Al otro día me desperté mucho más tranquila. Eran cerca de las diez de la mañana y ya no tenía ganas de estar en la cama. Tarde o temprano tendría que hablar con mis padres, pero tampoco me preocupaba demasiado; o mejor dicho, había decido que iba a hacerme muchos problemas por eso. Me levanté y me puse la primer ropa que encontré en mi ropero. Iba a hablar con mi madre en ese mismo momento, pero ella no se encontraba, se encontraba trabajando y regresaría a la hora de la comida. No teníamos opción que esperar.
Hablar con Nick me había hecho sentir mejor. Sabía que él iba a estar pasara lo que pasara, y eso hacía las cosas más llevaderas.
Cuando me levanté, mi hermana aun seguía durmiendo mientras mi padre preparaba el desayuno. Me senté a la mesa y él me sirvió las cosas. No es que sucediera siempre, pero extrañaba que mis padres me atendieran aunque sea un poco. Se sentó junto a mí en cuanto todo estuvo listo.
-¿Tuviste una buena noche?
-Mejor que muchas otras. Extrañaba mi cama, en realidad. La de Lucy era hermosa, pero aun así nada supera la mía.
-Sí, te puedo entender.
Nos quedamos en silencio por un rato, mientras comíamos. Claro que tampoco había mucho que pudiéramos decir con la boca llena de comida. Para cuando Jack comenzó a hablar nuevamente, el tema había dado un giro de ciento chenta grados.
-Estuvimos hablando con tu madre anoche. Me dijo que ya le contaste lo de Nicholas -asentí, sin dejar de mirar la mesa. Él suspiró-. Cuánto me alegro de que o hicieras; ya no podía guardar ese secreto por mucho más tiempo. Pero hice un gran trabajo, ¿no?
Me reí.
-Por supuesto que lo hiciste. Aun no puedo creer que te contuvieras por tanto tiempo. Aun así, te tengo que contar que no eres bueno en el tema. Mamá descubrió que le ocultabas algo desde el primer día.
-Y no me dijo nada -volvió a suspirar-. Definitivamente no estoy hecho para ocultarle cosas a tu madre.
El que Jack no le podía mentir ni ocultar nada a Stephanie ya nos había quedado bien claro mucho tiempo atrás. Siempre está el padre que saca a sus hijas en secreto de su casa y las lleva a pasar un hermoso día mientras te malcría comprándote varias cosas que ni siquiera te son necesarias. O sino, esos que cuando estás castigado siempre se las arreglan para hacerte sentir mejor. Bien, las veces en las que Jack había hecho algo de eso, mamá se había terminado enterando y él acababa peor parado que nosotros. Las veces en que Stephanie intentaba hacer una cosa así, afortunadamente nadie salía perjudicado, ni siquiera ella.
-¿Y las cosas con este chico funcionaron bien?
-No, papá, no tendremos esta conversación -me reí-. Ninguno de los dos tiene por qué sufrir con una charla parecida.
-Está bien, bien -se detuvo-. Nick me cae bien. Quizá hay algunas actitudes que desaprobaría, pero en general me parece una buena persona.
Sí, a eso me refería cuando se lo dije a Nick. Mis padres siempre habían visto la mejor parte de Nick. Estaba segura de que eso que mi padre podría desaprobar; cuando Nick estaba solo con sus amigos podía llegar a ser... asfixiante, por decirlo de alguna manera. Yo también conocía esa faceta de Nick, pero al menos sabía que había otra mejor que superaba todas las demás, y era l que él me había mostrado en las últimas dos semanas.
-Tu madre también me dijo anoche que hay algunas cosas de las que debíamos hablar hoy.
Me encogí por un segundo; contuve la respiración y mi corazón dio un brinco. Bien, una cosa era pensar que estaba lista, y hacerme la cabeza con esa imagen; pero otra bastante distinta era vivir el momento. No es que hubiera perdido el valor de hablar, pero el miedo a las consecuencias que pudiera traer hacía las cosas un poco complicadas.
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El último verano
Novela JuvenilLa vida tiene un montón de puntos importantes que marcan el fin de una etapa y el comienzo de otra. Terminar el instituto es definitivamente uno de ellos. Cuando a un grupo de amigos y no tan amigos se les presenta la oportunidad de unas vacacione...