Luego de un rato perdí la noción del tiempo, no estaba muy segura de si nos encontrábamos allí desde hacía minutos u horas. Luego de que terminé de contar mi historia las lágrimas comenzaron a brotar de mi como si no fueran a para nunca, al menos tuve la contención de mi novio. Con Nick continuamos hablando de tantas cosas, que el tiempo se nos pasó volando. Le agredí mucho, que al menos por esa noche, no me hiciera volver a sacar el tema de mi hermano; ya había tenido suficiente por un solo día.
Cuando decidí mirar la hora me di cuenta de que llevábamos allí casi unas dos horas, ya que acababan de pasar las once de la noche. La fiesta ya debería haber comenzado.
-Al parecer ya es hora de que regresemos –dijo Nick, después de que vio la hora-. Me pregunto si la casa estará en pie mañana.
-¿Crees que la fiesta pueda llegar a descontrolarse? Invitamos a demasiada gente; tendríamos que haber puesto un límite.
-Pero no lo estoy diciendo por la cantidad de gente, ni por nadie a quien hayamos invitado. Más bien me refiero a nuestros amigos. Y en una palabra lo puedo resumir a: Mark.
-No confías tanto el él aun tratándose de tu mejor amigo –me reí sacudiendo la cabeza-. Tiene que haber más seguridad entre ustedes. Ese va a ser el progreso en su relación.
-Mejor nada de progresos –contestó entre risas, luego se levantó-. Ahora bien, mejor si regresamos para que no se nos termine la fiesta.
Antes de encaminarme hacia el vehículo me giré nuevamente hacia el jazmín; no sería lo mismo, pero había decidido plantar una de esas plantas en el patio de mi casa en cuanto regresáramos. Me despedí silenciosamente de la flor y entonces me dirigí a la camioneta donde Nick me estaba esperando.
Una vez en el coche dirigí mi vista hacia el faro, que aun parecía seguir buscando algo en las profundidades del mar; la parte para nada razonable de mi cabeza deseó que tuviera suerte y lo encontrara. Pero claro, luego recordé que me estaba refiriendo a un faro.
Estuvimos como cinco minutos ahí sentados hasta que Nick encendió el vehículo. No hablamos mucho durante el recorrido hasta la casa; solo íbamos tomados de la mano disfrutando del silencio.
Claro que el silencio se terminó en cuanto estuvimos frente a la casa. Había unos cuantos autos en la parte de adelante y una música fuerte salía del interior. Entramos directamente a la cochera y entonces salimos del auto. Pasamos directamente hacia la cocina, y ahí fue donde nos encontramos con las primeras personas. Junto con Lucy había dos chicos totalmente desconocidos para mí. Mi amiga dejó de hablar con ellos y nos detuvo antes de que pudiéramos avanzar otro paso.
-¿Mas de dos horas? –casi gritó debido a la música-. A pesar de lo que dijeron creí que solo salían por un rato, y los estoy esperando desde hace más de una hora. Nick, tendrías que haber estado cuando llegó la gente; nadie conoce a nadie y me estoy volviendo loca.
-Lucy, respira –dije; parecía estar a punto de ahogarse-. ¿Acaso vas a decirnos que porque nadie se conoce están todos sentados en distintos rincones de la casa sin ni siquiera mirarse?
-Bueno, no. Pero a mi me puso nerviosa que no se conocieran. Por suerte luego de unos diez minutos todos comenzaron a presentarse solos.
-¿Entonces cual es tu problema con que regresamos mas tarde de lo que pensabas? –le preguntó su hermano.
-Pues que no sabía ni dónde estaban ni qué era lo que estaban haciendo. Esa era mi gran duda.
Tanto Nick como yo comenzamos a reírnos de mi amiga, pero ninguno de los dos tuvo ni una tentativa de contarle dónde habíamos estado o lo que habíamos estado haciendo. Era mucho mas divertido dejarla con esa duda.
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El último verano
Teen FictionLa vida tiene un montón de puntos importantes que marcan el fin de una etapa y el comienzo de otra. Terminar el instituto es definitivamente uno de ellos. Cuando a un grupo de amigos y no tan amigos se les presenta la oportunidad de unas vacacione...