Capítulo tres: ¿dónde podrán estar?

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— ¿Dónde podrán estar? —se preguntó Botan mientras volaba al mundo humano— No tengo idea de dónde búscalos. —se respondió tratando de imaginar dónde podrían estar alguno de esos dos.

Y sin otra opción, empezó por ir a casa de Kuwabara. Había una mínima probabilidad de encontrarlo, ya que, era hora de almorzar. Así que, fue hasta allí esperanzada pero nada, nadie estaba en casa.  Un poco perdida de ideas continúo caminando para luego elevarse en su remo y posteriormente continuar con la búsqueda.

— ¿Y ahora qué hago? No sé dónde vive Kurama —pensó en voz alta— o siquiera donde estudia alguno de los dos.

Botan acabo por ir a casa de Yūsuke pero él no se encontraba y su madre no sabía dónde estaba.  Fue a los vídeo juegos pero no lo encontró. Incluso paso por la preparatoria donde Yūsuke y Kuwabara estudiaron, y por si acaso, se puso el uniforme y, recorrió los salones y pasillos, pero no los vió allí. También paso por la preparatoria de Kurama e incluso volvió a casa de Kuwabara pero no podía encontrar a nadie. Parecían estar bien escondidos.

— ¿Por qué es tan difícil hayarlos? —bufó Botan mientras volaba sobre su remo hasta la plaza donde Yūsuke y Kuwabara solían estar. Esto era frustrante para la shinigami, pero no podía desistir, este era su trabajo y tenía una misión.

Con cautela descendió y caminó hasta la gran fuente en medio del lugar pero otra vez no vió a nadie. Y cuando se decido a ir al templo de la maestra Genkai por alguna pista de los muchachos, la suerte le sonrió. De camino la muchacha cabellos color de cielo observó hacia dentro de una cafetería y allí vió a Seiryum junto a un muchacho.
Más que decidida, dió marcha hacia atrás en sus pasos y entró a la cafetería.

— ¡Vaya, Seiryum! Qué sorpresa verte. —dijo Botan (tratando de disimular que buscaba a alguno de ellos con desesperación)— ¿Cómo has estado? Pasaba por aquí y al vete me pregunté... ¿sí a caso tú sabés dónde vive Kurama? —preguntó directa mientras jugaba nerviosa con sus dedos índice.

— ¿Iras a ver a Kurama? —preguntó Seiryum asombrada.

— Pues si pero estoy un poco perdida.

— ¿Quieres qué te acompañe? ¿A caso pasó algo malo?

— ¡No, no! —se apresuró a responder con los brazos extendidos como diciendo “está todo bien, puedes quedarte” con total exageración— Pero te agradecería que me dieras su dirección.

— Aquí tienes. —dijo luego tomar una birome de su bolso y escribir una servilleta— Saludalo de mi parte.

«Kurama es muy atento y agradable, yo creo que harían una bonita pareja...» pensó Seiryum al ver salir a Botan.

Una misión más. [Primera parte] -Yu Yu Hakusho-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora