Capítulo quince: viaje.

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El sol salió nuevamente en la ciudad y poco a poco todos comenzaron a despertar. Para las ocho de la mañana de forma puntual, casi todos se encontraban allí.

— Espero que no perdamos el tren. —dijo Kuwabara mientras veía el reloj en la muñeca de su hermana.

Pero diez minutos después;

— Disculpen la demora. —dijo Keiko al llegar— Yūsuke se quedó dormido.

Finalmente poco más de una hora fue lo que duró el viaje, pero valía la pena. Ya habían llegado al bosque que anteseguia a el templo de la maestra y luego de varios minutos de caminata, lograron divisar a lo lejos las inmensas escaleras.

— Al fin llegan.

— Buenos días. —agregó Yukina de pie junto a la maestra Genkai.

En ese instante, los ojos de Kuwabara radiaban luz y quién los viera visto fácilmente hubiera sido segado por estos.

— ¿Qué tal, Yukina? —susurró con voz de locutor mientras la tomaba de mano (tras chocar a todos cual topadora).

— ¡Kuwabara! Ni siquiera haz desempacado. —lo regañó la anciana— Ya cálmate.

— Lo siento, maestra Genkai.

Una misión más. [Primera parte] -Yu Yu Hakusho-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora