19-El faro

2.5K 65 9
                                    

   Traté de recordar una situación que se asemejara a esa, pero me fue imposible. Solo recordaba que un día me había quedado a dormir en una tienda de campaña, con Michael, actual novio de mi amiga Sussy, junto con el resto de nuestros amigos, en el jardín de mi casa... diez años atrás. Así que definitivamente, nunca había vivido una situación como esa.

Pero no estaba en mis planes pensar demasiado la situación en cuanto me desperté; si no lo había pensado antes no tenía sentido hacerlo en ese momento.

Abrí los ojos y me sorprendió la luz que entraba por la ventana: ya era de día. Yo aun seguía abrazada a Nick, quien dormía y roncaba como un bebé, cosa que me hizo sonreír (no reír). Un detalle que percibí, fue que ya no se escuchaba la lluvia golpear contra el techo, algo realmente positivo, pero los rayos de luz provenientes de la ventana tampoco me indicaban que afuera estuviera brillando el sol.

Lentamente saqué mi brazo de alrededor de Nick y me senté en la cama. No había nadie más que nosotros en la habitación. Tal vez era tarde y ya todos se habían levantado. Mi teléfono se encontraba sobre la mesa que tenía junto a mi lado de la cama, así que me estiré hasta alcanzarlo y ver la hora. Las 9:17hs. Imposible, nadie iba a estar despierto a esa hora. Pero la otra respuesta posible era que no hubiesen dormido ahí.

-¿Qué haces? –me preguntó Nick, sorprendiéndome.

-Solo miro la hora. Son pasadas las nueve.

-Es muy temprano. Aunque ya no tengo mas sueño.

-Claro que no tienes sueño –dije riendo-. Nos dormimos tan temprano que aun despertándonos a esta hora resulta ser que dormimos mucho tiempo.

-Pero aun así es temprano, y no hay nada para hacer. Tal vez haga un esfuerzo para seguir durmiendo.

-¿Cómo que no hay nada para hacer? Escucha un poco –me quedé en silencio unos segundos mientras él me miraba-. Ya no llueve. Así que nada de seguir durmiendo.

-¿Y qué pretendes hacer?

-Salir –respondí instantáneamente-. Necesito salir de la casa. Iré sola si no quieres acompañarme, pero la verdad es que me gustaría contar con tu compañía.

Nick se me quedó mirando; al parecer pensando en lo que respondería. Pero dijese lo que dijese, yo saldría de ese lugar. Una sonrisa fue apareciendo lentamente en su cara.

-Está bien, te acompaño. Pero primero debo ponerme otra ropa. No puedo salir a la calle llevando puesta la misma ropa con la que dormí.

-Entonces ve a cambiarte, yo hago lo mismo y nos encontramos abajo.

Después de un gran bostezo, se inclinó hacia mi y me dio un beso en la mejilla, diciéndome "buenos días". Luego de eso salió de la cama. Pero una vez que llegó a la puerta se detuvo, con una mano sobre el picaporte.

-¿Dónde se supone que están las personas que generalmente duermen en esta habitación? –preguntó.

-No lo se –me encogí de hombros-. Tal vez las encuentres dando vueltas por la casa o durmiendo en cualquier lado. Fíjate en tu habitación, puede que algunas estén por ahí.

-Siempre y cuando no sea Lucy una de las que se encuentre ahí, todo estará bien.

Nick salió de la habitación mientras yo no podía dejar de reírme. Pero ya era hora de levantarse. Salí de la cama y me puse a buscar algo que ponerme; una vez que encontré la ropa decidí que una ducha rápida no le haría daño a nadie. Entonces, me encerré en el baño y abrí la canilla. Una vez que terminé de bañarme (cosa que me llevó poco más de cinco minutos), me peiné, cambié, salí del baño y lo primero que hice fue agarrar mi teléfono, ya no volvería a salir sin él. Agarré un abrigo, y una vez que estuve lista salí de la habitación.

El último veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora