Me despierto. El labio lo tengo menos hinchado. Me echo maquillaje para intentar disimularlo, aunque no sirve de mucho. El ya se ha ido así que puedo bajar a desayunar.
Mama está esperándome con mi desayuno. No tengo mucha hambre pero me esfuerzo en comer un poco por ella.
Me voy a clase. Tengo matemáticas y cuando entro a clase Adam ya esta sentado junto a mi sitio habitual. Está con el movil. Me doy la vuelta para salir de clase pensando que no me ha visto, pero su voz me sobresalta.
-Te he visto, ahora no huyas.-dice y veo una media sonrisa en su cara cuando me giro. No quita la vista de su movil. No quiero que me vea el labio porque se que hará muchas preguntas y no me gustan las preguntas.-¿Cómo ha ido tu fin de semana?
-Bien.-contesto indiferente.
-¿Qué has hecho?
-Nada especial.
-Guay.-dice.
-Bien.-digo y miro por la ventana. Por favor que no me vea el labio.
-¿Qué te pasa?
-Nada. Solo tengo sueño.-digo.
El timbre suena y todo el mundo entra en avalancha. La clase empieza con la profesora pasando lista. Empieza con la explicación y pasa alrededor de veinte minutos cuando:
-¿¡Qué coño te ha pasado!?-grita Adam a mi lado. Me tapo el labio porque se que lo ha visto en un descuido en el que he girado la cabeza y se que toda la clase se va a girar a mirar.
-¿Qué pasa por allí detrás?-pregunta la profesora. Adam no deja de fulminarme con la mirada queriendo respuestas que no voy a darle.
-Nada profesora, lo sentimos.-contesto y sigue con su clase. Adam no vuelve a decir nada pero tiene la mandíbula apretada y de vez en cuando me fulmina con la mirada. No sé por qué, pero me está haciendo sentir culpable por no habérselo dicho o algo.
Antes de que el timbre suene recojo todo y salgo por la puerta la primera evitando a Adam, a la profesora y a todo el mundo.
Se que me llama por el pasillo así que me meto en el baño de chicas aunque se que me esperará fuera. Por suerte no hay nadie en el baño. Me apoyo en el lavabo y respiro hondo, pero la puerta se abre y Adam entra. Me quedo con la boca abierta un momento, pero reacciono y me meto en uno de los cubiculos.
-No puedes estar aquí ¿lo sabes verdad?-le digo.
-Sal.
-No pienso salir. Quiero que te vayas. Déjame en paz, joder.
-¡He dicho que salgas!-grita y me asusto, pero no pienso salir.-Megara abre la puerta.-dice muy cabreado, pero no contesto. El no puede mandarme, justamente el no.-Megara abre por favor.-dice más calmado.
-No quiero abrir. No quiero hablar.
-¿Qué te ha pasado en el labio?-pregunta cabreado.
-Si te lo digo ¿te iras?
-Si.
-El sábado me caí y me di un golpe en el labio con el escritorio de mi habitación.
-¿Como te caíste?
-Se me enredó un pie en una camiseta que había tirada por el suelo.-digo. Y lo digo sin dudar porque ya tenía la historia pensada por si alguien me preguntaba.
-Sal que te vea.-me dice tranquilo. Parece que se lo ha creído. Respiro hondo y salgo. No lo miro a los ojos porque no quiero. Me agarra la barbilla y me hace mirarlo. Sus ojos se ven preocupados y no me gusta que lo estén, pero lo esconde rápidamente y vuelve a su mirada fría. Me atraviesa con la mirada y hay un momento en el que pienso que me ha leído, que lo sabe todo y que me va a ayudar, pero eso es imposible. Así que espero a que me suelte mirando por encima de su hombro.
Me acaricia el labio suavemente y lo miro. Sus ojos están fijados en mis labios y su mandíbula está fuertemente apretada. Da un paso hacia delante, acercándose más a mi y no se por qué, pero no me aparto. Nuestras narices se tocan y a pesar de querer probar sus labios, no le dejaré. No quiero volver a enamorarme y volver a sufrir, o peor aún, pensar que estoy enamorada cuando realmente no lo estoy. La puerta del baño se abre y una chica que debe ser de primer curso, con dos trenzas y gafas se pone colorada al vernos.
-Lo... lo siento. No quería interrumpir.-dice tartamudeando.
-No te preocupes, no interrumpes.-digo y salgo por la puerta dándole una sonrisa tranquilizadora a la niña.
No me cruzo con Adam lo que queda del día y durante la comida me quedo en la biblioteca. Luego vuelvo a casa y no salgo de mi habitación hasta la mañana siguiente, excepto para ducharme.
El resto de la semana pasa rápido y cuando llega el viernes mi labio se ve completamente curado, a no ser que te acerques demasiado, que entonces se ve una pequeña cicatriz blanquecina.
Esta noche también habrá partido de fútbol y fiesta después. Y pienso emborracharme. Esta semana ha sido una mierda y tengo nuevos moretones en el brazo y la barriga de ayer.
Me preparo para ir a clase. Llego justa de tiempo porque estaba lloviendo así que no podía salir por la ventana, pero el estaba discutiendo con mi madre en la cocina y no quería cruzarme con el. Así que esperé a que se fuera y salí.
Cuando llego ya está todo el mundo sentado y yo me disculpo por llegar tarde y me siento junto a Fred.
-¿Que te ha pasado?
-Me he quedado dormida.-miento. La profesora empieza a hablar y Fred no puede evitar hablar.
-¿Vas a ir a ver el partido?
-Si alguien me lo pide si.-bromeo.-Si, voy a ir. Y después iré a la fiesta, me emborracharé, bailaré y puede que incluso ligue con alguien.
-¿Con Adam por ejemplo?-me dice y sube y baja las cejas.
-No, definitivamente no. No quiero tener nada que ver con el. Ya he tenido chico de ojos grises para mucho tiempo.
-No pararé hasta que os vea juntos. Y como se te ocurra desaparecer como el viernes pasado no pienso controlarlo cuando se vuelva loco por no encontrarte.-me avisa y yo asiento sonriendo.
La clase acaba y pronto llega la hora de comer. Nos sentamos Fred y yo en la misma mesa, solos. Mark está sentado con su equipo, pero sin hablar y no deja de mirarme, como lleva haciendo toda la semana. Nina ahora se sienta con las animadoras y está totalmente integrada. Habla, se ríe y coquetea con los jugadores de fútbol.
-Hoy cenamos pizza ¿vale?-digo.
-Meg, ya estamos comiendo pizza ahora.
-Sabes que me encanta. Además esta no me gusta, está mala.-digo y miro mi plato sin tocar con cara de asco. No tengo hambre, incluso me da angustia cuando pienso en llegar a casa.
-Está bien, pero no está tan mala. Es comestible. Además no has comido nada, te vas a quedar todavía más en los huesos.
-Eres idiota. Ahora me compraré algo en la máquina expendedora y no es que no coma es que esta comida no me gusta y luego se me olvida comer.
-¿¡Pero cómo se te puede olvidar comer!?-me pregunta asombrado y yo me encojo de hombros.
La silla que esta a mi lado se mueve y una bandeja se pega a la mia. Cuando levanto la cabeza veo a Adam sentándose a mi lado. Fred me mira y yo lo miro, la diferencia es que él sonríe feliz y yo frunzo el ceño. No se por qué se sienta aquí. El siempre se sienta solo para hacerse el misterioso e incluso a veces con alguna animadora tetona dispuesta a acostarse con el. Lo que ha hecho no está bien. Está rompiendo los esquemas de toda la cafetería y por eso todo el mundo mira en nuestra dirección.
Adam es grande, pero en el tamaño perfecto y su hombro está pegado al mío, cosa que me incomoda. Me incorporo hacia delante apoyándome en la mesa, evitando también mirarlo a la cara.
-¡Adam! ¡Amigo!-rompe Fred el silencio.-¿Cómo tu por aquí?-dice sonriente. Siento como tira suavemente de uno de mis mechones ondulados mandando escalofríos a todo mi cuerpo. Se incorpora el también para delante y ahora tanto el hombro como el resto del brazo hasta el codo esta en contacto con el mio. Se encoge de hombros.
-Me apetecía sentarme con vosotros. ¿No puedo?-pregunta mirándome a mi, pero es Fred quien contesta sabiendo que la respuesta que de no será la adecuada.
-¡Claro que puedes! Tu siempre eres bienvenido a nuestra humilde mesa. ¿Verdad Meg?-me pregunta y me taladra con la mirada mientras me golpea la pierna por debajo de la mesa.
-Sí.-digo matándolo lentamente con la mirada. Adam a mi lado suelta un risita.-¿Qué pasa?-niega con la cabeza.
-Pones una cara muy graciosa cuando te cabreas.-dice y me relajo. Me pierdo unos segundos en sus ojos pero vuelvo a la Tierra y miro a Fred, este en seguida entiende y empieza a hablar haciendo que Adam por fin quite la mirada de encima de mi.
-Oye Adam, ¿esta noche irás a la fiesta?-pregunta Fred y Adam me mira.
-¿Tu vas a ir?-me pregunta y antes de que pueda contestar que no, Fred habla.
-¡Claro que irá! ¿Pero sabes que pasa? Que yo me emborracharé más que ella y me iré con algún hombretón sexi y no me gustaría que se quedara sola y desamparada y borracha sin que nadie la pueda vigilar. Así que me preguntaba si...-a esta altura mi boca esta abierta.
-¡Fred!-grito. Estoy enfadada y roja.-Cállate. No necesito una niñera ni compañía ni nada. Se cuidarme de mi misma.-digo y me cruzo de brazos.
-No te preocupes Fred. Le echaré un ojo.-dice Adam. Yo gruño y a Fred se le iluminan los ojos.
El timbre por fin suena y recojo las cosas rápido y cabreada para irme a clase, pero como tengo mates con Adam, me sigue. Cuando llega junto a mi en el pasillo me rodea los hombros con su brazo y me susurra en el oído.
-Todos los goles que marque en el partido serán para ti.-yo me paro y el sigue andando.
Todo el mundo está mirándome y preguntándose qué me ha dicho, qué somos, si nos hemos acostado...
Entro a clase roja como un tomate y me siento a su lado. Suelta una risita y yo respiro hondo para no soltarle un puñetazo.
La profesora llega y por fin comienza la clase, pero me resulta imposible concentrarme.
Cuando la clase acaba, literalmente huyo. No quiero que nadie me hable, me mire ni que cuchicheen.
El día acaba y me dirijo a casa a paso rápido. Cuando llego veo la misma imagen de siempre, mama en la cocina y él está con una cerveza en la mano viendo la tele.
Entro a la cocina y mama me mira asustada hasta que ve que soy yo y se relaja. Su mirada me mata, no es ella. Ya no lo es.
La ayudo a preparar la cena y le digo que volveré tarde después del partido y ella solo asiente. Cuando el cena no tarda en dormirse en el sofá. Mamá se queda en la cocina leyendo y yo subo a mi habitación a prepararme. Me ducho y me pongo un vestido negro de tirantes pegado al cuerpo y a mitad del muslo que tiene un poco de purpurina. Me maquillo un poco poniéndome los labios rojos y me pongo una chupa de cuero, cubriendo los moretones del brazo.
Salgo de casa y pongo rumbo al instituto a ver el partido. Cuando llego aún no ha empezado y no veo a Fred por ninguna parte. Me siento donde puedo y me llega un mensaje de Fred.
Amor. No llegaré al partido. ¡Me he cruzado con mi hombreton! Nos vemos en la fiesta, tq.
Voy a matar a Fred. No puedo creer que me haya dejado sola en el partido. Además dijimos que íbamos a cenar pizza. ¡Quiero mi pizza!---
¡Aquí está el sexto capítulo! Espero que os guste y de verdad me haría muy feliz que dejarais algún voto o comentario😉😊
Besis❤
-fairypsychotic
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Respira.
Romance¿Qué haces cuando pierdes a toda la gente que amas? ¿Qué haces cuando a pesar de no querer volver a casa, sigues volviendo? ¿Qué haces cuando quieres dejar de respirar? Megara Thompson vive con su madre y su padre y para todos parece una chica norma...