Capítulo diez

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Duermo con mamá o al menos lo intento. Se despierta a cada hora llorando y gritando por alguna horrible pesadilla. Yo no pego ojo esperando que se vuelva a despertar.
Cuando despierto aún no hay nadie por la casa. Como algo y me ducho. Mi ojo está mejor, aunque aún está hinchado.
Cojo el movil y veo que tengo una llamada perdida de Fred y ninguna señal de vida de Adam. Suspiro y escribo en un papel que me he ido a dar una vuelta.
Salgo de casa y me voy a un parque. Me siento y cuando miro el reloj veo que son ya las once de la mañana. Hay niños corriendo de un lado a otro con sus madres vigilándolos. Me gusta la escena. Decido llamar a Fred.
-¡Amor! ¡Estás viva! ¿Qué tal la fiesta? Te vi con Adam.-dice y estoy segura que está sonriendo de forma exagerada.
-Si, bueno. No recuerdo mucho de esa noche, pero no pasó nada.-cosa que es mentira.
-¡No me lo creo!
-Es la verdad Fred.
-Pues no se cómo lo explicarás mañana. Todo el mundo os vio subir a la planta de arriba.-dice. Joder, lo que me faltaba. Cuchicheos y cotilleos.
-Oye, Fred tengo que dejarte, nos vemos mañana.-digo y cuelgo.
Vuelvo a casa a la hora de comer. Entro y están preparando la comida y poniendo la mesa.
-Por fin llegas, cielo.-dice mi madre y me abraza. Se le ve feliz a pesar de la noche que ha pasado. Le sonrío.
Mike me mira y me sonríe. Yo desvío la mirada y ayudo a prepararlo todo.
Durante la comida mamá y Derek hablan mientras que Mike y yo comemos en silencio. Mike no deja de mirarme y la verdad es que me está cabreando.
Cuando terminamos la comida ayudo a recoger rápidamente y subo a la habitación donde estamos. Descanso un poco y luego bajo.
-Mike.-lo llamo.-¿Podemos hablar un momento?-digo y veo cómo sus ojos se iluminan.
-Dime. Pídeme lo que sea. ¿Qué ocurre?
-¿Qué vamos a hacer? Mamá y yo no tenemos casa y no nos podemos quedar siempre aquí.-digo.
-Estoy en ello pequeña. Oye, si quieres... Mañana puedo acercarte yo a clase.-dice.
-No hace falta. Se llegar sola.-digo y subo a mi habitación.
...
Mamá ha pasado una noche más tranquila así que no estoy tan cansada. El ojo está muy bien así que con un poco de maquillaje podrá ocultarse bien.
Me visto rápido y bajo a coger algo de comer.
-¿Seguro que no quieres que te lleve?-la voz de Mike me asusta.
-Sí, estoy segura. Adiós.-digo y salgo.
Llego a clase y me siento en mi mesa con la música puesta. Estoy bien. Estoy tranquila y en paz a pesar de lo que todavía me espera.
Alguien se sienta en la mesa junto a mi y cuando giro la cabeza veo a Adam mirando la pared frente a nosotros con sus habituales ojos fríos.
-Hola.-le digo y no aparto mi mirada de él. Gira su cabeza y nuestras caras quedan muy cerca.
-Hola.-dice y su aliento choca contra mis labios.
Cierro los ojos notando como su cuerpo irradia calor. Lleva su mano a mi nuca y nuestras narices se rozan. Estoy a punto de sentir la presión de sus labios sobre los míos cuando el timbre suena.
Me levanto precipitadamente y veo que la profesora ya está en su mesa con su libro abierto. Me pongo colorada y me siento en mi sitio, rezando porque no nos hubiera visto.
-Estás colorada. Me gusta.-me susurra Adam enviando escalofríos por mi columna. Yo pongo mis manos sobre mis mofletes esperando que vuelvan a su color natural.
No me concentro en toda la clase y que Adam esté tirando de los mechones de mi pelo suavemente tampoco ayuda.
Cuando el timbre suena recojo y salgo a paso rápido, pero alguien me agarra la muñeca haciendo que entremos al cuartucho de limpieza. Cierra la puerta con seguro.
-Hola.-dice la voz profunda de Adam arrinconándome contra la pared. Una mano está apoyada en mi cintura y la otra en mi nuca.
-Hola.-contesto y sonrío. Su nariz roza la mía y su aliento caliente choca contra mi moflete. Cierro los ojos esperando la presión de sus labios contra los míos. Siento su risa contra mi boca abierta y abro los ojos. Frunzo el ceño.
-Pareces un pez boqueando por aire.-me susurra y yo me cabreo. Lo alejo de mi e intento abrir la puerta, pero me lo impide.
-Eres un idiota insoportable.-le digo cabreada empujándolo lejos de la puerta para poder salir. Me agarra de la cintura haciéndome girar y se apretuja contra mi inmovilizándome.-Suéltame Adam. Estoy cansada de tus jueguecitos estupidos. No voy a ser como las demás zorras que te tiras y luego desechas.-digo y entonces junta sus labios a los míos. Mis ojos se abren como platos y su lengua, que no deja de tentarme, pide paso. ¿Y qué hago yo?
-¿¡Acabas de morderme el labio!?-me grita.
-No soy una zorra con la que te vas a acostar.-digo y Adam sale furioso del cuarto. Yo sonrío y salgo para ir a la biblioteca a esperar a la siguiente clase.
Cuando llega la hora de comer entro a la cafetería con la barbilla en alto. Todo el mundo me mira y yo sigo andando, dándome todo igual.
Llego a mi mesa habitual donde ya se encuentra Fred.
-¿Cómo llevas el día, amor?
-Fatal. Todo el mundo me mira y cuchichea. Es horrible.-digo.
-Oh, mira. Tu caballero andante acaba de entrar.-dice y miro hacia la entrada. Adam entra con cara de cabreado y puedo ver como su labio, el que he mordido, está ligeramente hinchado y morado. Sonrío mientras me taladra con la mirada y me vuelvo a centrar en mi comida.-¿Me explicas lo de su labio?-dice Fred y no puedo evitar soltar una carcajada.
-No se de qué me hablas.-digo y entonces una bandeja aparece junto a la mía. La cara de Adam cambia drásticamente.
-No ha pasado nada Fred. Solo me he golpeado.-explica Adam y sonrío.-¿Verdad, bebé?-dice y apoya su brazo en el respaldo de mi silla, dándole un espectáculo a todo el mundo. Mi sonrisa se borra. Fred sonríe, pero entonces me recompongo.
-Claro que sí, cielito.-digo y me apoyo contra el poniendo una mano en su muslo, en una zona peligrosa. Le regalo una sonrisa juguetona retándolo a que haga otro movimiento. Su cara está blanca y sus ojos perdidos sin saber qué hacer, pero se recompone y estampa sus labios contra los míos. Empujo de sus hombros separándolo de mi mientras todo el mundo grita a nuestro alrededor. Solo puedo ver su sonrisa de triunfo y mi vaso se agua. No me gusta perder así que cojo el vaso y se lo tiro a la cara. Toda la cafetería estalla en un grito de ovación y ahora soy yo la que tiene una sonrisa triunfal. Me levanto y salgo de allí de forma elegante y segura.
El resto del día que me cruzo con Adam lo veo de morros y no puedo evitar sonreír.
Cuando llego a casa mamá también está feliz y eso, a pesar de que mi hermano no deje de mirarme, me hace feliz.

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¡Hola amores! Os dejo el capítulo diez y espero que lo disfrutéis. Podéis decirme qué os ha parecido o dejar algún voto😏
Creo que subiré capítulo este fin de semana así que no desesperéis.
Besis
-fairypsychotic

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