Vale?

—Claro que sí— me levante —¿Cómo coño le prohibes a tu propia hermana tener un amigo con o sin derechos?— lo fulmine— es como si fueras tú

—Sólo no quiero que después de que se enamoré de él o alguien más, termine llorando o incluso dar su vida por vencida— se levanto y se acerco a mí — entiendes?, es por eso no más.

Su mano cálida hizo que mi piel se herizara cuando tocaba mi cuello.

Me miro serio y algo triste, como si me quisiera decir algo, pero su orgullo no lo dejara..

—Tengo miedo, de verla sufrir, llorar por un cabrón que sólo vino a ilusionarla— declaró

—Mi amor— tome su mejilla— eso no pasará, ella merece alguien como él y créeme él es buen hombre, así como tú — le Sonreí mientras frotaba mi mano en su mejilla

Me gustaba la forma en como trataba de proteger a su hermana.

—Es lo mismo que yo contigo— pauso— tengo miedo de que algún día lo de nosotros acabe, termine—susurro

¿Qué?

En que momento hubo un "nosotros"?

Si en este tiempo ninguno de los dos se ha declarado!

—Nosotros?— Cuestione—Mario, Como dices nosotros cuando no somos nada más que amigos con derechos— aclaré— no ha pasado nada más que caricias las cuales me encantan y besos en los cuales me pierdo.

Sonrió, de la manera más hermosa.

Dejando notar los hoyuelos que le hacían la decoración perfecta a su hermosa y única sonrisa.

—Tengo miedo, es eso— aclaró— nunca lo había tenido con una chica como tú

—¿Mario Bautista?— me miró extrañado— ¿Con miedo?, ¿El chico por el cual todas mueren en la universidad?— tenso su mandíbula, odiaba que hicieron eso, pero se veía tan jodidamente sexy— ¿Con miedo en frente de una chica?

—De la cual creo estar enamorado— susurro la última frase

No sabía que responder.

Era como si miles de preguntas que me habían hecho no tendrían respuesta.

No lo podía creer, ¿él? Enamorado de mí?

El chico más bipolar, orgulloso, creído y sobre todo malhumorado.

¿Enamorado de mí?

Sus manos tocaron las mías, no sé pero eran como si fueran fichas que encajaban perfectamente con la otra.

Sus labios estaban hinchados, demostrando me que quería probar los míos.

No dude más, y así no lo hice.

Cómo siempre, tomando la iniciativa

Era un beso cálido, al comienzo como si fuera el más deseado, pero luego el que siempre habíamos decidido darnos.

Nos separamos, quería hacerlo aquí con él, ahora.

Enrolle mis piernas a sus costillas, para que así el beso fuera más deseado.

Me acostó en su cama, dando vuelta quedé encima de él.

Me miró con esa sonrisa que una vez más me estaba enamorando de ella.

—¿Estás segura?— susurro agitado

Joder, claro que lo estaba.

—Siempre lo había querido, desde aquel primer beso— sonreí al recordarlo

Sólo una última sonrisa recibí de él.

Polos Opuestos ► Mario BautistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora